12:5.6 (135.5) Existen tres niveles diferentes de conocimiento del tiempo:
12:5.7 (135.6) 1. Tiempo percibido por la mente: conciencia de secuencia, movimiento, y sentido de duración.
12:5.8 (135.7) 2. Tiempo percibido por el espíritu: discernimiento del movimiento hacia Dios y conciencia del movimiento de ascensión hacia niveles de divinidad en aumento.
12:5.9 (135.8) 3. La personalidad crea un singular sentido del tiempo mediante el discernimiento de la Realidad, más una conciencia de presencia y la noción de duración.
12:5.10 (135.9) Los no espirituales animales sólo conocen el pasado y viven en el presente. El hombre habitado por el espíritu tiene poderes de previsión (discernimiento); puede visualizar el futuro. Sólo las actitudes progresistas y que miran hacia adelante son personalmente reales. La ética estática y la moral tradicional son tan sólo levemente superanimales. Tampoco es el estoicismo un grado elevado de autorrealización. La ética y la moral se hacen verdaderamente humanas cuando son dinámicas y progresistas, llenas de vida de la realidad universal.
12:5.11 (135.10) La personalidad humana no es meramente un fenómeno colateral de los acontecimientos del tiempo y el espacio; la personalidad humana también puede actuar como causa cósmica de tales acontecimientos.
6. El Supercontrol Universal
12:6.1 (135.11) El universo no es estático. La estabilidad no es el resultado de la inercia sino más bien el producto de energías equilibradas, de mentes en cooperación, de morontias coordinadas, de supercontrol espiritual, y de unificación de la personalidad. La estabilidad es totalmente y siempre proporcional a la divinidad.
12:6.2 (135.12) En el control físico del universo maestro, el Padre Universal ejerce prioridad y primacía a través de la Isla del Paraíso; Dios es absoluto en la administración espiritual del cosmos en la persona del Hijo Eterno. Respecto a los dominios de la mente, el Padre y el Hijo funcionan en forma coordinada en el Actor Conjunto.
12:6.3 (136.1) La Tercera Fuente y Centro ayuda al mantenimiento del equilibrio y la coordinación de las energías y organizaciones físicas y espirituales combinadas mediante la absolutez de su control de la mente cósmica y el ejercicio de sus complementos inherentes y universales de gravedad física y espiritual. Cuandoquiera y dondequiera que ocurra un enlace entre lo material y lo espiritual, ese fenómeno mental es un acto del Espíritu Infinito. Sólo la mente puede interasociar las fuerzas y energías físicas del nivel material con los poderes y seres espirituales del nivel del espíritu.
12:6.4 (136.2) En toda vuestra contemplación de los fenómenos universales, aseguraos de tomar en consideración la interrelación de las energías físicas, intelectuales y espirituales, y tened en cuenta los fenómenos inesperados correspondientes a su unificación por la personalidad y los fenómenos imprevisibles resultantes de las acciones y reacciones de la Deidad experiencial y de los Absolutos.
12:6.5 (136.3) El universo es altamente pronosticable sólo en el sentido cuantitativo o de medición de la gravedad; ni siquiera las fuerzas físicas fundamentales responden a la gravedad lineal, ni tampoco lo hacen los más elevados significados mentales ni los verdaderos valores espirituales de las realidades universales últimas. Cualitativamente, el universo no es altamente pronosticable en lo que respecta a nuevas asociaciones de fuerzas, sean éstas físicas, mentales o espirituales, aunque muchas de tales combinaciones de energías o fuerzas se hacen parcialmente previsibles cuando se las somete a una observación crítica. Cuando la materia, la mente y el espíritu se unifican por medio de la personalidad de la criatura, no podemos predecir plenamente las decisiones de un ser con tanto libre albedrío.
