34:1.2 (375.1) A partir y a través de esta nueva segregación personal del Creador Conjunto proceden las corrientes establecidas y los circuitos ordenados del poder espiritual y la influencia espiritual destinados a llenar todos los mundos y seres de ese universo local. En realidad, esta nueva presencia personal no es otra cosa que una transformación de la menos personal asociada preexistente del Hijo, en su tarea previa de organización del universo físico.
34:1.3 (375.2) En pocas palabras, ésta es la narración de un estupendo drama. Pero representa casi todo lo que se puede decir en relación con estas importantísimas transacciones. Son instantáneas, inescrutables e incomprensibles; el secreto de la técnica y procedimiento reside en el seno de la Trinidad del Paraíso. Sólo de una cosa estamos seguros: la presencia del Espíritu en el universo local durante el momento de la creación u organización meramente física, estaba diferenciada incompletamente del espíritu del Espíritu Infinito Paradisiaco; pero, después de reaparecer el Espíritu Rector supervisor, del abrazo secreto de los Dioses y después del destello de la energía espiritual, la manifestación del Espíritu Infinito en el universo local se cambia repentina y completamente a la semejanza personal del Espíritu Rector quien estuvo en enlace transmutante con el Espíritu Infinito. El Espíritu Materno del universo local adquiere así, una naturaleza personal matizada por la del Espíritu Rector del superuniverso de jurisdicción astronómica.
34:1.4 (375.3) Esta presencia personalizada del Espíritu Infinito, el Espíritu Materno Creativo del universo local, se conoce en Satania como la Ministra Divina. Para todos los fines prácticos y propósitos espirituales esta manifestación de la Deidad es un individuo divino, una persona de espíritu. Y así la reconoce y considera el Hijo Creador. Es a través de esta ubicación y personalización de la Tercera Fuente y Centro en nuestro universo local que el Espíritu podría posteriormente someterse, tan completamente, al Hijo Creador que de este Hijo se dijo verdaderamente que «a él se ha confiado todo el poder en el cielo y en la tierra».
2. La Naturaleza de la Ministra Divina
34:2.1 (375.4) Habiendo pasado por la experiencia de una marcada metamorfosis de la personalidad en el momento de la creación de la vida, la Ministra Divina a partir de entonces funciona como una persona y coopera en una manera muy personal con el Hijo Creador en la planificación y manejo de los vastos asuntos de su creación local. Para muchos tipos de seres del universo, aun esta representación del Espíritu Infinito podría aparecer como no completamente personal durante las edades que preceden el autootorgamiento final de Micael. Pero posteriormente a la elevación del Hijo Creador a la autoridad soberana del Hijo Mayor, el Espíritu Materno Creativo pasa a ser tan acrecentado en cualidades personales como para ser personalmente reconocido por todos los que con ella se relacionan.
34:2.2 (375.5) Desde la más temprana asociación con el Hijo Creador, el Espíritu del Universo posee todos los atributos físicos y de control del Espíritu Infinito, incluyendo la dotación plena de la antigravedad. Con el logro del estado personal el Espíritu Universal ejerce un control tan total y completo sobre la gravedad de la mente, en el universo local, tal como lo haría el Espíritu Infinito si estuviese presente.
34:2.3 (375.6) En cada universo local la Ministra Divina actúa de acuerdo con las características naturales e inherentes del Espíritu Infinito, tal como están integradas en uno de los Siete Espíritus Rectores del Paraíso. Aunque existe una uniformidad básica de carácter en todos los Espíritus Universales, hay también una diversidad de función, determinada por su origen a través de uno de los Siete Espíritus Rectores. Esta diferencia de origen explica las diversas técnicas en la función de los Espíritus Maternos de los universos locales en diferentes superuniversos. Pero en todos los atributos espirituales esenciales estos Espíritus son idénticos, igualmente espirituales y completamente divinos, sea cual fuere la diferenciación superuniversal.
34:2.4 (376.1) El Espíritu Creativo es corresponsable con el Hijo Creador en la producción de las criaturas de los mundos, y el Hijo jamás falla en todos los esfuerzos para mantener y conservar estas creaciones. La vida se ministra y mantiene a través de la agencia del Espíritu Creativo. «Envías tu Espíritu, y son creadas. Y renuevas la faz de la tierra».
34:2.5 (376.2) En la creación de un universo de criaturas inteligentes el Espíritu Materno Creativo actúa primero en la esfera de la perfección universal, colaborando con el Hijo en la producción de la Brillante Estrella Matutina. Posteriormente la progenie del Espíritu se aproxima cada vez más a la orden de los seres creados en los planetas así como los Hijos van descendiendo desde los Melquisedek hasta los Hijos Materiales, quienes realmente se ponen en contacto con los mortales de los reinos. En la evolución posterior de las criaturas mortales los Hijos Portadores de Vida proveen el cuerpo físico, fabricado a partir del material organizado del reino existente, mientras el Espíritu del Universo contribuye con «el aliento de vida».
34:2.6 (376.3) Aunque el séptimo segmento del gran universo puede, en muchos aspectos, estar tardío en su desarrollo, los atentos estudiantes de nuestros problemas esperan en las épocas por venir la evolución de una creación extraordinariamente bien equilibrada. Predecimos este alto grado de simetría en Orvonton debido a que el Espíritu dirigente de este superuniverso es el jefe de los Espíritus Rectores de las alturas, siendo una inteligencia espiritual que incorpora la unión equilibrada y la perfecta coordinación de rasgos y carácter de todas las tres Deidades eternas. Estamos atrasados y rezagados en comparación con otros sectores, pero es indudable que nos aguarda un desarrollo trascendente y un logro sin precedentes algún día en las edades eternas del futuro.
3. El Hijo y el Espíritu en el Tiempo y el Espacio
34:3.1 (376.4) Ni el Hijo Eterno ni el Espíritu Infinito están limitados ni condicionados por el tiempo o el espacio, pero la mayoría de su progenie sí lo está.
34:3.2 (376.5) El Espíritu Infinito está presente en todo el espacio y reside en el círculo de la eternidad. No obstante, en su contacto personal con los hijos temporales, las personalidades del Espíritu Infinito deben frecuentemente contar con elementos temporales, aunque no tanto con el espacio. Muchos ministerios de la mente ignoran el espacio pero sufren un retraso de tiempo al realizar la coordinación de los diversos niveles de la realidad del universo. Un Mensajero Solitario es virtualmente independiente del espacio, excepto que sí requiere tiempo para trasladarse de un lugar a otro; y hay otras entidades similares desconocidas para vosotros.
34:3.3 (376.6) En sus prerrogativas personales un Espíritu Creativo es completa y enteramente independiente del espacio, pero no del tiempo. No hay una presencia personal especializada de tal Espíritu de un Universo ni en las sedes de las constelaciones ni en las de los sistemas. Está igualmente y difusamente presente a través