Una generación emboscada: la emergencia de la poesía testimonial frente a la violencia en Colombia. Angélica Hoyos Guzmán. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Angélica Hoyos Guzmán
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789587463521
Скачать книгу
con su marco pluralista, fue una aspiración de alcanzar un Estado social de derecho que define un tránsito hacia un país más justo e igualitario con todos sus habitantes. El artículo 22 define la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento. Para la misma época se crean programas de fomento a la cultura como una posibilidad de hacer efectiva esa aspiración nacional a través de los valores promovidos con la institución, como debe ser garantizado desde los sentimientos de igualdad que motiva la democracia (Nussbaum, 2016).

      A pesar de ello se vivió esta época no solo en estado de excepción sino con el ejercicio de una ciudadanía del miedo, donde la cultura ofrecía la esperanza y la burocratización de esta aspiración. Tal como lo señala Ochoa (2004), se trata de considerar la cultura como un campo de restitución de lo social, de cohesionar lo fragmentario que queda como afectación de la guerra en el país. Esto derivó en la creación del Ministerio de Cultura, en la organización y consolidación de la Casa de Poesía José Asunción Silva con la dirección de María Mercedes Carranza, quien, en vida, en pleno comienzo del siglo XXI, organizó los encuentros de poesía Alzados en Almas, además de sus publicaciones sobre la violencia en Colombia, para hacer frente a lo vivido en todo el territorio durante la época.

      En el siglo XXI, la institución gestiona la memoria del dolor con una política de archivo que no tiene incidencia ni en lo jurídico ni agencia colectiva de dignificación. La poesía, en cambio, con su fuerza alterna sensible, se escribe desde lo político con una intención de afectar las emociones de los lectores durante la época que registran los documentos. Hay una fuerza vindicativa, de justicia, una reflexión moral, desde la filosofía y, desde luego, una lengua literaria en común, por estudiar con la producción de estos dos autores, también una memoria que movilizar con la interpretación y metodología de lectura de lo póstumo como sobreviviente.

      Hay que decir, además, que en alguno de los informes institucionales se habla del asesinato de los poetas por su palabra. Si bien se los incluye como periodistas, como líderes, no se habla del gran valor y de la estética y función que estos autores asignaron a su poesía. No se habla de ese carácter de conmoción y ese espíritu colectivo de país, esa sensibilidad que hizo de sus libros un registro documental de la época. Movilizar el archivo a través de estos afectos aspiracionales, frente a una época cuya estructura sentimental (Williams, 1988) asigna otras emociones que son las de la sobrevivencia como condición de existencia además del miedo y de dolor, como sensibilidades hegemónicas gestionadas desde la guerra y la política de la memoria acumulativa.

      En este sentido, tengo entonces la idea de que se necesita ubicar la poesía de Tirso Vélez y Julio Daniel Chaparro tanto en su interlocución con los problemas sociales del país como en el campo literario con relación a sus apuestas transgresoras de lo genérico y de producción contemporánea, e incluso desde lo póstumo como condición de su publicación. Por lo anterior, corresponde ahora hablar de las tendencias de la crítica en la poesía en diálogo con sus obras para desarrollar el análisis propuesto.

      Tendencias de la crítica sobre poesía colombiana

      Este trabajo de investigación se justifica a partir de los escasos, pero importantes, antecedentes, según lo mostraré, y tesis o reflexiones sobre la poesía con relación a la violencia en Colombia. En principio, me refiero a que se habla de la tradición de la literatura de la violencia, que surge como una literatura testimonial y que poco a poco evoluciona estéticamente, por ello se toma como de mayor calidad literaria la producción narrativa con respecto a la violencia (Restrepo, 2015). En los estudios sobre la poesía, en cambio, encuentro muy poco reflexivo el ejercicio crítico sobre esta relación, o con poco corpus representativo de poemas o poemarios estudiados por un análisis como en el caso del estudio hecho por Mena (1978).

      Durante el siglo XX, con relación a la violencia, existen críticas que se han dedicado a abordar las relaciones de la poesía con el bipartidismo como semilla para el nadaísmo y la conformación del grupo Mito (Fajardo, 2009), las tendencias conservadoras y liberales de los poetas entre 1940 y 1950 (Romero, 1985) y otro referente que analiza diferentes autores y momentos de la poesía que pretenden la construcción de un país a través del proyecto poético literario en tres momentos, tres tipos de discursos sobre país y patria desde el idioma, desde los poetas como Giovanny Quessep, Charry Lara, seguidores de Aurelio Arturo; luego el desarraigo más visible en Eduardo Cote, los poetas de la revista Mito y un último periodo o construcción de este discurso en la voz de Jaime Jaramillo Escobar (López, 1992).

      Como se aprecia, la tendencia de estudio que prevalece es la de abordar la relación entre el posicionamiento de los autores de la revista Mito o del nadaísmo como estéticas emergentes y comprometidas. Sobre la poesía contemporánea, específicamente sobre el periodo de los años 80, 90 y la poesía actual, es nula la crítica. Me corresponde y motiva esta carencia para desarrollar la investigación propuesta.

      A partir de una lectura crítica de la poesía publicada entre los años noventa y lo que va del nuevo milenio, encuentro estas relaciones entre la poesía la violencia y la continuidad de una tendencia de escritura de poesía, que se ha olvidado, marginalizado, por el aparato de la crítica literaria sobre poesía: la poesía testimonial. Lo que me lleva a pensar en esta marginalización puede deberse a cierta tendencia a pensar la poesía en el terreno de lo estrictamente lírico, en una supuesta pureza genérica que se pone en tensión en este tipo de escrituras, como se verá en el desarrollo de esta investigación.

      Sobre la poesía testimonial se ha dicho que es una tendencia latinoamericana y que en Colombia se relaciona con la Violencia del bipartidismo, es decir, de antes de mediados del siglo XX (Urbanski, 1965). Uno de los pioneros escritores de esta tendencia de escritura poética es el poeta Ramiro Lagos (1964), con su obra Testimonio de las horas grises. Se relacionan aquí algunos autores como Carlos Castro Saavedra, Emilia Ayarza, entre otros, como poetas testimoniales.

      Otra tendencia que mira la producción más reciente propone el flujo comprometido que viene de los poetas de la revista Mito y relaciona la filosofía como tema y la fragmentación de los autores en Colombia. Por ello, después de la llamada Generación sin nombre, o también Generación desencantada, en el fin de siglo XX y lo que va del XXI no se puede reunir poemas en una nueva categoría generacional, sino que se trata de fragmentaciones aisladas en el mapa de la poesía colombiana (Cadavid, Robledo y Torres, 2012).

      Comparto esta tesis, pero en lo que corresponde a este flujo de los años ochenta en la producción poética, me parece adecuado pensar esta tendencia como generación en emboscada, desde las condiciones escriturales y las motivaciones de un tipo de autoría frente a la realidad social.

      En estas perspectivas, el estudio de la poesía pone al nadaísmo como movimiento último que se asume como generación vanguardista tardía, pero como observo, existen antecedentes y tradiciones de vanguardia y de poesía política en todo este panorama poético enunciado. Así pues, comparto las ideas de estas fragmentaciones y el hecho de que no hay como tal una generación que confluya en estéticas y proyectos literarios colectivos, pero sí es necesario hablar de generación emboscada para agrupar los estilos de escritura frente a la violencia, puesto que ambos autores escriben en este contexto a finales del siglo XX.

      En estas escrituras poéticas con relación a la violencia, los temas de la guerra aparecen y se han analizado desde algunos estudios recientes. Existe la crítica que revela la relación