12:6.6 (136.4) Todas las fases de fuerza primordial, espíritu incipiente, y otras ultimidades no personales parecen reaccionar de acuerdo con ciertas leyes relativamente estables pero desconocidas, y se caracterizan por una latitud de actuación y una flexibilidad de respuesta que resultan a menudo desconcertantes cuando se las encuentra en los fenómenos de una situación específica y aislada. ¿Cuál es la explicación de esta imprevisible libertad de reacción revelada por estas realidades universales emergentes? Estos desconocidos e insondables sucesos imprevistos —ya pertenezcan al comportamiento de una unidad primordial de fuerza, la reacción de un nivel mental no identificado, o el fenómeno de un vasto preuniverso en vías de creación en los dominios del espacio exterior— probablemente revelan las actividades del Último y las presencia-actuaciones de los Absolutos, que preceden la función de todos los Creadores universales.
12:6.7 (136.5) No sabemos realmente, pero suponemos que versatilidad tan sorprendente y coordinación tan profunda significan la presencia y actuación de los Absolutos, y que tal diversidad de respuesta frente a una causación aparentemente uniforme revela la reacción de los Absolutos, no sólo a la causación inmediata y situacional, sino también a todas las demás causaciones en el entero universo maestro.
12:6.8 (136.6) Los individuos tienen sus guardianes del destino; los planetas, sistemas, constelaciones, universos y superuniversos cuentan cada uno con sus respectivos soberanos que laboran por el bien de sus dominios. Havona e incluso el gran universo son vigilados por aquellos a quienes se ha confiado tan alta responsabilidad. Pero ¿quién fomenta y atiende las necesidades fundamentales del universo maestro como un todo, desde el Paraíso hasta el cuarto y más exterior de los niveles espaciales? Existencialmente tal sobreprotección probablemente es atribuible a la Trinidad del Paraíso, pero desde el punto de vista experiencial, la aparición de los universos post-Havona depende de:
12:6.9 (136.7) 1. Los Absolutos en potencial.
12:6.10 (136.8) 2. El Último en dirección.
12:6.11 (137.1) 3. El Supremo en coordinación evolutiva.
12:6.12 (137.2) 4. Los Arquitectos del Universo Maestro en administración, antes de la aparición de los soberanos específicos.
12:6.13 (137.3) El Absoluto No Cualificado penetra todo el espacio. No tenemos completamente claro el estado exacto del Absoluto de Deidad y el Absoluto Universal, pero sabemos que este último funciona dondequiera que funcionan el Absoluto de Deidad y el Absoluto No Cualificado. El Absoluto de Deidad puede estar universalmente presente, pero difícilmente presente en el espacio. El Último está, o alguna vez estará, presente en el espacio hasta las fronteras exteriores del cuarto nivel espacial. Dudamos que el Último tenga jamás una presencia espacial más allá de la periferia del universo maestro, pero dentro de estos límites el Último integra progresivamente la organización creativa de los potenciales de los tres Absolutos.
7. La Parte y el Todo
12:7.1 (137.4) Una ley inexorable e impersonal que es equivalente a la función de una providencia cósmica, opera a través de todo el tiempo y el espacio y respecto a toda realidad cualquiera sea su naturaleza. La misericordia caracteriza la actitud del amor de Dios por el individuo; la imparcialidad motiva la actitud de Dios hacia la totalidad. La voluntad de Dios no prevalece necesariamente en la parte —el corazón de una personalidad determinada— pero su voluntad realmente gobierna la totalidad, el universo de los universos.
12:7.2 (137.5) En todas sus transacciones con todos sus seres es cierto que las leyes de Dios no son intrínsecamente arbitrarias. Para ti, con tu visión limitada y tu punto de vista finito, las acciones de Dios a menudo han de parecer arbitrarias y dictatoriales. Las leyes de Dios son meramente las costumbres de Dios, su modo de hacer repetidamente las cosas; y él siempre hace todas las cosas bien. Observas que Dios hace la misma cosa del mismo modo, y repetidas veces, sencillamente porque es