Regiones y Religiones en México (Hernández y Rivera, 2009) que, algo similar al Atlas de la Diversidad Religiosa en México y basado en estadísticas de diferentes censos, pero sobre todo del XII de INEGI, estudia el cambio religioso y la composición confesional de las distintas regiones del país, de manera cualitativa y cuantitativa.
Panorama de las Religiones en México 2010 (2011) es una publicación conjunta del INEGI y la SEGOB, basada en datos del último Censo (2010) y de información de la propia SEGOB. Es un estudio sociodemográfico sobre las siete principales denominaciones, incluidos los sin religión, correlacionado con indicadores como: distribución territorial, densidad de población, tamaño de localidad, tipo de vivienda, educación, situación conyugal, etcétera.
Una ciudad donde habitan muchos dioses. Cartografía religiosa de Guadalajara (2011) de Cristina Gutiérrez et al., es un estudio sociodemográfico sobre la distribución geográfica de los distintos centros de culto no católicos en la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México (ZMG). Basa también parte de su análisis en el XII Censo del INEGI, pero lo complementa con un interesante e importante estudio de campo.
Pluralidad religiosa en México. Cifras y proyecciones (2011) de Elio Masferrer es, como su nombre lo indica, un estudio sobre la diversidad confesional en México –desde 1895 hasta el 2010– y una proyección sobre la conformación religiosa del país y por estados, así como de las dinámicas del cambio religioso; el paulatino decrecimiento del catolicismo y el incremento del no catolicismo, incluidas las opciones sin religión y no especificados.
Enciclopedia de las religiones en México (2014) de Genaro Zalpa. Esta enciclopedia trata de identificar, definir y clasificar las religiones o los credos practicados en nuestro país, así como de las asociaciones religiosas registradas en la DGAR de la SEGOB, aunque no llega a tener la especificidad que desarrollamos en este trabajo ni abarca el estudio de caso del mismo.
Las iglesias en Aguascalientes. Panorama de la Diversidad religiosa en el Estado (2003), también de Genaro Zalpa, es un estudio monográfico similar al que aquí presentamos, y aunque existen muchas diferencias; la principal es que no incluye el estudio de caso que se presenta en nuestro trabajo.
Aunque en varios de los anteriores trabajos se ve retratado el campo religioso en cuestión, no existe ningún estudio, en lo específico, como el que presentamos aquí, que es la visibilización de las minorías religiosas en Zacatecas, concretamente en sus tres localidades más populosas, a partir del análisis arquitectónico y del estudio etnográfico del campo en cuestión.
Objetivos y estructura del trabajo
El presente trabajo tiene como propósito visibilizar las minorías religiosas en las tres localidades más grandes del estado de Zacatecas: Fresnillo, Guadalupe y Zacatecas, para ello, se pondrán de relieve diversos aspectos de las asociaciones religiosas y de los ministros de culto que las componen, así como el número y las características de sus templos, las actividades cultuales y sociales que realizan y las estrategias proselitistas que lleva a cabo.
Finalmente, aspiramos a contribuir, aunque sea de forma modesta, al análisis y conocimiento de las minorías religiosas en nuestro país, en nuestro estado y, concretamente, en estas tres localidades. Todo ello para coadyuvar en la creación de una sociedad más justa, donde impere el estado de derecho, que se manifieste, para el caso que nos interesa, en una mayor libertad de culto, diversidad, equidad y tolerancia religiosas.
