Uno de los elementos básicos tanto en la técnica como en la composición fotográfica. Consiste, desde una perspectiva óptica, en hacer coincidir los rayos de luz que pasa a través de nuestra lente en un determinado punto, el cual llamamos foco. Con ello conseguimos la mayor nitidez de imagen posible en un punto determinado, y en el resto de los elementos de la imagen que se encuentren a la misma distancia. El enfoque podemos ajustarlo de forma manual, con el anillo de enfoque de la lente, o automático a través de controles electrónicos desde la cámara.
Mirando por el visor podemos observar los puntos de enfoque que se activan en cada toma. Podemos seleccionar a través de diales qué punto de enfoque queremos activar, o bien dejar que la cámara actúe según unos parámetros establecidos. El autofoco dispone de diferentes modos, diseñados para optimizar los resultados en las distintas situaciones fotográficas. Desde el modo de enfoque y disparo, al enfoque continuo o el de seguimiento de sujetos en movimiento, existen numerosas posibilidades.
•Profundidad de campo. Es la zona que permanece nítida en una imagen, desde el punto más cercano al más lejano en un determinado plano de enfoque. Es un efecto óptico que está directamente relacionado con la elección del diafragma, obteniendo una mayor profundidad de campo con aperturas pequeñas y menos con grandes aperturas. Otros factores influyen, como la distancia focal del objetivo, y la distancia sobre el primer plano que pretendamos que esté enfocado.
Roberto Iván Cano
En esta imagen se quería resaltar la forma del tronco contra el color otoñal. Para evitar distracciones y centrar la atención en el árbol, es necesario un gran desenfoque en las zonas que serán el marco del sujeto de interés. Los objetivos con grandes aperturas, números f muy bajos, permiten este tipo de desenfoques. Se eligió el teleobjetivo, 200 mm porque el aumento de la distancia focal también afecta a la disminución de la profundidad de campo.
Sony Alpha RIII, Sony 70-200 mm, f/2.8 @200mm, ISO 400, f/2.8, 1/320 s.
•Hiperfocal. Llamamos hiperfocal a la distancia que permanece nítida desde un determinado punto hasta el infinito. Está directamente relacionada con el diafragma. Podemos calcular, o consultar en determinadas aplicaciones la hiperfocal de nuestra óptica a una determinada apertura f.
•Fusión focus stacking. Es una técnica que se utiliza para conseguir fotografías enfocadas cuando no podemos lograrlo con una sola toma. Consiste en un fusionado de imágenes, logrando una sola fotografía suficientemente nítida en todos los planos focales que deseemos que queden enfocados.
Para conseguir una exposición adecuada para nuestras fotografías, necesitamos medir la intensidad de la luz. El fotómetro interno de la cámara está calibrado para trabajar con luz reflejada, no directa. Esto conlleva que superficies con una alta reflectividad, como por ejemplo paisajes nevados, provoquen ciertos desajustes en la medición. Comprender su funcionamiento es básico para entender la luz.
Existen diferentes modos de medición de la luz, en función de la parte del fotograma en el que pongamos mayor interés. Los ajustes básicos son:
•Medición central. Selecciona una parte central del encuadre.
•Puntual. Mide una pequeña parte del centro del fotograma.
•Ponderada. Hace una media entre el centro y las esquinas de la imagen.
Juanjo Sierra
En la distancia hiperfocal de una determinada óptica influyen múltiples variables, aunque podemos simplificar una cuestión compleja como esta con una regla simple; a mayor distancia focal menor profundidad de campo. Debemos conocer bien nuestro equipo, especialmente las lentes, para saber exactamente dónde están sus límites. Buscar el compromiso perfecto entre apertura de diafragma y distancia hiperfocal nos permite tener nitidez en un primer plano y la luna que dista millones de kilómetros, a pesar de usar un teleobjetivo.
Nikon D300, Sigma 150 mm macro f/2.8 @ 150 mm, ISO 100, f/18, 1/125 s. Trípode.
En fotografía es la representación gráfica de una imagen, teniendo en cuenta sus niveles de exposición. Entender el histograma es fundamental, ya que es la herramienta definitiva para comprobar la exposición de una fotografía. A menudo las pantallas de nuestra cámara no reflejan una realidad objetiva; sus diferentes calidades, el brillo y la luz ambiente, puede que generen una imagen bastante diferente a la real.
Para interpretar correctamente el histograma debemos saber que está compuesto por dos ejes, el horizontal, que representa los valores de luminosidad, y el vertical donde encontramos la cantidad de píxeles. No existe un histograma perfecto, más bien el ideal para nuestra imagen, aquella que imaginamos y previsualizamos. No obstante, sí que existen unas reglas básicas para comprobar que tanto las altas luces como las sombras de una determinada fotografía tienen el nivel mínimo de detalle.
Existen diferentes modos que se ajustan a las distintas situaciones, estilos y disciplinas fotográficas. El que permite un mayor control, el modo manual, en el que elegimos todos los parámetros, nos ofrece enormes posibilidades compositivas y creativas. Existen modos de prioridad a la apertura de diafragma y a la velocidad. Pueden ser útiles cuando necesitamos reacciones rápidas, por ejemplo, en la fotografía de acción o fauna en movimiento. Los programas en los que dejamos que la cámara ajuste todos los parámetros son los menos adecuados.
BW o white balance, es el ajuste por el cual indicamos a nuestra cámara la temperatura de color de una determinada escena. El equilibrio de blancos, lo utilizamos habitualmente para buscar una luz neutra minimizando dominantes, aunque no siempre. Es posible ajustarlo para crear mundos de color imaginarios. La escala Kelvin es la unidad de medida para la temperatura de color, siendo 5000K la temperatura de luz día, luz blanca. A partir de este valor hacia abajo en la escala tendremos los tonos cálidos y hacia arriba dominantes frías. Si queremos corregir estas dominantes, debemos ajustar los Kelvin a la inversa. En muchas ocasiones el modo automático de la cámara para un BW es suficiente para gestionarlo con naturalidad; no obstante, debemos comprobar si está midiendo correctamente la escena en su intento de corregir dominantes. La utilización creativa del BW en modo manual, tiene posibilidades infinitas.
Escala Kelvin de temperatura de color
Juanjo Sierra
La elección manual del balance de blancos no solo sirve para ajustar lo más fidedignamente posible el color en una situación de luz determinada. Ajustando los Kelvin a 5750, próximo a la luz día en un ambiente de hora azul, conseguimos realzar la sensación de frío que transmite la imagen.
Nikon D800, Nikkor 17-35 mm f/2,8