Dimensiones más allá de lo desconocido
Título original: Dimensions Beyond the Known Dimensiones más allá de lo conocido © Osho International Foundation, Suiza (www.osho.com/copyrights), 1997 Todos los derechos reservados. OSHO ® es una marca registrada de Osho International Foundation. www.osho.com/trademark
D. R. © Editorial Lectorum, S. A. de C. V., 2013
Batalla de Casa Blanca Manzana 147 A Lote 1621
Col. Leyes de Reforma, 3a. Sección
C. P. 09310, México, D. F.
Tel. 5581 3202
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L. D. Books,
Inc. [email protected]
Primera edición: noviembre de 2013
ISBN: 978-607-457-324-4
D. R. © Traducción: Carlos Marti?nez Molina
D. R. © Portada: Lucero Elizabeth Vázquez Tellez
Los textos aquí incluidos son la transcripción de una serie de discursos originales titulados Dimensions Beyond the Known, pronunciados por Osho ante diversos auditorios. Todos los discursos de Osho han sido publicados en versión original como libros y también están disponibles los archivos de audio. Éstos y los archivos completos de texto esta?n disponibles para consulta en Internet, en la Biblioteca Osho: www.osho.com
Características tipográficas aseguradas conforme a la ley.
Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.
Prefacio
Lo que el hombre llama Universo no es el límite de la existencia, es sólo límite de los sentidos del hombre. Más allá de éstos existe una extensión sin límite. Este espacio sin límites nunca se podrá alcanzar completamente por medio de los sentidos, porque los sentidos sólo perciben un fragmento, sólo una parte. Y lo que es ilimitado, infinito, no puede estar sujeto a división y fragmentación. Sin límites significa que no se puede medir; lo que es ilimitado se pude alcanzar sólo mediante lo ilimitado.
Y aquellos que lo han sabido no lo han descubierto mediante sus sentidos o su intelecto, sino transformándose ellos mismos en ilimitados.
Esto es posible porque en el hombre —aparentemente insignificante y limitado, también está presente lo ilimitado. El hombre no termina en los sentidos, no es sólo sentidos. Está empapado en dimensiones más allá de los sentidos. Lo que se ve es su punto de inicio y no su límite final. Él es visible. Lo invisible está sentado dentro de la circunferencia de lo visible.
Si un hombre realiza lo invisible dentro de él, realiza el Universo entero, porque todas las divisiones y fragmentaciones se relacionan con lo visible. Lo invisible no tiene fragmentos, el uno y el muchos son lo mismo. Por eso es que al lograr el uno se logra el todo. Mahavira ha dicho: “Aquel que ha conocido el uno, ha conocido el todo”. Ese uno está dentro. Ese uno es el que ve lo no visto. De ahí que el ojo no es medio para obtenerlo; el medio es cerrando los ojos.
Cerrando los ojos significa “libertad de lo visible”. Si lo visible fluye aun frente a los ojos cerrados, entiendan que el ojo es tan bueno como si estuviera abierto. Si lo visible no está a la vista, el ojo puede estar abierto y es igual que si estuviera cerrado. Cuando no hay lo visto y sólo permanece el ver, aparece el vidente.
El ver con el que está viendo el vidente es el ver sabio. Sin el ver sabio, el hombre es ciego. Teniendo ojos, no tiene vista. La vista se obtiene mediante el ver sabio: el ojo real, el ojo que va más allá de los sentidos. Entonces desaparecen las fronteras, ya no existen las líneas que dividen y se logra aquello que es una expansión sin principio y sin final. Se logra Brahman.
Este logro es liberación, porque cada limitación es un cautiverio; cada limitación es una dependencia. Ir más allá de las limitaciones es volverse libre.
Osho
Tomado de Semillas de sabiduría
Capítulo 1 · Nada más que decir excepto esto
Osho:
He leído su literatura, lo he escuchado. Su lenguaje tiene un encanto hipnótico y es muy claro. Algunas veces habla de Mahavira, algunas de Krishna o Buda y algunas otras también sobre Jesús o Mahoma. Divulga secretos del Gita de una manera muy inspiradora, da pláticas sobre los Upanishads y los Veda, y no evita dar sus pláticas en templos o iglesias. De la misma manera, sostiene que no ha recibido influencias de ninguno de los personajes mencionados anteriormente. Dice que no está de acuerdo y que no tiene nada que ver con ninguno de ellos.
Continuamente critica y destruye las creencias religiosas ancestrales y sus escrituras. ¿Cuál es su propósito? ¿Quiere establecer su propia religión? ¿Quiere mostrarnos que tiene un conocimiento ilimitado? ¿O quiere confundir a todos? Habla y explica en palabras, pero al mismo tiempo dice: “No se llegará a ningún lado apegándose a las palabras”.
Usted dice: “Ni me crean ni se apeguen a mí;
de otra manera, cometerán el mismo error.”
También dice que esta negación de sí mismo es una invitación.
Por favor, explique quién y qué es usted y qué es
lo que quiere hacer y decir.
¿Cuál es su intención?
En primer lugar, no estoy influenciado por Mahavira, Buda, Cristo o Mahoma. La belleza de la religión es que, en un sentido, siempre es vieja. Es en este sentido que las experiencias religiosas son conocidas por muchas personas. Ninguna experiencia religiosa es tal que uno pueda decir: “Es solamente mía”.
Para esto existen dos razones. En primer lugar, al tener una experiencia religiosa, muere el sentido de “sólo-mía”. Es por eso que en este mundo, un reclamo de “sólo-mío” se puede hacer de todo, pero no de una experiencia religiosa. Ésta es la única experiencia que va más allá de la órbita del “sólo-mío”, porque esta experiencia sólo se puede tener con la muerte del “sólo-mío”. Es por eso que un reclamo de “sólo-mío” puede estar ahí para todo, pero no para una experiencia religiosa.
Es en este sentido que yo hablo de Mahavira, Jesús, Krishna, Cristo y otros: todos tuvieron experiencias religiosas. Cuando digo que no estoy influenciado por ellos, solamente significa que lo que hablo viene de mi propia experiencia y conocimiento. Me refiero a ellos, uso sus nombres, porque lo que yo he llegado a conocer coincide con lo que ellos llegaron a conocer. Pero, para mí, la prueba está en mi propia experiencia.
En esta prueba he encontrado que ellos están en lo cierto, y es por eso que uso sus nombres. Lo que estoy diciendo lo digo por experiencia propia. Ellos también prueban estar en lo correcto en esa experiencia; por eso es que hablo sobre ellos. Ellos son mis testigos, y también son testigos de mi experiencia. Pero esta experiencia no puede decirse nueva, aunque, en otro sentido, pueda llamarse nueva. Éste es el acertijo y el misterio fundamental de la religión.
Una experiencia religiosa puede llamarse nueva, porque será absolutamente nueva para cualquiera que la esté viviendo por primera vez. No ha sucedido antes. Pudo haberle ocurrido a otro, pero para quien la ha experimentado por primera vez, resulta de este modo. Es de tal manera nueva, que no puede entender