La visiblilización arquitectónico-simbólica pretende ser el máximo grado de visibilización de los credos no católicos. Ello por la conjunción de los elementos visuales, como la fotografía, así como de los conceptuales, teóricos, estadísticos y etnográficos. La imagen es respaldada por el análisis teórico-metodológico o, si se quiere, lo teórico metodológico es transubstanciado –para utilizar un vocablo esencial en el campo– en los múltiples elementos materiales que poseen las edificaciones exhibidas; muchos de los cuales pueden ser percibidos a simple vista, otros requieren, sin embargo, de una necesaria introducción al fenómeno para poder percibirlos y comprenderlos. La piedra angular es la formulación de una tipología de ellos, que nos conduzca hacia una comprensión y conceptualización de los mismos a partir de sus particularidades como: las características arquitectónicas, el tipo de construcción entendida en el sentido de, por ejemplo; si fueron hechos ex profeso para ser centros de culto o no, el Grado de Marginación Urbana (GMU) y la zona habitacional en el que se sitúan, su capacidad o aforo, el grado de visibilización u ocultamiento que presentan, su grado de permanencia, movilidad o trashumancia, la tenencia del inmueble –si son propios, rentados o prestados–, su grado de avance en la edificación, la proveniencia de los recursos para su construcción y muchos otros elementos que creímos indispensables para formarnos una imagen precisa de los mismos.
Orientación teórica y límites
La investigación que aquí presentamos ha sido estructurada como un ejercicio mixto, que no se reduce a una sola visión ni a una sola teoría, pues entendemos que el análisis del fenómeno religioso debe hacerse lo más íntegramente posible. Por ello tiene varios referentes teóricos: para comprender el cambio religioso en las localidades mencionadas y el dinamismo y vitalidad de los credos no católicos toma en cuenta la elección racional, o rational choice, expresada en la teoría de la modernidad; sin embargo, no se reduce a ella. Entiende que explica una parte del fenómeno, pero no la totalidad, de manera que retomamos también la teoría del aporte energético, tal como la expone Masferrer (2011), para explicar la dinámica, vitalidad, producción y reproducción de los sistemas religiosos en cuestión. También lo concebimos como un estudio socioantropológico y como un ejercicio de visibilización.
La marginación, y presumiblemente la pobreza, no son factores de peso suficiente para explicar el cambio religioso, como lo son, por el contrario, la tesis del “contagio” –por la que se entiende que el cambio en México está influido grandemente por la proximidad con los Estados Unidos, desde donde, históricamente, se han destinado misioneros, dinero y recursos para la evangelización en nuestro país, y la tesis del “aporte energético”, la cual señala que los credos cristianos no católicos poseen, a diferencia del catolicismo, una mayor capacidad para producirse y reproducirse, gracias a la mayor cantidad de “tiempo social” canalizado hacia los mismos y sus actividades relacionadas.
Entendemos, pues, que el cambio religioso es multifactorial y su estudio debe abordarse desde múltiples aspectos. La teoría de la Modernidad concibe el cambio religioso como producto de la secularización de las sociedades, inducida por los efectos que la propia Modernidad tiene sobre aquella. La secularización es el repliegue de lo sagrado sobre lo profano, lo que genera la pérdida del monopolio religioso del campo simbólico, el cual pasa a ser compartido tanto por sistemas religiosos como por sistemas seculares, entre los que se incluye a la filosofía, la ideología y los valores universalistas. En este sentido, la secularización de las sociedades estaría caracterizada también por la libertad y diversidad religiosas. Dentro de esta teoría se contemplan: la teoría de la privación y la teoría de la desorganización. Para la primera, los pobres son, naturalmente, los más proclives a formar parte de las filas evangélicas. Para la segunda, los campesinos que migran hacia la ciudad sufren el desarraigo de su entorno cultural, se colocan en situación vulnerable y son empujados, igualmente, al protestantismo.
La privación se entiende como el estado en el que el individuo o grupo se encuentra en desventaja respecto de otros grupos o individuos, respecto de una aspiración elevada de vida, y en el que las sectas proveen mecanismos para superar dicho sentimiento por su contrario, ya que no necesariamente implica la superación de la carencia en sí. Incluso la privación no necesariamente tiene que ser material o espiritual, también puede ser imaginaria. La privación y la desorganización se sustentan en el concepto durkheimiano de “anomia”, que designa un orden carente de leyes y normas, en el que las sectas religiosas llegan a restablecer aquellas y a dar significado a una sociedad inmersa en rápidos cambios socioculturales y económicos. Para Latinoamérica, el éxito del protestantismo significaría que