Entre ambas posturas es cada vez más claro que sin dejar de ser líder del debate público, se requiere un periodismo de servicio para y con la gente, que propugne su participación activa.
La presente investigación cuantitativa y cualitativa discurre en dos dimensiones: el análisis del emisor y el análisis del mensaje. Es producto de la aplicación de tres técnicas de recolección de datos: encuestas, que se aplicaron a los periodistas de las redacciones web; entrevistas en profundidad, a sus editores o subeditores responsables; y un análisis cualitativo del contenido de las versiones electrónicas, basado en tres matrices de indicadores, construidas según los modelos propuestos por diversos autores.
Las encuestas y las entrevistas a los redactores web (71) y editores (9) de los cibermedios, que se efectuaron en el 2013, en su mayoría, fueron útiles para determinar lo que José Carlos Lozano (2007) denomina las rutinas periodísticas y las condiciones de producción de los mensajes, así como para reconocer el perfil de los periodistas.
El análisis cualitativo del contenido permitió descubrir lo siguiente: a. la estructura del texto informativo de las portadas y b. los elementos de las secciones, para reconocer los criterios de hipertextualidad y multimedialidad, así como las temáticas y técnicas de redacción predominantes. También, reconocer los mecanismos aplicados para generar interactividad y las herramientas relacionadas con la usabilidad que ofrecían las webs. Esta evaluación se hizo en fechas diferentes según consta en el capítulo 3.
Antes, en los capítulos 1 y 2, se reflexiona sobre las premoniciones cumplidas en materia de internet, la sociedad de la información y el periodismo digital, muchas de las cuales no se han cumplido, como la desaparición de los periódicos convencionales; o han sido superadas por la realidad y la disrupción. Asimismo, se pasa revista a la evolución del periodismo digital y las herramientas del lenguaje que utiliza.
En el capítulo 3, se presenta el panorama de los ciberperiódicos analizados, su evolución y popularidad en la web; así como la metodología empleada en su análisis, cuyos resultados se muestran en los capítulos 4, 5, 6 y 7, en concordancia con los objetivos planteados.
Se incluyen los testimonios de varios jóvenes periodistas digitales, algunos de los cuales colaboraron en las entrevistas de campo desarrolladas, y a quienes se les solicitó una reflexión personal sobre lo vivido a partir del 2012, el presente y el futuro del modelo.
Hace más de veinte años, los medios tradicionales estadounidenses y europeos entraron al mundo de internet por necesidad. Bajo una perspectiva estratégica bien planteada consideraron que, ante la reducción de lectores y las presiones publicitarias, era pertinente sopesar las posibilidades que ofrecía experimentar con las plataformas electrónicas (Yezers’ka, 2008a).
Hoy no deja de ser irónico que muchos de esos medios se pregunten si valió la pena invertir cuantiosas sumas en equipos, procesos y recursos humanos que, si bien han contribuido a la modernización de sus versiones digitales, no generan los ingresos publicitarios esperados, sobre todo en estos días de millonarios ajustes empresariales.
Las investigaciones consultadas para esta publicación, que aparecen en libros y, sobre todo, en artículos académicos y documentos ubicados en sitios web, revelan que el periodismo electrónico, inmerso en una evolución tecnológica, económica y editorial (Salaverría, 2005), desde hace décadas, no se detendrá, pero sí exigirá definiciones sobre dónde está y a dónde quiere llegar. Qué clase de periodismo quiere desarrollar y a quién quiere servir.
El periodismo digital peruano es una realidad, al margen de su rentabilidad actual. Hay una hornada joven y empeñosa de comunicadores a los que llamamos ciberperiodistas, que cada día emplean los nuevos recursos de una tecnología que avanza de manera impresionante, de acuerdo con procesos y quehaceres reconocidos académicamente. Además, y lo más importante, quizá, crece la masa crítica de prosumidores, especialmente, jóvenes que, aunque con altibajos, aumenta cada año. Si esto es así, no es difícil imaginar que, dentro de poco, el periodismo digital local irá ganando cada vez más seguidores, tanto de las plataformas con soporte en el papel como de las nuevas que nacieron y nacerán en la web. En pocos años, los llamados nativos digitales llegarán a la toma de decisiones y, con ello, a una forma diferente de enfrentar el mundo con herramientas que incluyen las tecnológicas. ¿Quizá, para ese momento, seremos testigos de la consolidación del ciberperiodismo? Un factor importante será el concurso de las empresas periodísticas para aprovechar sabiamente las ventajas de una revolución que debe beneficiar a todas las partes involucradas, y que demandará, como anota la académica Charo Sádaba Chalezquer un compromiso de innovación permanente al ritmo de los cambios tecnológicos. Me cuesta admitir que los móviles reemplacen algún día a los impresos (2016). Pero frente al avance de la tecnología, a los cambios de hábitos asociados a la ‘modernidad líquida’ (Bauman, 2002), en un contexto a favor de la disminución del papel periódico, acorde con la onda ecológica que se extiende en el mundo, ¿será el diario un producto premium, un artículo de lujo y de circulación restringida, como vaticinan los innovadores periodistas digitales? Quizá sí, quizá no.
Debo dejar constancia de que esta investigación no habría sido posible sin el apoyo de muchas personas. Mi gratitud a María Teresa Quiroz, por su confianza en la realización de este nuevo proyecto. A Branca Viaña y a Guillermina Palacios, quienes colaboraron en la captura de la información periodística difundida en los cibermedios, así como en el seguimiento de sus plataformas 2.0. Mi agradecimiento a los editores web Jaisia Amaro, Gustavo Bárrig, Alejandro Castro Backus, Marilyn Corrales, Herbert Holguín Villavicencio, Antonio Manco, Omar Olivares, Jean Paul Preciado y David Reyes, quienes proporcionaron información relevante sobre las dinámicas de sus respectivas redacciones web; y a los redactores digitales, que dieron cuenta de su trabajo. Asimismo, a los ciberperiodistas Ángel Hugo Pilares Manrique y Fernando Lozano Chávez, cuyos valiosos alcances incorporamos en esta obra; además, junto a Maricella Arias Morales, David Reyes y Gustavo Bárrig Jó, aceptaron escribir un testimonio para esta publicación sobre el presente, pasado y futuro del periodismo digital, que día tras día contribuyen a construir en el Perú.
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