Adriana Lucía López Álvarez
Smart contracts. Hacia una nueva teoría liberal del contrato
Daniel A. Monroy C.
Forma y contratación por medios digitales: del ritualismo romano a la blockchain
Silvana Fortich
Luís Fernando López Roca
IV. DERECHO FINANCIERO Y BURSÁTIL
William Iván Gallo Aponte
Ligia Catherine Arias-Barrera
Las nuevas tecnologías y su impacto en el contrato de seguro en Colombia
Rafael Alberto Ariza Vesga
Formas de trabajo a partir de las nuevas tecnologías y el contrato de trabajo
Katerine Bermúdez Alarcón
El derecho a la desconexión del trabajador
Diego Alejandro Sánchez Acero
Carmen Eloísa Ruíz López Valentina del Sol Salazar Humberto J. Sierra Olivieri
La Inteligencia Artificial y la responsabilidad por daños
Edgar González López Camilo Andrés Rodríguez Yong Laura Alejandra Escobar Rojas
La incidencia de las nuevas tecnologías en el derecho de garantías en Colombia
Anabel Riaño Saad
La cadena de bloques y su importancia en el derecho probatorio
Teresa Genoveva Vargas Osorno
El arbitraje y la tecnología. Una reflexión a partir del arbitraje legal nacional
Philip Frank Ruiz Aguilera
La notificación electrónica y su impacto en el Derecho tributario
Jeannette Bibiana García Poveda
El ciberabogado: el abogado ante la Inteligencia Artificial (IA)
Juan Carlos Naizir Sistac
JUAN CARLOS HENAO*
Llega a su tercera edición la colección “Así habla el Externado”, esta vez bajo el título Disrupción tecnológica, transformación digital y sociedad. La primera edición, Minería y desarrollo, fue publicada en el año 2016 y la segunda, La corrupción en Colombia, en el 2018.
Si inicio la presentación de esta tercera entrega de la colección con estos datos es solo para resaltar un aspecto importante de la misma: con esta publicación nuevamente nuestra Casa de Estudios se hace partícipe en temas neurálgicos de la sociedad colombiana y proporciona insumos académicos para el estudio y el debate de los mismos. Se trata de hacer presencia en lo que concierne a una de las funciones más importantes de las instituciones universitarias: incidir en las decisiones públicas más relevantes de las sociedades. Es claro que la academia no decide, pero sí ilustra, y por ello puede y debe aspirar a convertirse en el poder más importante de la sociedad. En efecto, si bien la universidad no es la institución encargada de la toma de decisiones de política pública, ciertamente tiene la obligación imperativa de proveer elementos de reflexión a quienes las adoptan –por incómodos que pudieren llegar a ser–, movida únicamente por el interés en la investigación libre, sin partido ni gobierno; es decir, inspirada tan solo en la curiosidad y la responsabilidad por el conocimiento y el bien común. Este es el espíritu que la anima y el fin último que persigue la presente publicación.
Ahora bien, al aporte realizado en términos de conocimiento social se debe agregar otro que se ha vuelto fundamental para nuestra universidad. Me refiero al hecho de que la metodología utilizada en las tres ediciones de la colección nos ha permitido cambiar sustancialmente el rumbo de nuestra manera de investigar, al promover que profesoras y profesores de las distintas facultades y departamentos se relacionen bajo la sombrilla de un tema común para abordarlo, por así decir, desde un enfoque interdisciplinario y respetuoso de la complejidad de lo real, conduciendo con ello a la obtención de una serie de beneficios que, a la vez que enriquecen a nuestra institución, redundan en favor de la sociedad en general.
Un primer beneficio, sustancial y de largo aliento: una colección como la presente motiva a derribar barreras académicas, tan ancladas en las instituciones educativas, contribuyendo con ello a poner fin a la práctica autárquica de las unidades académicas, centradas con demasiada frecuencia en la exclusividad de su aproximación disciplinar. Vale la pena recordar al profesor Neave cuando afirma que en este punto se encuentra “LA cuestión básica” (las mayúsculas