El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Eliseo Vila
Издательство: Bookwire
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Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417131753
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de Cristo en el seno de tu amor; rodéame con los brazos de tu protección eterna. No confío en mí mismo ni en ningún otro; solo en tus manos está el librarme o entregarme a mi enemigo, así pues, te entrego mi causa, y confío en Ti». Semejante dependencia de un alma despertará, indudablemente, el poder todopoderoso de Dios en su defensa. Dios ha jurado el mayor juramento que pueda salir de sus labios, esto es, por sí mismo, que aquellos que buscan refugio en él recibirán gran consolación.157 Lo cual infunde en el creyente una confianza sin límites a la hora apelar a él, con la audacia propia de la fe, en busca de protección en las situaciones más difíciles, pues no podemos esperar que venga a librarnos si antes no nos encomendamos a él. Pero habiendo establecido su nombre y sus promesas como “torre fuerte”158 Dios llama ahora a su pueblo a buscar refugio en sus estancias, y espera que así lo haga.

      WILLIAM GURNALL [1617-1679]

      “Christian in complete armour, or, a treatise of the saints war against the Devil”, 1655

      Porque no estará perpetuamente olvidado el menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá para siempre. Así como acertadamente se dice que a menudo Dios como mejor nos escucha es no escuchándonos, así también puede decirse que a veces la mejor manera de no negarnos lo que le pedimos es demorándose en contestarnos. Sucede (así lo ilustra el Crisóstomo)159 como con el dinero que dejamos reposar tranquilo en el banco por largo tiempo, que cuando por fin regresa a casa, regresa con un pan en la boca,160 con los intereses acumulados; y cuanto más tiempo esté fuera, mayor será el retorno. Deberíamos, por tanto, preguntarnos: ¿confiamos en los hombres, entregándoles nuestro dinero por largo tiempo esperando obtener a cambio importantes ganancias, y no estamos dispuestos a hacer lo mismo con el Señor? Al demorar Él su respuesta oramos más, al orar más, más tiempo permanecemos en su presencia, más consuelo sentimos, y más seguros estamos de que finalmente obtendremos la respuesta que anhelamos. Es muy importante que sepamos distinguir entre negar y demorar (…) En Dios, nuestro Padre, se dan todas las dimensiones del amor, en grado infinito y de forma infinitamente infinita: ¿y tanto nos preocupa que demore sus respuestas? ¿No hacemos nosotros lo mismo con nuestros hijos? Ardemos en deseos de concederles lo que nos piden, sin embargo, con frecuencia les hacemos esperar para poder darles cosas mejores, en el mejor momento y de mejor manera. Si una madre no olvida las peticiones de un hijo, Dios que posee memoria infinita cómo se olvidará de nosotros. Las expectativas de todo aquel que espera en él, no se verán defraudadas “para siempre”, es decir, jamás.

      RICHARD CAPEL [1586-1656]

      “Apology in Defence of Some Exceptions against some Particulars in the Book of Tentations”, 1659

      Vers. 19. Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre; sean juzgadas las naciones delante de ti. [Levántate, oh Jehová; no triunfe el hombre; sean juzgadas las naciones delante de ti. RVR] [Levántate, oh Señor; no prevalezca el hombre; sean juzgadas las naciones delante de ti. LBLA] [¡Levántate, oh YHVH, y no prevalezca el mortal! ¡Sean juzgadas las naciones delante de tu presencia! BTX] [¡Levántate, Señor! No dejes que el hombre prevalezca; ¡haz que las naciones comparezcan ante ti! NVI] [Ponte, Señor, en acción; que no cante victoria el ser humano, que los paganos sean juzgados ante ti. BLP] [¡Levántate, oh Señor! ¡No permitas que simples mortales te desafíen! ¡Juzga a las naciones! NTV]

      Levántate, oh Jehová; no triunfe el hombre; sean juzgadas las naciones delante de ti. Las oraciones son las armas de los creyentes. Cuando la batalla es demasiado dura para nosotros, llamamos a nuestro gran aliado, que, por así decirlo, se mantiene al acecho, emboscado hasta que la fe le proporciona, a través de nuestro clamor,161 la señal convenida para intervenir: “Levántate, oh Jehová”. Entonces, si el Todopoderoso decide intervenir, a pesar de que nuestra causa se dé casi por perdida, pronto cambian las tornas. Porque no permitirá que el hombre prevalezca por encima de Dios, antes bien confundirá su jactancia con juicios rápidos y contundentes. Castigará a los malos en su misma presencia, y el que ahora es todo ternura, no tendrá compasión ni entrañas que se apiaden de ellos; siendo que ellos tampoco tuvieron lágrimas de arrepentimiento cuando en el día de su gracia él los soportó.

