El cálculo de la vida
Prismas
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Andrés Moya
El cálculo de la vida
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© Andrés Moya, 2014
© De esta edición: Universitat de València, 2014
Publicacions de la Universitat de València
Arts Gràfiques, 13 – 46010 València
Diseño de la colección y maquetación: Inmaculada Mesa
Corrección: Communico, C. B.
Ilustración de la cubierta:
«Complexitat» (Daniel Muñoz Mendoza)
ISBN: 978-84-370-9621-6
Índice
I. TEÓRICOS DE LA BIOLOGÍA Y TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN
Teoría de la evolución y evolución composicional
IV. CONCEPTOS PARA UNA BIOLOGÍA TEÓRICA
V. TEORÍA GENERAL DE SISTEMAS Y BIOLOGÍA DE SISTEMAS
El método teórico en biología
VI. LÓGICA, COMPUTACIÓN Y BIOLOGÍA
Complejidad algorítmica y aleatoriedad en biología
Despliegue de complejidad y emergencia
Determinismo y evolución cerrada
El reactor y los experimentos
Contingencia y necesidad
IX. LOS ESPACIOS DE LA EVOLUCIÓN
Fenotipos tratables
Las memorias orgánicas
Incompletitud de Gödel y evolución progresiva
Lecciones para la biología sintética
XII. A MODO DE SÍNTESIS: EL SUEÑO DE GOETHE
INTRODUCCIÓN
LA OBRA QUE EL LECTOR TIENE EN SUS MANOS parte de una supuesta contradicción entre título y contenido, lo que requiere una inmediata explicación. Desde que pensé en el proyecto, hace ya tiempo, siempre tuve en mente que la obra debía titularse El cálculo de la vida. Y la obra versa sobre biología y las aproximaciones teóricas a esta, pero esas aproximaciones no son cuantitativas, no pretenden modelizar los fenómenos biológicos desde las matemáticas que sirvieron para el desarrollo de modelos en otras ciencias, concretamente el cálculo, el que naciera con Newton y Leibniz y que ha ido a la par con el desarrollo de la ciencia física. Probablemente hubiera sido más natural, atendiendo a los objetivos perseguidos, que el título fuera La lógica de la vida, porque la teorización que desarrollo en la obra es más cualitativa que cuantitativa, próxima a la lógica y a la computación, su heredera y, probablemente, el lenguaje formal que mejor captura la complejidad de la fenomenología biológica. Pero cualquier lector atento a la historia de la biología conocerá la obra de François Jacob La lógica de lo viviente, una obra de naturaleza histórica y de filosofía natural bajo la perspectiva tan bien fundada y coherente que sobre la biología podría dar dicho autor, uno de los padres de la biología molecular. Pero la aproximación que desarrollo en el texto no trata de utilizar el término lógica en el sentido que pretende Jacob, y que coincide con su uso coloquial, a saber: tratar de captar el hilo conductor, la última razón que justifica algo, en este caso la vida. La pretensión de mi ensayo es reflexionar sobre un lenguaje formal apropiado para la descripción y la explicación biológica. Y ese lenguaje, sostengo, es próximo a lo cualitativo, a la lógica y a la computación. Y ese lenguaje bien pudiera servir como el cálculo que la biología necesita para así poder teorizar mejor sobre ella, del mismo modo que lo ha sido el cálculo para la física. De ahí El cálculo de la vida.
Mi primera publicación científico-filosófica apareció en 1982. Relatar la historia que me llevó a ella tiene un interés sustancial para entender la tesis central y el objetivo del presente libro. La publicación consistió en el análisis y la crítica de la axiomatización de la biología de Joseph Henry Woodger (Moya, 1982). Había sido el fruto de mi trabajo de tesis de licenciatura en Filosofía. Dada mi formación previa y mi interés por la biología, mi director, el profesor Manuel Garrido, a la sazón catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universitat de València, me propuso estudiar la obra de Woodger. La razón, a su juicio, era más que obvia: Woodger era biólogo y se había introducido en el campo de la formalización de las teorías científicas. Nada mejor para un joven biólogo, estudiante a la par de filosofía, que dedicarse a este proyecto. Me entusiasmó la propuesta. El profesor Garrido me citó en su casa y me llevó a la sección de su enorme biblioteca destinada a las ciencias. Me mostró alguno de los ensayos de J. H. Woodger, entre otros el titulado Biology and Language, que él mismo se encargaría de traducir al español como Biología y Lenguaje, y que apareció en la tan emblemática colección de ensayos sobre filosofía de la ciencia que llevaba por título Estructura y Función (con subtítulo El porvenir actual de la ciencia), de la Editorial Tecnos, dirigida entonces por el no menos carismático profesor Enrique Tierno Galván.
Woodger pretendía lograr en biología un nivel de formalización del mismo calibre