Expuse algunos adelantos en eventos académicos a los que fui invitada. Sería imposible mencionar a cada uno de los colegas participantes en distintas ciudades de mi país (Argentina) y en el extranjero (París, Madrid, Zaragoza, Valencia, Salamanca, Salerno, Ciudad de México, Puebla, Bogotá, San Pablo, Vitória, Lima, Santiago de Chile, Montevideo). A todos ellos agradezco sus devoluciones y el diálogo siempre fructífero que nos une desde hace años en esa cofradía a la que me gusta llamar la “Internacional Bicentenaria”. De igual manera, con los amigos que integran el Programa Argentina 200 Años de la Universidad Nacional de Rosario y con los colegas de la Universidad Torcuato Di Tella, mis deudas se renuevan constantemente.
Quiero expresar mi especial reconocimiento a la Casa de Velázquez de Madrid –que generosamente subsidió una estancia de investigación y así me permitió avanzar con este proyecto–, y a las instituciones académicas argentinas que sostienen mi tarea cotidiana e hicieron posible la creación del Instituto de Estudios Críticos en Humanidades (UNR/Conicet), donde encontré un agradable lugar de trabajo y pude desarrollar intensos intercambios interdisciplinarios. En el actual contexto de pandemia y crisis generalizada, agradezco muy especialmente al equipo editorial de Siglo XXI por apoyar mis iniciativas historiográficas y hacerme sentir en mi casa, y a Pedro Rújula por sostener su confianza en este libro y publicarlo en Prensas de la Universidad de Zaragoza.
Por último, sin el acompañamiento de mi familia no habría espacio para el disfrute que significa hacer historia. Con mis hijas Camila y Joaquina, además del amor y de la complicidad que nos une, compartimos la adrenalina que implica pensar el mundo e interrogarnos por los sentidos que encierra. Sebastián y Francisca Perochena alegran mi vida y forman parte de una amplia constelación donde siempre hay un lugar para agregar en la mesa de comensales. Y a quienes va dedicado este libro deseo expresarles mi renovada emoción por saber que están allí y por volver presencia el recuerdo de Pedro y Nilda, mis queridos padres.
Noviembre de 2020.
[1] La bibliografía sobre las teorías de los juegos y de la acción política es copiosa y no viene al caso hacer una extensa cita. Solo con carácter indicativo, es oportuno referir a la teoría del juego no matemático aplicada al campo político, desarrollada por Frederick G. Bailey en Strategems and Spoils. A Social Anthropology of Politics, Nueva York, Schocken Books, 1969.
[2] Sobre la “ilusión retrospectiva de fatalidad”, véase Raymond Aron, Introducción a la filosofía de la historia, Buenos Aires, El Ateneo, 2006.
[3] Sobre las formas que adoptaron en la historiografía los análisis contrafácticos, véase Quentin Deluermoz y Pierre Singaravélou, Hacia una historia de los posibles. Análisis contrafactuales y futuros no acontecidos, Buenos Aires, SB, 2018.
[4] Hugh Trevor-Roper, “History and Imagination”, en Hugh Lloyd-Jones, Valerie Pearl y Blair Worden (eds.), History and Imagination. Essays in honour of H. R. Trevor-Roper, Londres, Duckworth, 1981, p. 384.
[5] Emilio Gentile, El fascismo y la marcha sobre Roma. El nacimiento de un régimen, Buenos Aires, Edhasa, 2014, p. 18.
[6] Ian Kershaw, Decisiones trascendentales. De Dunquerque a Pearl Harbour (1940-1941). El año que cambió la historia, Barcelona, Península, 2008, pp. 617 y 611.
[7] Rafe Blaufarb, “The Western Question: The Geopolitics of Latin American Independence”, American Historical Review, vol. 112, nº 3, 2007, pp. 742-763.
[8] Para citar solo algunos ejemplos de la historiografía latinoamericana que explora estas conexiones, véanse: João Paulo Pimenta, La independencia de Brasil y la experiencia hispanoamericana (1808-1822), Santiago de Chile, Dibam - Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2017; Daniel Gutiérrez Ardila, El reconocimiento de Colombia. Diplomacia y propaganda en la coyuntura de las restauraciones (1819-1831), Bogotá, Universidad del Externado de Colombia, 2012; del mismo autor, Un nuevo reino. Geografía, política, pactismo y diplomacia durante el interregno en Nueva Granada (1808-1816), Bogotá, Universidad del Externado de Colombia, 2010; Klaus Gallo, De la invasión al reconocimiento. Gran Bretaña y el Río de la Plata 1806-1826, Buenos Aires, AZ, 1994; Geneviève Verdo, “Los patriotas rioplatenses frente a la Europa de Viena: entre cálculos estratégicos y filosofía de la historia”, Historia y Política, nº 19, Madrid, 2008, pp. 75-102.
[9] Para un acercamiento al concepto de “política exterior” pueden consultarse Juan Carlos Pereira Castañares (coord.), Historia de las relaciones internacionales contemporáneas, Madrid, Ariel Historia, 2009; del mismo autor, “De la historia diplomática a la historia de las relaciones internacionales: algo más que el cambio de un término”, Historia Contemporánea, nº 7, 1992, pp. 155-182; también el nº 42 (monográfico: La historia de las relaciones internacionales) de Ayer, 2001.
[10] El tratamiento del tema se nutre de las pistas que ofrecen los diferentes enfoques de historias conectadas, cruzadas, globales y transnacionales. Entre muchos otros aportes sobre estos enfoques véanse: Michael Werner y Bénédicte Zimmermann, “Beyond Comparison: Histoire Croisée and challenge of reflexivity”, History and Theory, nº 45, 2006, pp. 30-50; Bernhard Struck, Kate Ferris y Jaques Revel, “Introduction: Space and Scale in Transnational History”, The International History Review, nº 33 (4), 2011, pp. 573-584; Serge Gruzinski, “Les mondes mêlés de la monarchie catholique et autres ‘connected histories’”, Annales. Histoire, Sciences Sociales, 56, nº 1, 2001, pp. 85-117; Sanjay Subrahmanyam, “Connected Histories: Notes towards a Reconfiguration of Early Modern Eurasia”, Modern Asian Studies, nº 313, 1997, pp. 735-762; Maria Ligia Coelho Prado, “América Latina: historia comparada, historias conectadas, historia transnacional”, Anuario de Historia, 24, nº 3, 2011-2012, pp. 10-22; Romain Bertrand, “Historia global, historias conectadas: ¿un giro historiográfico?”, Prohistoria, nº 24, 2015, pp. 3-20; Sergio Serulnikov y Andrea Lluch, introducción al dosier “Latinoamérica y los enfoques globales”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos, 2014.
[11] M. J. García a J. M. de Pueyrredón, Río de Janeiro, 29/8/1816, en Washington Reyes Abadie, Oscar Cruschera y Tabaré Melogne, El ciclo artiguista, Montevideo, Medina, 1951, p. 511.
[12] Sobre las temporalidades de la comunicación, véase Lila Caimari, “El mundo al instante. Noticias y temporalidades en la era del cable submarino (1860-1900)”, Redes, nº 40, 2015, pp. 125-146.
[13] Véase Javier Fernández Sebastián, “Del rey cautivo a la república de derecho divino. Retóricas e imaginarios de las revoluciones hispánicas”, en Laura Rojas