Sekundärliteratur
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Duden – Fremdwörterbuch, ed. Dudenredaktion, Mannheim et al.: Dudenverlag 72001.
Dünne, Jörg / Stephan Günzel edd.: Raumtheorie – Grundlagentexte aus Philosophie und Kulturwissenschaften, Frankfurt am Main: Suhrkamp 2006.
Ferretti, Victor A.: "Urbanismo literario – France-Ville, Santa María y la ciudad imaginaria", Les Ateliers du Sal 8 (2016), 31-50.
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Gies, Kathrin: "Jakob", in: WiBiLex (2013), www.bibelwissenschaft.de/stichwort/22151/ [16.12.2016].
Gutzwiller, Kathryn J.: Theocritus' Pastoral Analogies – The Formation of a Genre, Madison: UWP 1991.
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Russell, Bertrand: History of Western Philosophy and its Connection with Political and Social Circumstances from the Earliest Times to the Present Day, London: G. Allen & Unwin 91965.
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Vargas Llosa, Mario: El viaje a la ficción – El mundo de Juan Carlos Onetti, Madrid: Punto de Lectura 2011.
El discurso 'de' la ciudad en la saga de Santa María y en los epitextos de Onetti
Nuevas perspectivas sobre lo urbano1
Agustín Corti (Salzburg)
I. Introducción: el discurso 'de' la ciudad
La topología en la obra de Juan Carlos Onetti ha ocupado un lugar importante en la crítica especializada. Dos vertientes fundamentales se han dedicado, por un lado, a resaltar la novedad de la materia ciudadana en la obra del escritor uruguayo1 y, por otro, a desvelar la contraparte referencial de los espacios desplegados en la obra, sobre todo, de la imaginaria ciudad de Santa María2. El espacio se ha interpretado asimismo preferencialmente a través del carácter existencial de la literatura onettiana. La ausencia de descripciones prolijas de los escenarios donde habitan los personajes o los interiores nada espectaculares son vistos como la contrapartida de seres fracasados y situaciones sórdidas.3 En las últimas décadas se ha recuperado el tema de la ciudad en Onetti desde una perspectiva que amplía el campo del texto literario, permitiendo lecturas que redibujan los límites de la obra y lo integran en una realidad discursiva más amplia.4 La obra onettiana inserta las ciudades de Buenos Aires o Montevideo en una red de significado que si bien no pretende representar miméticamente las ciudades realmente existentes, tampoco se limita a utilizarlas para lograr un mero efecto de realidad.5 La designación de dichas ciudades construye discursivamente un comentario sobre el espacio que se superpone al de otras prácticas discursivas sobre los mismos. La ciudad como espacio privilegiado de la acción de la literatura del siglo XX no es un gesto ajeno a otros discursos; lo urbano aparece inscripto tanto en poéticas como en el discurso público.6
En Onetti, el discurso sobre la ciudad está presente tanto en su literatura como en el intento de fundamentar una poética en el campo literario rioplatense y en un posterior diálogo con su propia labor literaria en alusión a la ciudad. La obra enriquece y delimita el discurso externo en torno a las ciudades porque este gira alrededor de la escritura, se instala en el campo abierto por la misma, como un modo de hacer visible lo urbano. Jitrik ha distinguido entre un discurso 'sobre' la ciudad y uno 'de' la ciudad. El autor considera que los discursos 'sobre' la ciudad pueden ser descriptivos o hermenéuticos: el valor referencial yace, en el primer caso, en la descripción o, en el segundo, en la evocación de elementos refractarios a la descripción, pero que pueden interpretarse o desvelarse de alguna manera. El discurso 'de' la ciudad equivaldría por el contrario a desvincular la referencialidad de una ciudad previamente existente que la obra literaria representa de forma mimética, el elemento descriptivo, y a su vez implicaría renunciar a la voluntad de encontrar un 'más allá' interpretativo, el elemento hermenéutico.7 Se trataría de un discurso en el que "la ciudad por sí misma se dijera".8 Que la ciudad "se exprese a sí misma", que el discurso sea 'de' la ciudad implica una reconsideración de la referencialidad en la obra y, en el discurso, del lugar que ocupa el autor. Las Buenos Aires y Montevideo de la obra de Onetti, Santa María, así como el comentario autorial epitextual sobre lo urbano pueden ser enmarcados en un terreno discursivo común, engendrado por prácticas de la ciudad que se expresan dentro de la obra literaria o como un discurso autorial externo a la obra sobre ese ámbito urbano. Esta reconsideración no implica borrar evidentemente las restricciones genéricas ni la diferencia de tipos textuales generados, sino reconsiderarlos desde una perspectiva que los resignifique. En el presente trabajo retomaré desde esta perspectiva el análisis del estatuto referencial de Santa María en su contraste con Buenos Aires y Montevideo en La vida breve, así como en algunas obras de la saga de Santa María,9 para adentrarme luego en el corpus de epitextos onettianos sobre dichas ciudades. Considero que los espacios manifiestan una estructura ejemplar que funciona como condición de posibilidad de otros despliegues tanto narrativos como discursivos. Toman el papel de un límite que el discurso despliega de diferentes maneras.
II. Las ciudades en torno a la referencialidad
En un minucioso estudio publicado por primera vez en 1967, el crítico Ángel Rama manifestaba ya que el espacio ciudadano en la literatura de Onetti es una ambientación de las vivencias, pero no un intento de representar una topografía.1 La constatación, bastante generalizada en la crítica onettiana, es sólo en parte correcta, ya que si bien las descripciones detalladas de los espacios no son usuales –para no hablar de la inexistencia de las de color o estereotipadas–, esto no impide que exista una serie de jerarquías en la representación espacial que imprime un sello en las acciones de los personajes. Ferro insiste, por ejemplo, en que los espacios "lejos de ser un mero anclaje de verosimilitud exigida por la lógica de los relatos, aparecen como manifestación de un modo de figurar la ciudad en abierta pugna con las poéticas dominantes de la época, adscritas al realismo".2 Santa María nace en La vida breve como un ente que contradice a Buenos Aires y Montevideo, es decir, se relaciona con dos significantes que refieren a ciudades reales.3 Estas son necesarias para la comprensión del nuevo terreno en el que se desarrollará la saga, aunque su aparición sea cada vez más escasa o esté cada vez más indeterminada. Si el escenario principal en el que se desarrollará la acción en las obras posteriores a La vida breve es Santa María, la pregunta es cómo puede entenderse la referencialidad de la ficticia Santa María conjuntamente con las otras dos grandes urbes.
El estatuto de los sitios geográficos existentes en el mundo real dentro de la obra literaria se ha estudiado a menudo en el marco de la delimitación entre realidad y ficción o discurso histórico y ficcional.4 Zipfel categoriza los objetos –y también los entes humanos– en la narrativa de ficción como 'reales', 'pseudo-reales' e 'irreales'. Los objetos 'reales' constituyen el marco dentro del cual tiene lugar una obra ficcional y posibilitan un anclaje de la historia en el mundo real; los 'pseudo-reales', por su parte, implican una modificación de un objeto real de tal modo que este se puede identificar como ficcional, aunque se