Importante
Nunca se debe emplear lejía en suelos de madera o parquet.
4.2 Abrillantadores
Los abrillantadores cumplen una función importante: embellecen los muebles dándoles una apariencia limpia y lustrosa. Los principales abrillantadores en la esfera profesional se dan a base de ceras, que pueden ser de origen animal, sintético o vegetal, ofreciendo máximo brillo y protección a cualquier superficie:
Cera al agua: se utiliza en los suelos de terrazo, loseta y mármol, y, por tanto, no es válida para el embellecimiento de mobiliario, pero es importante conocer su existencia.
Cera a la grasa: se utiliza para mantener limpios los suelos de parquet.
Cera para muebles: ofrece brillo y protección a los muebles, por lo que es el material que habrá que tener más a mano para el trabajo de limpiador de mobiliario.
4.3 Productos específicos: limpiacristales, limpiametales, limpiamuebles, ambientadores
Los productos específicos son aquéllos destinados a la limpieza de un material u objeto concreto y formulación es, por tanto, exclusiva para determinados tipos de mobiliario.
Se describen a continuación los más destacables:
Limpiacristales: Se aplican en ventanas, apliques, espejos, etcétera, siendo un producto de uso generalizado y con buena capacidad de limpieza. Los limpiacristales son un elemento esencial para la labor del limpiador de mobiliario, ya que, por norma, todos los inmuebles tienen una o varias ventanas al exterior.
Nota
La buena limpieza de ventanas y apliques dirá mucho del trabajo que se haya realizado.
Diversos productos específicos.
Limpiavidrios (agua con jabón): con ésta sencilla mezcla se logran vidrieras limpias.
Limpiametales: los metales necesitan una buena conservación que los proteja de la corrosión provocada por líquidos, del paso del tiempo etcétera. Para ello existen en el mercado limpiametales en crema que consiguen un buen resultado. Se pueden aplicar sobre todo tipo de estructuras de metal: puertas, barandillas, rejas, etcétera.
Limpiamuebles: son productos que suelen venir en forma de spray o de crema y que eliminan la suciedad acumulada en muebles (polvo principalmente). Son fundamentales para procurar una buena conservación y embellecimiento de los muebles.
Quitamanchas: usados principalmente para limpiar moquetas y tapices de manchas comunes de café, tinta, etcétera. Aquí se incluyen champús y pulverizadores, que son materiales muy útiles a la hora de limpiar este tipo de superficies.
Productos que eliminan la cal que se forma por el agua en urinarios, duchas, inodoros, etcétera. Son capaces de destruir la cal y el sarro de una manera eficaz y, por tanto, deben formar parte del equipo de todo limpiador.
Ambientadores: normalmente en forma de spray, con los ambientadores se consigue un agradable olor a limpio que provoca que la sensación de limpieza perdure por más tiempo.
5. Utilización de productos de limpieza y desinfección de mobiliario
5.1 Dosificación y tipo de dosificadores
Se entiende por dosificación la cantidad de producto necesaria para la limpieza óptima de un determinado objeto o para el aseo personal del usuario. Para facilitar el cálculo de dicha cantidad existen los dosificadores, dispositivos incorporados al envase del producto de limpieza que aportan la cantidad exacta de éste necesaria para la limpieza.
Muchos de los diferentes productos de limpieza vienen regulados por dosificadores que ajustan la cantidad que hay que mezclar con agua o que hay que aplicar directamente sobre la superficie.
La dosis ideal a la hora de afrontar un trabajo va a depender de la superficie sobre la que se trabaje. Por norma general, a mayor potencia de un producto, menor cantidad habrá que emplear. El sentido común y la experiencia darán las claves para saber qué dosis emplear en cada situación.
Los dosificadores más comunes en la profesión son los de jabón y los secamanos. Ambos productos están presentes en los baños y se ha de tener especial cuidado para que nunca falte ni gel ni papel en los compartimentos.
Además, ambos artículos, por la frecuencia de su uso, deben estar siempre limpios y en perfecto estado.
5.2 Riesgos derivados de una mala utilización
El manejo de cualquier sustancia conlleva un riesgo que será mayor o menor en función de nuestro conocimiento sobre el propio producto y de las precauciones específicas para su uso. Por ello, las medidas preventivas deben ser la norma en toda actuación o manejo de productos tóxicos. Pero, precisamente por su sencillez, son las que más olvidan u obvian. No es permisible dejar que la costumbre o la falsa creencia del “nunca pasa nada” favorezca negligencias que después se deban lamentar.
He aquí algunas de las actitudes más importantes para una correcta utilización de los productos de limpieza:
Ante todo, se debe procurar que la manipulación de las sustancias potencialmente peligrosas se realice en espacios bien ventilados o al aire libre, para evitar la inhalación de vapores o polvo.
Emplear gafas y mascarilla para proteger los ojos, la boca y nariz de partículas en suspensión, más aún si no es posible manipular estos productos con la ventilación necesaria.
Debe evitarse, cuando se manejan productos tóxicos, fumar, comer o beber.
Utilizar guantes de goma o látex para el manejo de productos químicos y lavarlos concienzudamente después del uso. En algunos casos, y dependiendo del producto, los guantes serán de un solo uso.
Usar ropa de trabajo adecuada y lavarla después de su empleo.
El uso de productos específicos de limpieza, que están compuestos de agentes químicos, entraña riesgos tanto para los trabajadores del sector como para el mobiliario. Por ello, se ha de medir siempre la cantidad de producto empleado en relación al objeto sobre el que se va a trabajar. De ahí también la importancia de la dosis, entre otro factores.
Recuerde
La actividad laboral en el sector de la limpieza expone a los trabajadores a riesgos, entre los que se encuentra el hecho de estar en continuo contacto con productos tóxicos.
Existen muchos productos peligrosos en el sector de la limpieza, por lo que se deben extremar siempre las medidas de prevención. Hay productos de limpieza cuyos gases, inspirados durante mucho tiempo, provocan graves problemas de salud. Por ello, siempre que se trabaje con productos tóxicos, se debe hacer en lugares abiertos o con buena ventilación y estar bien informado por el etiquetaje de los productos de las características y riesgos de toxicidad de los mismos.
Importante
En caso de encontrarse mal, el trabajador parará inmediatamente la faena y buscará espacios abiertos o bien ventilados.
En