Cohesión social y Convención Constituyente 2021. Juan Ignacio Correa Amunátegui. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juan Ignacio Correa Amunátegui
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789563248562
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target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_8769dbfe-f698-5890-942b-8a975a1883be">1 Schauer, Frederick: Constitutions of Hope and Fear, en The Yale Law Journal (2014), p. 528. Este punto, naturalmente, ha sido hecho por varios constitucionalistas, incluyendo Bruce Ackerman, quien ha aparejado el miedo con la humillación y la esperanza con el orgullo.

       NOTA LITERARIA

      

      Creemos que habrá ―al menos— dos aspectos que definirán la Nueva Constitución: por un lado, su régimen político (diseño de la distribución del poder entre el ejecutivo y el legislativo, centralismo versus descentralización, iniciativas populares en materias electorales y fiscalizadoras, sistema electoral en razón de la gobernanza, etcétera) y, por otro, la regulación que recibirán los derechos sociales.

      Este llamado a limar el estilo a través de la artesanía a la par como lo hacían los escribas del antiguo Egipto o los monjes copistas del medievo, en el ámbito de la redacción constitucional moderna deviene en la rigurosa labor de descubrir le mot juste y así expresar en forma cabal y concisa las ideas, deberes y derechos constitucionales.

      Como se verá en Chile: un Estado Social, artículo central de esta publicación, uno de los defectos de la actual Constitución es su falta de precisión llegado el momento de determinar y regular los derechos sociales [infra, subacápite 7.6)]. Nada se saca con lograr acuerdos y ser un constituyente dedicado si tal disciplina no se acompaña con horas de corrección hasta alcanzar un estilo coherente y unívoco.

      Resulta esencial, nos desafía Vargas Llosa, purgar toda la exuberancia emocional y lírica en pos de la precisión. Aquel encuentro entre forma y fondo ―entre palabra e idea—, Flaubert lo ponía a prueba en «la gueulade» (en el vocerío). Leía en voz alta lo que había escrito, en una pequeña alameda de tilos que todavía existe, allá en Croisset, en Rouen, en la ribera del Sena. Allí declamaba a voz en cuello lo escrito y el oído le decía si había acertado o debía seguir experimentando hasta alcanzar aquella armonía que perseguía con inclaudicable tenacidad.