      C. H. SPURGEON

      Levántate, oh Jehová; no triunfe el hombre; sean juzgadas las naciones delante de Ti. ¿Qué significa este “Levántate, oh Jehová”? ¿Hemos de entender que el salmista está orando a Dios y pidiendo la destrucción de sus enemigos? ¿Como una suerte de conjuro o maldición contra ellos? De ninguna manera; no son palabras de alguien que desee desgracias a sus enemigos; son palabras de un profeta, de alguien que está prediciendo, en lenguaje escritural, el mal que va a sobrevenirles a causa de sus propios pecados.

      AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]

      Vers. 20. Pon, oh Jehová, temor en ellos; conozcan las naciones que no son sino hombres. Selah. [Oh Jehová, infúndeles temor; y aprendan las naciones que no son sino hombres. Selah. RVR] [Pon temor en ellas, oh Señor; aprendan las naciones que no son sino hombres. (Selah). LBLA] [¡Infúndeles tu terror, oh YHVH, y conozcan los gentiles que no son sino mortales! BTX] [Infúndeles terror, Señor; ¡que los pueblos sepan que son simples mortales! NVI] [Señor, infúndeles temor, haz saber a los paganos que son mortales. BLP] [Haz que tiemblen de miedo, oh Señor; que las naciones sepan que no son más que seres humanos. Interludio. NTV]162

      Oh Jehová, infúndeles temor; y aprendan las naciones que no son sino hombres. Cuesta imaginar que los hombres lleguen a ser tan vanidosos como para negar que son solo hombres y, sin embargo, esta parece ser una lección que solo el maestro divino es capaz de enseñar a los espíritus orgullosos. Quien se ciñe una corona no deja por ello de ser humano; los títulos universitarios, por muy eminentes que sean no hacen que quienes los ostentan sean más que hombres; el valor, arrojo y las grandes conquistas no elevan a nadie por encima del nivel de ser humano; y la riqueza de Creso,163 la sabiduría de Solón,164 el poder de Alejandro,165 la elocuencia de Demóstenes,166 sumadas todas ellas no alcanzarían a lograr que su poseedor siguiera siendo más que un vulgar ser humano. Tengamos esta realidad muy presente en todo momento, para evitar que como los desdichados que menciona el texto, tengan que recordárnoslo a base de infundirnos temor.

      Antes de abandonar el estudio de este Salmo, será muy provechoso que el estudiante lo examine de nuevo viéndolo como el himno de triunfo del Redentor, contemplando cómo piadosamente va trayendo la gloria de sus victorias y depositándola a los pies de su Padre.167 Regocijémonos en su gozo, y nuestro gozo será cumplido.168

      C. H. SPURGEON

      Oh Jehová, infúndeles temor; y aprendan las naciones que no son sino hombres. De lo contrario nos consideraríamos dioses a nosotros mismos. Nuestra inclinación al pecado es tal que necesitamos frenos constantes para evitarlo, y nuestro orgullo natural está tan hinchado contra Dios, que precisamos de espinas en la carne para dar salida a toda la materia corrupta.169 La corrección de la vara que se cierne constantemente sobre nosotros haciéndonos morder el polvo, es lo único que hace que admitamos nuestra debilidad y reconozcamos estar plenamente a merced del Señor. Pues, aunque nos ha perdonado, no debemos olvidar que Dios, con el propósito de potenciar nuestra humildad, nos pondrá la soga alrededor del cuello cuantas veces sea necesario.

      STEPHEN CHARNOCK [1628-1680]

       “Confort in Time of Trevail”

      Aprendan las naciones que no son sino hombres. El término hebreo utilizado en el texto original: אֱנ֖וֹשׁ ’ĕnōwōš de אֱנוֹשׁ enosh confirma la idea de que se trata más bien de una oración a favor de las naciones, para que tomen conciencia de la precariedad de su estado: formadas por hombres; seres míseros, frágiles y mortales. El vocablo está en singular, pero se utiliza en un sentido colectivo.

      JUAN CALVINO [1509-1564]

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