El giro emocional de la educación. Felipe Nicolás Mujica Johnson. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Felipe Nicolás Mujica Johnson
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Учебная литература
Год издания: 0
isbn: 9789563385205
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planteamientos filosóficos que han estado y siguen estando involucrados en esta innovación pedagógica. Así, de este modo pretendemos aportar un conocimiento que puede ser de utilidad para todas las personas que cumplen algún rol profesional en torno a la educación. Una ayuda que apunta a un entendimiento amplio del fenómeno social que está sucediendo hace unas cuantas décadas. Posteriormente, antes de aportar algunas consideraciones finales de amplio alcance17, hacemos referencia a la importancia de superar las resistencias epistemológicas y curriculares, superación que nos conducirá a renovaciones muy importantes en las mismas materias.

      1 Esta obra se ve reflejada en más de una oportunidad en este libro, ya que, según nuestra apreciación, es una importante síntesis de los errores que han cometido personas y colectividades en cuanto a despreciar los sentimientos humanos. A su vez, el error de negar profundas raíces existenciales o¸ como diría el filósofo alemán Dietrich von Hildebrand (2016), es desconocer las formas espirituales de la afectividad.

      2 Entre los temas profundos y existenciales, podemos considerar asuntos de política, moral, religión, etc.

      3 El contexto de estas investigaciones es el de la disciplina pedagógica de Educación Física. Pero con la profundización del tema, logramos ampliar nuestras investigaciones a una mirada general de la educación.

      4 Algunos ensayos serían los siguientes: a) Felipe Mujica (2018a, 2018b, 2019b, 2019b, 2020a, 2020b, 2020c, 2020d); b) Felipe Mujica y Nelly Orellana, 2019a) y c) Felipe Mujica, Nelly Orellana y Juan Carlos Luis-Pascual (2019).

      5 Algunas revisiones narrativas serían las siguientes: a) Felipe Mujica (2020e); b) Felipe Mujica, Nelly Orellana y Rocío Concha (2017); y c) Felipe Mujica y Nelly Orellana (2021a).

      6 A modo de ejemplo estarían las siguientes publicaciones: a) Felipe Mujica (2018c); b) Felipe Mujica, Nelly Orellana, Hugo Aránguiz y Héctor González (2016); c) Felipe Mujica y Nelly Orellana (2019b); y d) Felipe Mujica y Ana Concepción Jiménez (2019, 2020, 2021).

      7 En general, consideramos que los extremos no son buenos, de modo que valoramos el equilibrio en la vida humana. Y en ese equilibrio sería errado creer que la ingenuidad es algo que no ayuda en nada. En este sentido, debemos reconocer que la ingenuidad puede tener aspectos positivos y negativos. Los negativos se asociarían a la ignorancia y los positivos a la autenticidad o el desarrollo del sentido propio y singular. Desde esta mirada, la ingenuidad tendría que ver con la inocencia humana que el filósofo danés y padre del existencialismo, Søren Kierkegaard (2017), incluyó en sus reflexiones filosóficas.

      8 Aproximadamente, después de seis años de estudio del tema.

      9 Algunas de sus obras que tocan con amplitud y profundidad el tema emocional: Dietrich von Hildebrand (2006, 2009, 2016).

      10 Algunas de sus obras: Humberto Maturana (2001, 2002).

      11 Por ejemplo, Rosas (2011).

      12 Filósofo y fenomenólogo alemán que fue discípulo de Edmund Husserl, padre de la fenomenología. Este pensador, que para Martin Heidegger fue uno de los más importantes filósofos del siglo XX en Alemania y en toda Europa, puede ser considerado el padre de la ética material y objetiva de los valores. Precisamente, en su ética él asoció, como algo muy poco común, los valores a los sentimientos humanos. Aunque incluyó sentimientos de carácter subjetivo y objetivo. Sentimientos que son respuestas afectivas como las emociones y sentimientos espirituales que fundan la intuición moral. Dentro de su ética, los sentimientos espirituales principales serían el amor y el odio. Para conocer una reflexión filosófica que se ha realizado sobre el carácter subjetivo y objetivo del amor, véase Mujica (2020h). Por otro lado, para conocer una perspectiva filosófica de la personalidad de Max Scheler, véase Von Hildebrand (2019).

