Qué fastidio. Bastante hice con decirle en qué prisión tenían a ese rojo de mierda. Eso es lo que piensa Simón; ella, mientras tanto, logra algo de sosiego reconociendo que su situación no es tan precaria. Dentro de la negrura que tapa a media España, Soledad ve la luz; obtuvo trabajo en una academia para señoritas de familias adineradas. Ahí se las prepara para ser buenas esposas e inmejorables amas de casa. Entre labores y organización del hogar aprenden francés, literatura, filosofía, historia del arte; esa es precisamente la asignatura que imparte Soledad de lunes a sábado, todas las mañanas, las tardes por lo general, son para ella.
Dentro de las costumbres que la madre conserva, está la de llevar al teatro a sus chiquillos los domingos, aunque con muchos esfuerzos, porque las localidades para ir a disfrutar cualquier espectáculo cuestan caras.
—Todo sea por la cultura, por enseñarles a mis hijos que existen otros mundos, que soñar estira la imaginación y ensancha el espíritu —se enfrenta a quienes metiéndose donde no se les llama, le reprochan tal gasto.
Sentada ahí, en la pequeña plaza, Soledad recuerda aquellas charlas interminables con Amada cuando esta y la compañía de ballet a la que pertenece descansaban de sus giras; tardes largas tomando café mientras revisaban en casa de la maestra los trabajos de la Academia para la Mujer Moderna donde Soledad laboraba.
—La vida en el Paralelo es insólita. Solían decirse asombradas, no entendían muy bien cómo era que en esa parte de la ciudad todo continuara como si nada…
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.