La consulta espiritual y física del pueblo kággaba. Anghie Prado Mejía. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Anghie Prado Mejía
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789587463675
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rel="nofollow" href="#ud80b7e6c-596e-49fa-8e9e-88ab7654008f">La consulta física y espiritual entre los kággaba

       El auto en marcha: una mirada etnográfica del proceso de implementación del Plan Salvaguarda Kággaba

       “Tenemos que decirle al Estado cómo se escribe, no podemos esperar que él lo haga por nosotros”

       Consideraciones finales

       Referencias bibliográficas

      Lista de siglas y acrónimos

      AUC: Autodefensas Unidas de Colombia.

      CNMH: Centro Nacional de Memoria Histórica.

      CIDH: Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

      CIT: Confederación Indígena Tayrona.

      DANE: Departamento Administrativo Nacional de Estadística.

      DAIRM: Dirección de Asuntos Étnicos, Rom y Minorías.

      DD. HH.: Derechos Humanos.

      DIH: Derecho Internacional Humanitario.

      ELN: Ejército de Liberación Nacional.

      EPL: Ejército Popular de Liberación.

      FGN: Fiscalía General de la Nación.

      FLACSO: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

      FARC-EP: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo.

      FARC: Fueza Alternativa Revolucionaria del Común – Partido Político.

      Incora: Instituto Colombiano para la Reforma Agraria.

      MI: Ministerio del Interior.

      OGT: Organización Gonawindúa Tayrona.

      ONIC: Organización Nacional Indígena de Colombia.

      OPIAC: Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana.

      PGN: Procuraduría General de la Nación.

      RUV: Registro Único de Víctimas.

      SNARIV: Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas.

      SNSM: Sierra Nevada de Santa Marta.

      Introducción

      La reparación de las víctimas del conflicto armado constituye un derrotero inexorable hacia la construcción de una “paz estable y duradera”. Como lo ha sugerido Walter Mignolo (2009), el proceso histórico en América Latina supone encarar la “herida colonial”. Se trata de reconocer que, en la conformación de la sociedad colonial y republicana, se dieron procesos de violencia estructural que parecen no cesar. Así,

      el Estado colombiano debe reconocer su acción y omisión frente a esta descarnada guerra, que ha ubicado a Colombia en la lista de países con mayor número de desplazados internos (UNHCR-ACNUR-Estadísticas, 2017). […] se considera que el derecho a la reparación, además de garantizar el restablecimiento de derechos de las víctimas, permitirá acercarnos a una sociedad más democrática, justa e igualitaria (Prado, 2018, p. 98).

      Las sociedades donde se dan marcos legislativos basados en la reparación, algunas veces, corresponden a escenarios donde se han dado o se dan procesos de colonización. Podemos recordar, al respecto, los procesos de reparación en Centroamérica asociados a las guerras que tuvieron participación de los Estados Unidos. De hecho, en el caso de Guatemala la búsqueda de la paz fue paralela a un proceso de construcción de democracia (Jonas, 2000). Igual sucedió en el Congo, país con un largo y complicado pasado colonial que generó espacios de disputa local que requirieron marcos transicionales para su resolución (Mangu, 2003).

      En cierto sentido, los marcos transicionales donde hay reparación, búsqueda de la verdad y garantía de no repetición son adyacentes a sociedades donde hay fuerte presión de poderes globales por determinar los modos de existencia de las sociedades locales. Entonces, la respuesta a esta situación es una presión social que exhorta a la configuración de instrumentos para generar justicia social. Está claro que, en el caso de Colombia, la justicia de este tipo que se ha reclamado de parte de movimientos sociales ha tenido diversos rasgos, pues algunos movimientos se conformaron desde la diferencia étnica; otros, desde la defensa del territorio, en algunos caso por ambas situaciones (Escobar, 2002).

      En este orden de ideas, se puede afirmar que la reparación como política pública es uno de los resultados de la movilización de dispositivos estatales que funcionan de oficio, y también una consecuencia de luchas que se dan en diversos escenarios de poder y que tienen como actores principales los movimientos sociales. Hoy día se sabe que estos últimos incluso están conformados por actores humanos y no humanos, y que los Estados en raras ocasiones reconocen el carácter de interactores que conforman algunos de esos movimientos. Esto lo describió muy bien la antropóloga peruana Marisol de la Cadena para el caso andino, donde la ontología animista es la que predomina y los indígenas deben sentarse a negociar dentro de los rígidos marcos del naturalismo que no reconoce a la naturaleza como un sujeto (De la Cadena, 2009).

      Aunque se describirá más adelante quiénes son los kággaba, en este punto se puede adelantar que es una de las etnias de la Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM), de habla macrochibcha. Usualmente, los kággaba han habitado los flancos al noreste de la SNSM, en especial los valles que se forman en las cuencas hidrográficas de los ríos que desembocan en el mar Caribe.

      Los interrogantes que gestaron el presente texto se formulan a partir de las críticas al ciclo de la política pública (policy cycle) señalado por Muller y Surel (1998), quienes invitan a pensar la implementación de las políticas públicas no como una máquina que aplica procesos sistematizados, sino más bien como un proceso donde quienes la implementan actúan de acuerdo con un entramado histórico y sociocultural y, por ende, no sea raro que dichos ejecutores realicen una labor continua de significado y resignificación de un texto con base en su propia escala de creencias e intereses; es decir, las políticas públicas no se aplican en un vacío exento de tensiones, sino por el contrario en una arena de disputa. En este punto coincide Alejandro Agudo (2014), quien describe la diversa gama de relaciones que se tejen entre los ciudadanos y el Estado en México. Para el autor, el Estado es, antes que nada, una arena de negociación donde prima un lenguaje de traducción, espacios en los que brota lo público, y marcos donde se construyen interacciones. En consecuencia, hay toda una constelación de normas, leyes, decretos y un aparato burocrático que encarna esa narrativa.

      Así