Santa Biblia - Reina-Valera, Revisión 1909 (Con Índice Activo). Dios. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Dios
Издательство: Bookwire
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Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 4064066374679
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su mano, como solías cuando eras su copero.

      14Acuérdate, pues, de mí para contigo cuando tuvieres ese bien, y ruégote que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí á Faraón, y me saques de esta casa:

      15Porque hurtado he sido de la tierra de los Hebreos; y tampoco he hecho aquí porqué me hubiesen de poner en la cárcel.

      16Y viendo el principal de los panaderos que había declarado para bien, dijo á José: También yo soñaba que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza;

      17Y en el canastillo más alto había de todas las viandas de Faraón, obra de panadero; y que las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza.

      18Entonces respondió José, y dijo: Esta es su declaración: Los tres canastillos tres días son;

      19Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti.

      20Y fué el tercero día el día del nacimiento de Faraón, é hizo banquete á todos sus sirvientes: y alzó la cabeza del principal de los coperos, y la cabeza del principal de los panaderos, entre sus servidores.

      21E hizo volver á su oficio al principal de los coperos; y dió él la copa en mano de Faraón.

      22Mas hizo ahorcar al principal de los panaderos, como le había declarado José.

      23Y el principal de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.

      Génesis Capítulo 41

      1Y ACONTECIO que pasados dos años tuvo Faraón un sueño: Parecíale que estaba junto al río;

      2Y que del río subían siete vacas, hermosas á la vista, y muy gordas, y pacían en el prado:

      3Y que otras siete vacas subían tras ellas del río, de fea vista, y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas á la orilla del río:

      4Y que las vacas de fea vista y enjutas de carne devoraban á las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón.

      5Durmióse de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas subían de una sola caña:

      6Y que otras siete espigas menudas y abatidas del Solano, salían después de ellas:

      7Y las siete espigas menudas devoraban á las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño.

      8Y acaeció que á la mañana estaba agitado su espíritu; y envió é hizo llamar á todos los magos de Egipto, y á todos sus sabios: y contóles Faraón sus sueños, mas no había quien á Faraón los declarase.

      9Entonces el principal de los coperos habló á Faraón, diciendo: Acuérdome hoy de mis faltas:

      10Faraón se enojó contra sus siervos, y á mí me echó á la prisión de la casa del capitán de los de la guardia, á mí y al principal de los panaderos:

      11Y yo y él vimos un sueño una misma noche: cada uno soñó conforme á la declaración de su sueño.

      12Y estaba allí con nosotros un mozo Hebreo, sirviente del capitán de los de la guardia; y se lo contAmós, y él nos declaró nuestros sueños, y declaró á cada uno conforme á su sueño.

      13Y aconteció que como él nos declaró, así fué: á mí me hizo volver á mi puesto, é hizo colgar al otro.

      14Entonces Faraón envió y llamó á José; é hiciéronle salir corriendo de la cárcel, y le cortaron el pelo, y mudaron sus vestidos, y vino á Faraón.

      15Y dijo Faraón á José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo declare; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para declararlos.

      16Y respondió José á Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que responda paz á Faraón.

      17Entonces Faraón dijo á José: En mi sueño parecíame que estaba á la orilla del río:

      18Y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado:

      19Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy fea traza; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en toda la tierra de Egipto en fealdad:

      20Y las vacas flacas y feas devoraban á las siete primeras vacas gruesas:

      21Y entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiese entrado en ellas, porque su parecer era aún malo, como de primero. Y yo desperté.

      22Vi también soñando, que siete espigas subían en una misma caña llenas y hermosas;

      23Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del Solano, subían después de ellas:

      24Y las espigas menudas devoraban á las siete espigas hermosas: y helo dicho á los magos, mas no hay quien me lo declare.

      25Entonces respondió José á Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo: Dios ha mostrado á Faraón lo que va á hacer.

      26Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo.

      27También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del Solano, siete años serán de hambre.

      28Esto es lo que respondo á Faraón. Lo que Dios va á hacer, halo mostrado á Faraón.

      29He aquí vienen siete años de grande hartura en toda la tierra de Egipto:

      30Y levantarse han tras ellos siete años de hambre; y toda la hartura será olvidada en la tierra de Egipto; y el hambre consumirá la tierra;

      31Y aquella abundancia no se echará de ver á causa del hambre siguiente, la cual será gravísima.

      32Y el suceder el sueño á Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura á hacerla.

      33Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.

      34Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la hartura;

      35Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y alleguen el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.

      36Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años del hambre que serán en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.

      37Y el negocio pareció bien á Faraón, y á sus siervos.

      38Y dijo Faraón á sus siervos: ¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien haya espíritu de Dios?

      39Y dijo Faraón á José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú:

      40Tú serás sobre mi casa, y por tu dicho se gobernará todo mi pueblo: solamente en el trono seré yo mayor que tú.

      41Dijo más Faraón á José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

      42Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y púsolo en la mano de José, é hízole vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;

      43E