Para empezar, quiero agradecer a mis padres porque, entre muchas otras cosas, me enseñaron el camino de la disciplina y el esfuerzo para lograr los objetivos que quise alcanzar en la vida. También me nutrieron de los valores que son necesarios en cualquier actividad, pero que en el trato con personas se convierten en un tema fundamental.
A mis hijos que me llenan de felicidad con su compañía y que en las conversaciones que tenemos me ayudan a entender el mundo actual y el que se viene.
A mi pareja que me acompañó en los momentos que tuve que dedicar a escribir el libro.
A Martín Cañeque, mi socio y amigo que me impulsó a esta aventura de escribir el libro. Me motivó, me guió y recomendó mi obra a los editores. Sin su empuje nunca hubiera logrado hacerlo. Gracias totales Martín.
A Hilda Cañeque que, además de entusiasmarme, fue leyendo el libro a medida que lo hacía dándome sugerencias y haciendo correcciones acertadas que me sirvieron muchísimo.
A Gustavo Aquino, mi mentor en Arcor, le agradezco las hermosas palabras del prólogo.
A los colegas entrevistados que compartieron generosamente sus experiencias y conocimientos para que pudiera compartirlas con los lectores: Roberto Vola Luhrs, Ricardo Migoya, José Candia, Carmen Suaáez, Luis Truchado, Gisele Castro, Mariana Kämpfer, Adriana Honig y Cecilia Ortega.
A todos los colaboradores que trabajaron conmigo a lo largo de estos años. De todos tuve la oportunidad de aprender y a muchos también les pude enseñar.
A mis clientes que, planteándome sus problemáticas, me desafiaron a encontrar nuevos caminos para conseguir los mejores talentos para sus empresas.
A mis alumnos que, con sus preguntas, me ayudaron a aprender y crecer tratando de darles respuestas.
A Alejandra Salinas, que generosamente me ofreció un espacio para entrevistar candidatos en mis primeras búsquedas independientes.
A Rubén Barach, que fue el primero que me dio la oportunidad de dictar un curso de selección por competencias, allá por el año 1999.
A las autoridades de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) que, desde hace años, confiaron en mí la materia Empleo y Selección de Personal y el Taller de Postgrado sobre Assessment Center.
A los cientos de personas que entrevisté y a partir de cada una de las cuales fui aprendiendo sobre las distintas áreas de las empresas y los negocios.
A Yanina, mi asistente, que me ayudó muchísimo con las correcciones, las ediciones de gráficos, y otras tantas cosas. Sin duda una ayuda invalorable.
A Marcelo Raúl Romero, bibliotecario de UADE, que me asesoró en la compleja tarea de poder categorizar y registrar la abundante bibliografía utilizada.
A Claudio Iannini y Salvador Marcelo Gargiulo de Ediciones Granica, quienes identificaron que la temática del libro era una necesidad del mercado y confiaron en mi obra.
Son muchas las personas que marcaron mi camino y seguramente seré injusto recordando solo a algunos. Luis Karpf que sin saberlo fue el “culpable” que me iniciara en el área de Recursos Humanos y más tarde en la consultoría. Antonio Fierens, quien ya no está con nosotros, y que confió en mí y me guió en los inicios de mi carrera. Patricia Lindblom, otra referente importante en mi paso por Arcor.
A todos y cada uno de ellos MUCHAS, MUCHAS GRACIAS.
PRÓLOGO
La generosidad de la enseñanza
Había una vez, en una escuela técnica porteña, dos profesoras muy exigentes que eran cuñadas. Los alumnos de la escuela sufrían la exigencia de las profesoras cuñadas: muchos de ellos reprobaban la cursada regular y debían pasar el verano estudiando para dar los exámenes recuperatorios. Casi todos los adolescentes que rondaban uniformados esa manzana porteña las mentaban con cierto rencor.
