La publicación de este libro representa un importante paso en documentar, analizar y comentar los retos pasados, presentes y futuros relacionados con la Salud Pública Veterinaria (SPV). En general, este libro analiza la SPV en el contexto latinoamericano, con especial énfasis en Colombia. Actualmente, el mundo está presenciando la globalización, la urbanización, el crecimiento demográfico y el consumo desmedido de los recursos naturales. Asimismo, están haciéndose sentir las consecuencias directas e indirectas de los cambios climáticos, la extendida recesión económica y los recientes trastornos políticos. También empiezan a reconocerse las estrechas y múltiples relaciones entre salud animal, salud humana y salud del medio ambiente. Es con este trasfondo que los autores hacen un llamado a la urgente necesidad de confrontar problemas que emergen desde la interfaz humano-animal-medio ambiente en una forma holística y multidisciplinaria para identificar riesgos y encontrar soluciones coherentes, efectivas, sensibles y sostenibles.
Los autores —de reputación internacional y con vasta experiencia en el mundo académico— reconocen la importancia del pensamiento crítico y estimulan la acción proactiva en los futuros graduandos de las escuelas veterinarias. Así, el ámbito universitario y el medio académico y científico se prestan como ejes de innovación y generación de nuevos pensamientos, conocimientos y técnicas que revolucionarán no solo la medicina veterinaria, sino también la salud pública veterinaria. De hecho, la participación activa de los autores en el proyecto Sapuvetnet, formado por diferentes facultades veterinarias de Europa y América Latina y financiado por el programa Alfa de la Unión Europea, ha fomentado el establecimiento de una amplia red de académicos e investigadores en el área de la SPV.
Los retos de la sociedad moderna son complejos; en especial, los relacionados con la convivencia con animales, las enfermedades zoonóticas emergentes y reemergentes, los residuos químicos tóxicos y sus impactos socioeconómicos y políticos. A estos se suman la utilización de fármacos antimicrobianos y la consecuente resistencia microbiana en animales y humanos, el comercio internacional y los crecientes requisitos fitosanitarios, la comunicación efectiva de los múltiples riesgos a la salud pública, las demandas de los consumidores y el bienestar animal, así como la implementación de las nuevas metodologías para reducir amenazas y asegurar la seguridad alimentaria, la inocuidad y la calidad de los alimentos de origen animal.
La SPV requiere la formación de una nueva generación de veterinarios que sean capaces de trabajar en equipos multidisciplinarios —derrumbando las existentes barreras profesionales y explorando las nuevas oportunidades laborales como la participación activa de veterinarios en los centros de zoonosis, la salud familiar y del medio ambiente— y de reconocer el papel de los veterinarios durante y después de crisis y desastres asegurando la salud a y animal.
El relato histórico presentado sobre la Conquista puede ser interpretado como una globalización que llevó a la introducción de nuevas especies animales y sus respectivas enfermedades desde Europa a América, así como a la introducción de enfermedades del Nuevo al Viejo Mundo.
Son de especial relevancia los actuales aspectos institucionales presentados en este libro, como los desarrollos referentes a la reestructuración y el debilitamiento de los servicios de salud animal y salud pública. Se tienen en cuenta aquí los desarrollos e impactos de las privatizaciones y el papel primordial del comercio global en los países latinoamericanos, especialmente, en lo que se refiere a las exportaciones de animales y productos de origen animal a los mercados internacionales.
Concuerdo completamente con los autores en que “el estudio de la historia ayuda a comprender el presente, conocer la base que sostendrá el futuro y retomar las experiencias positivas y menos favorables, para no repetir errores y potenciar los éxitos". Sin duda, este libro realiza una valiosa contribución a tales objetivos no solo para Colombia y América Latina, sino para el mundo globalizado en el cual solamente la información viaja más rápido que las enfermedades.
Katinka de Balogh, PhD
Oficial Superior SPV
Servicio de Salud Animal-FAO (Roma)
La salud pública es un hermoso destino, mi querido Ismael. Es una especie de construcción
del futuro; veo en ti y en tu obra, el mejor fruto de mi labor
Vericel (1889){1}
Temas de trascendencia como la milenaria relación entre humanos y animales (en la nutrición, el trabajo y como compañía), las enfermedades emergentes, el crecimiento de la población, el cambio climático, los desastres naturales y la demanda creciente por alimentos de calidad nos obligan a reflexionar acerca de si “padecemos más de lo que pensamos e investigamos sobre la interdependencia esencial entre nuestra salud y la de los demás seres vivos". Convivimos con los animales a diferentes distancias y de diversas maneras. Los animales desempeñan un importante papel en la ciudad y en el campo, nos nutrimos con su carne, sus productos como la leche y sus derivados, y los huevos; la soledad y la incapacidad de muchos, encuentra respuestas en la compañía y el trabajo con mascotas, busca respuestas y a veces terapias (Franco, 2006).
De lo anterior, surgen varias situaciones. La primera, relacionada con el bienestar, desde la perspectiva de los animales de compañía, los que se crían para la producción de alimentos y la inocuidad de los productos de consumo y obviamente todos los aspectos relacionados con la seguridad alimentaria. La segunda, con la realidad y alcance de los diversos riesgos relacionados con la resistencia a los antimicrobianos y con la presencia de más de doscientas zoonosis (algunas olvidadas, otras consideradas como emergentes), descritas hasta hoy; de ellas, algunas se adquieren mediante el consumo de alimentos; otras, por contacto directo o indirecto, como en el caso de la rabia, que causa la muerte de más de 50.000 seres humanos al año. La violencia, la migración forzada y en general los fenómenos migratorios, están acompañados de frecuentes exposiciones a las zoonosis. La guerra biológica, capítulo aún no superado por la humanidad, emplea en su mayoría zoonosis, como la peste y el ántrax (Franco, 2006).
Las últimas décadas han señalado la ocurrencia de diversos acontecimientos epidémicos o epizoóticos de carácter mundial, relacionados con las zoonosis emergentes como la influenza aviar (H5N1), el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), la encefalitis espongiforme bovina (vaca loca), la enfermedad de Nipah, la enfermedad de Hanta, la rabia —en especial la transmitida por murciélagos—, la fiebre aftosa, la influenza pandémica (H1N1/2009) o los desastres que, bien de forma natural o provocados por la intervención del hombre, han afectado a las poblaciones humanas o animales.
A esto se añaden circunstancias complejas que tienen que ver con los sistemas de producción animal y la intervención veterinaria, como la aparición de microorganismos resistentes a los antibióticos y la residualidad de las sustancias empleadas en la terapia antimicrobiana y antiparasitaria, y otros productos químicos y biológicos empleados en los procedimientos preventivos o en los de tipo clínico en animales de compañía y en los de granja, todo lo cual pone de relieve la importancia de la interacción entre el hombre y los animales y señala la necesidad de integrar la sanidad animal con la salud pública en un todo homogéneo que contribuya a garantizar la sanidad de las diferentes poblaciones en el ámbito mundial (Vallat, 2005; DeMeneghi et ál., 2007; EFSA, 2011).
La Salud Pública (SP) es la herramienta clave para afrontar tales problemas sanitarios, porque estos tienen que ver con la interacción entre los humanos, los animales y el ambiente. Sin embargo, en el contexto de las profesiones del sector agropecuario,