      13 Por ejemplo, Charles Darwin (1872) y António Damasio (2009).

      14 Por ejemplo, Gregorio Marañón (1920a, 1920b) y Richard Lazarus (2000).

      15 Por ejemplo, Marcel Mauss (1921) y Gabriel Bourdin, 2016.

      16 Por ejemplo, Max Scheler (2001) y Íngrid Vendrell (2015).

      17 Como el resurgimiento del ideal ateniense de la educación o la importancia del desarrollo moral para una superación del desprecio a lo corporal.

       CAPÍTULO I Perspectivas del estudio de las emociones

      El término emoción es una de las últimas categorías que ha surgido sobre la afectividad humana, el cual en el pasado más lejano era representado simplemente por el término pasión y en el pasado más reciente por el de sentimiento. Esta nueva categoría que incluye diferentes emociones ha sido estudiada desde variadas perspectivas y algunas de sus principales corrientes de investigación se pueden apreciar en la Figura 1.

      Figura 1. Corrientes que estudian la emoción.

      Fuente: Elaboración propia.

      En los siguientes apartados se reflexionará sobre aquellas perspectivas que se han ocupado de analizar las emociones del ser humano. En este sentido, no se abordarán los hallazgos de cada perspectiva, sino que se expondrán algunas meditaciones sobre lo que aquellas corrientes significan y algunos excesos que hemos de tener en consideración por sus consecuencias negativas para el progreso social.

       Biología y emociones

      La corriente de investigación científica que se ha ocupado principalmente de la relación entre biología y emociones es la denominada corriente etológica (Mujica, 2020b, 2020c). Un representante destacado de esta corriente sería Charles Darwin (1872). Por medio de esta corriente sabemos que las emociones son influenciadas, en parte, por aspectos heredados genéticamente. A su vez, que hay mecanismos de funcionamiento emocional transversales en los seres humanos, sobre todo, a nivel neurológico.

      Una reflexión que consideramos importante aportar es que, independiente de la existencia del factor biológico de las emociones, hemos de evitar una exageración en torno a dicha relación. Es decir, evitar una concepción ultra naturalista. Precisamente, esta exageración nos podría llevar a una falacia empirista que considere que las emociones son solamente algo que podemos experimentar y contemplar, pero no modificar. En otras palabras, que somos esclavos de la biología y, evidentemente, de las emociones. Aquella idea es falsa y negaría los otros componentes de la emoción. Aceptar que las emociones son solamente algo biológico que se puede experimentar es negar la subjetividad que se configura en función de múltiples aspectos dinámicos de la vida humana. Dicha configuración, por una parte, se puede alterar desde la propia subjetividad, es decir, que una persona puede tomar diferentes decisiones para modificar su esquema emocional. Por otra parte, es posible alterarla en función de las relaciones intersubjetivas o interpersonales. Por último, también estarían otros factores que pueden alterar el esquema emocional de una persona y son relativamente despersonalizados, como las estructuras socioculturales. En síntesis, la biología es un aspecto importante para las emociones, pero en ningún caso el único.

      En el marco de la educación hay muchos aspectos biológicos que han sido reconocidos por su incidencia en las emociones, como la fase de pubertad del alumnado, donde suelen experimentar muchos cambios fisiológicos.

       Psicología y emociones

      La corriente de investigación científica que se ha interesado, principalmente por la relación entre psicología y emociones, es la denominada corriente cognitiva (Mujica, 2020b, 2020c). En esta corriente destacan los aportes de Gregorio Marañón (1920a, 1920b), quien, tras sus estudios en torno a la aplicación de adrenalina, logró comprobar el componente cognitivo-subjetivo de la emoción. Una teoría reciente de esta línea de investigación sería la teoría de la apreciación cognitiva (Lazarus, 2000), en la que se considera que la interpretación de la realidad afecta lo que cada persona siente.

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