Cuando algún exalumno visitaba esta escuela, solía buscar a sus viejos preceptores con quienes, luego de efusivos saludos, evocaban con una breve pero intensa nostalgia anécdotas, compañeros y docentes. Hacia el fin del encuentro, los exalumnos preguntaban si se encontraba en la escuela alguna de las profesoras cuñadas y ante la eventual respuesta afirmativa decían: “Me quedo hasta el recreo y la saludo”.
En el agitado patio del recreo, los preceptores custodiaban desde lejos la escena. El exalumno y la profesora mantenían una charla corta y tajante, como hecha con astillas de palabras. No obstante, nunca hizo falta intervenir en estos diálogos secretos, que siempre terminaban con una leve inclinación de cabeza y el apuro de la profesora por ir hacia la sala y el del exalumno por salir de la escuela. No hubo cuñada que contara el contenido de estas breves conversaciones. Ambas eran discretas y no tenían tiempo para perder en chismes.
José, el concesionario del buffet, confirmó que sabía todo lo que pasaba en la escuela cuando contó que los exalumnos les decían a las cuñadas: “No sé si me recuerda, soy Pandolfo, de Mecánica, egresé hace tres años. Quiero que sepa que tengo trabajo gracias a lo que aprendí con usted. Muchas gracias, profesora”.
Quizás la esencia de la enseñanza esté en un juego de don y contra don, esa estructura primitiva que, según el antropólogo Marcel Mauss, da sentido a nuestras vidas y cohesión a la sociedad. Hay arquetipos de este juego en la enseñanza: el agradecimiento de Platón, que regó la filosofía de Occidente con la figura de su maestro Sócrates; los Apóstoles, que cubrieron el mundo conocido alabando a su maestro, tal como lo hicieron los derviches con su maestro poeta, Rumi. La anécdota de las profesoras cuñadas refleja en escala el don y contra don del proceso de enseñanza y aprendizaje: la generosidad del maestro y el agradecimiento del alumno.
Este libro de Daniel Martínez es generoso y tiene el valor de estas didácticas cuñadas para los profesionales de recursos humanos del mundo de habla hispana que se inician en el sector desde las tareas de selección de personal. En sus páginas encontrarán respuestas a esas preguntas que no se animan a formular: ¿cómo entrevisto a un candidato?, ¿cómo relevo el perfil del puesto?, ¿cómo consigo postulantes?, y tantas otras que Daniel Martínez aprendió a resolver con esfuerzo y comparte con facundia.
Siguiendo en el campo de la enseñanza, este libro es un buen manual para incluir en la bibliografía de los docentes de la materia. Ellos sabrán agradecer el esfuerzo del autor y del editor, ya que saben escasa la producción sobre selección de personal en castellano. Recuerdo dos antecedentes ilustres que este libro complementa y actualiza: Empleos y desarrollo de personal, de Jaime Maristany, y Selección por competencias, de Martha Alles.
Además de los jóvenes profesionales y los docentes de recursos humanos, también sabrán sacarle provecho a este libro los especialistas expertos por dos razones. En primer lugar, siempre es beneficioso ver qué cuestiones decidió tomar el colega y qué orden les dio, pero también encontrarán una actualización necesaria que incluye, por ejemplo, la práctica y la metodología de los headhunters, el uso de la inteligencia artificial en estos procesos y last, but not least, la cada vez más relevante modalidad de la selección inclusiva.
En síntesis, y dado que la manzana no cae muy lejos del árbol, cabe decir que este es un libro tan útil como su autor. Daniel Martínez es un profesional sólido, práctico y tenaz, que nos entrega aquí lo que aprendió sobre selección de personal durante varios años de buen trabajo en distintos procesos de recursos humanos desempeñados en diferentes empresas y contextos. Con su vocación y experiencia docente, les da a estos aprendizajes un orden y una integración que los hacen entendibles y transmisibles.
Muchas gracias por tu generosidad, Daniel
Gustavo Aquino,
Buenos Aires, octubre de 2021
INTRODUCCIÓN