Oración
¡Bendito seas, Dios y Señor y Padre nuestro! Tú que quisiste que tu Hijo amado fuera el primogénito de todos sus hermanos, concédenos, ya en esta vida, gustar de ese Pan bajado del cielo, consagrado por tus sacerdotes, en el que Jesucristo se nos entrega como memorial de su muerte y resurrección.
R/ Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.
Santa Teresa de Jesús
V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.
Palabra de Dios
2Cor 12,9b-10
Con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte.
Reflexión
En la cruz está la vida y el consuelo
y ella sola es el camino para el cielo.
En la cruz está el Señor de cielo y tierra
y el gozar da mucha paz, aunque haya guerra.
Todos los males destierra de este suelo
y ella sola es el camino para el cielo.
Es una oliva preciosa la santa cruz,
que con su aceite nos unta y nos da luz.
Alma mía, toma la cruz con gran consuelo.
Que ella sola es el camino para el cielo.
Oración
Padre, que por nosotros quisiste que tu único Hijo fuera ultrajado y condenado a muerte: en virtud de las injurias y tormentos que él soportó, ayúdanos a no juzgar a nuestros hermanos, y merecer tu juicio favorable el día de la resurrección. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R/ Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.
Santa Teresa del Niño Jesús
V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.
Palabra de Dios
Jn 19,13-17
Al oír Pilato estas palabras, hizo salir a Jesús y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado Enlosado, en hebreo Gabbatá. Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta. Dice Pilato a los judíos: «Aquí tenéis a vuestro Rey». Ellos gritaron: «¡Fuera, fuera! ¡Crucifícale!». Les dice Pilato: «¿A vuestro Rey voy a crucificar?» Replicaron los sumos sacerdotes: «No tenemos más rey que el César». Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y él, cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota.
Reflexión
Jesús prodiga sus cruces como el signo más seguro de su ternura, porque desea hacerte semejante a Él. ¿Por qué tener miedo a no ser capaz de llevar la cruz sin desfallecer?
Celina, ¿no te parece que ya no nos queda nada en la tierra? Jesús quiere hacernos beber su cáliz hasta las heces dejando a nuestro padre querido allá abajo. No le neguemos nada. ¡Tiene tanta necesidad de amor y está tan sediento, que espera de nosotras esa gota de agua que pueda refrescarlo...! Demos sin medida, que un día él dirá: «Ahora me toca a mí».
Oración
Escucha, oh Dios, nuestra oración, y concédenos imitar la pasión de tu Hijo, portando con serena fortaleza nuestra cruz de cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/ Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.
Beata Teresa de Calcuta
V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.
Palabra de Dios
Jn 19,16-17
Entonces se lo entregó para que lo crucificasen. Tomaron, pues, a Jesús, que llevando la cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota.
Reflexión
¿No tengo razón? ¡Muchas veces miramos pero no vemos nada! Todos nosotros tenemos que llevar la cruz y tenemos que seguir a Cristo al Calvario, si queremos reencontrarnos con Él. Yo creo que Jesucristo, antes de su muerte, nos ha dado su Cuerpo y su Sangre para que nosotros podamos vivir y tengamos bastante ánimo para llevar la cruz y seguirle, paso a paso.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.
San Juan Pablo II
V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.
Palabra de Dios
Is 53,12
Fue contado entre los pecadores.
Reflexión
Empieza la ejecución, es decir, el cumplimiento de la sentencia. Cristo, condenado a muerte, debe cargar con la cruz como los otros dos condenados que van a sufrir la misma pena: «Fue contado entre los pecadores» (Is 53,12). Cristo se acerca a la cruz con el cuerpo entero terriblemente magullado y desgarrado, con la sangre que le baña el rostro, cayéndole de la cabeza coronada de espinas. ¡Ecce Homo! (Jn 19,5). En Él se encierra toda la verdad del Hijo del hombre predicha por los profetas, la verdad sobre el siervo de Yavé anunciada por Isaías: «Fue traspasado por nuestras iniquidades... y en sus llagas hemos sido curados» (Is 53,5). Está también presente en él una consecuencia de lo que el hombre ha hecho con su Dios que nos deja asombrados. Dice Pilato: Ecce Homo (Jn 19,5): «¡Mirad lo que habéis hecho de este hombre!» En esta afirmación parece oírse otra voz, como queriendo decir: «¡Mirad lo que habéis hecho en este hombre con vuestro Dios!».
Resulta conmovedora la semejanza, la interferencia de esta voz que escuchamos a través de la historia con lo que nos llega mediante el conocimiento de la fe. Ecce Homo! Jesús, el llamado Mesías (Mt 27,17), carga la cruz sobre sus espaldas (Jn 19,17). Ha empezado la ejecución.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.
III. ESTACIÓN: Jesús cae por primera vez
San Agustín
V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.
Palabra de Dios
Is 53,4-6
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre