El Libro de Urantia. Urantia Foundation. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Urantia Foundation
Издательство: Ingram
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9781883395049
Скачать книгу
reservista de los serafines administradores en Jerusem pasa gran parte de su tiempo de espera relacionándose socialmente en camaradería espiritual con los mortales ascendentes recién llegados desde los distintos mundos del sistema —los graduados acreditados de los mundos de estancia. Una de las delicias de tu estadía en Jerusem consistirá en conversar y visitar, durante los períodos de recreo, con estos serafines muy viajados y altamente expertos del cuerpo reservista en espera.

      39:4.18 (436.4) Son estas relaciones amistosas las que tanto encariñan a los mortales ascendentes con la capital de un sistema. En Jerusem encontrarás los primeros Hijos Materiales, ángeles, y peregrinos ascendentes que se entremezclan con los mortales. Aquí fraternizan seres enteramente espirituales y semiespirituales e individuos que acaban de emerger de la existencia material. Las formas mortales están allí tan modificadas y las gamas de reacción humana a la luz tan ampliadas que todos podrán disfrutar del reconocimiento mutuo y de la comprensión genuina de las personalidades.

      39:5.1 (436.5) Estos serafines mantienen su sede central en las capitales de sistema y, aunque estrechamente relacionados con los ciudadanos adánicos residentes, están principalmente asignados al servicio de los Adanes Planetarios, los elevadores biológicos o físicos de las razas materiales en los mundos evolucionarios. El trabajo de ministerio de los ángeles se vuelve de interés cada vez mayor a medida que se acerca a los mundos habitados, porque se acerca a los problemas reales que enfrentan los hombres y mujeres del tiempo que se están preparando para intentar obtener el objetivo de la eternidad.

      39:5.2 (437.1) En Urantia la mayoría de los ayudantes planetarios fue eliminada cuando cayó el régimen adánico, y la supervisión seráfica de vuestro mundo recayó en mayor grado sobre los administradores, los ministros de transición, y los guardianes del destino. Pero estos asistentes seráficos de vuestros Hijos Materiales contumaces aún sirven a Urantia en los siguientes grupos:

      39:5.3 (437.2) 1. Las Voces del Jardín. Cuando el curso planetario de la evolución humana está alcanzando su nivel biológico más elevado, siempre aparecen los Hijos e Hijas Materiales, los Adanes y las Evas, para incrementar la evolución ulterior de las razas mediante una contribución real de su plasma vital superior. Las sedes planetarias de dichos Adanes y Evas se denominan por lo general el Jardín del Edén, y sus serafines personales se conocen frecuentemente por las «voces del Jardín». Estos serafines son de servicio inapreciable para los Adanes Planetarios en todos sus proyectos dirigidos a la elevación física e intelectual de las razas evolucionarias. Después de la falta adánica en Urantia, algunos de estos serafines quedaron en el planeta y fueron asignados a los sucesores de Adán en autoridad.

      39:5.4 (437.3) 2. Los Espíritus de la Hermandad. Es evidente que, cuando un Adán y una Eva llegan a un mundo evolucionario, la tarea de lograr armonía racial y cooperación social entre sus diversas razas es de proporciones considerables. Raramente estas razas de colores diferentes y naturalezas distintas aceptan con simpatía el plan de la hermandad humana. Estos hombres primitivos tan sólo llegan a darse cuenta de la sabiduría de la interasociación pacífica como resultado de la maduración de la experiencia humana y mediante el ministerio fiel de los espíritus seráficos de la hermandad. Sin el trabajo de estos serafines los esfuerzos de los Hijos Materiales para armonizar y avanzar a las razas de un mundo en evolución se atrasarían considerablemente. Y si vuestro Adán se hubiese adherido al plan original para el avance de Urantia, a esta altura estos espíritus de hermandad habrían realizado transformaciones increíbles en la raza humana. En vista de la falta adánica, es en efecto notable que estas órdenes seráficas hayan sido capaces de fomentar y llevar a su maduración aun la fraternidad limitada con que vosotros contáis ahora en Urantia.

      39:5.5 (437.4) 3. Las Almas de Paz. Los primeros milenios de esfuerzos para lograr metas cada vez más altas de los hombres evolucionarios están marcados por muchas batallas. La paz no es estado natural de los mundos materiales. Los mundos llegan a darse cuenta de «la paz sobre la tierra y buena voluntad entre los hombres» mediante el ministerio de las almas seráficas de la paz. Aunque estos ángeles fueron en gran parte dificultados en sus primeros esfuerzos en Urantia, Vevona, jefe de las almas de la paz en los días de Adán, permaneció en Urantia y está ahora asignado al séquito del gobernador general residente. Y fue este mismo Vevona quien, como dirigente de las huestes angélicas, anunció a los mundos cuando nació Micael: «Gloria a Dios en Havona, y paz sobre la tierra y buena voluntad entre los hombres».

      39:5.6 (437.5) En las épocas más avanzadas de evolución planetaria estos serafines son instrumentales en el reemplazo de la idea de la expiación por el concepto de la armonización divina como filosofía para la sobrevivencia mortal.

      39:5.7 (437.6) 4. Los Espíritus de la Confianza. La desconfianza es la reacción inherente del hombre primitivo; las luchas por la sobrevivencia de las primeras edades no producen naturalmente la confianza. La confianza es una nueva adquisición humana obtenida por el ministerio de estos serafines planetarios del régimen adánico. Es misión de ellos inculcar la confianza en la mente del hombre en evolución. Los Dioses son muy confiados; el Padre Universal está dispuesto a confiar libremente por sí mismo —el Ajustador— en la asociación con el hombre.

      39:5.8 (438.1) Este entero grupo de serafines fue transferido al nuevo régimen después de la falta adánica, y desde entonces han continuado sus labores en Urantia. Y no han fracasado completamente puesto que está desarrollándose ahora una civilización que incorpora muchos de sus ideales de confianza y confiabilidad.

      39:5.9 (438.2) En las edades planetarias más avanzadas estos serafines enaltecen la apreciación humana de la verdad de que la incertidumbre es el secreto para un contento continuada. Ayudan a los filósofos mortales a darse cuenta de que, aun cuando la ignorancia es esencial para el éxito, sería un error colosal para la criatura conocer el futuro. Aumentan el gusto del hombre por la dulzura de la incertidumbre, por el romanticismo y el encanto de un futuro indefinido y desconocido.

      39:5.10 (438.3) 5. Los Transportadores. Los transportadores planetarios sirven a los mundos individuales. La mayoría de los seres enserafinados que se traen a este planeta están en tránsito; tan sólo se detienen por un corto período; están custodiados por sus propios transportadores seráficos especiales; pero existe un gran número de tales serafines estacionados en Urantia. Estas son las personalidades de transporte que operan desde los planetas locales, como por ejemplo desde Urantia hasta Jerusem.

      39:5.11 (438.4) Vuestra idea convencional de los ángeles se ha derivado de la siguiente manera: durante los momentos inmediatos antes de la muerte física a veces ocurre en la mente humana un fenómeno reflexivo, y esta conciencia que se va apagando parece visualizar algo de la forma del ángel guardián, la cual inmediatamente se traduce en términos del concepto habitual que de los ángeles tiene formada la mente de ese individuo.

      39:5.12 (438.5) La idea errónea de que los ángeles poseen alas no se debe exclusivamente a la antigua idea de que si volaban por el aire debían tener alas. A los seres humanos algunas veces se les ha permitido observar a los serafines que estaban siendo preparados para el servicio de transporte, y las tradiciones de estas experiencias han determinado en gran parte el concepto de los ángeles que se tiene en Urantia. Al observar la preparación de un serafín de transporte para recibir a un pasajero para el tránsito interplanetario, es posible que se vea lo que aparentemente es un juego doble de alas que se extienden desde la cabeza hasta los pies del ángel. En realidad estas alas son aislantes de la energía —escudos de fricción.

      39:5.13 (438.6) Cuando los seres celestiales han de ser enserafinados para el transporte de un mundo a otro, se traen a la sede de la esfera y, después de registrarse debidamente, se les induce al sueño de tránsito. Mientras tanto, el serafín de transporte se coloca en una posición horizontal inmediatamente por encima del polo de energía universal del planeta. Mientras los escudos de energía están totalmente abiertos, la personalidad durmiente se deposita hábilmente, mediante el oficio de los asistentes seráficos, directamente encima del ángel transportador. Luego tanto los pares de escudos superiores como los inferiores se cierran y se ajustan cuidadosamente.

      39:5.14