Despertar consciente por la dignidad de un pueblo. Isabel Cortés Tabilo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Isabel Cortés Tabilo
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789568675899
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precariedad en la salud pública)

      7 El transporte público.

      «A medida que los pobres se hacen más pobres y los ricos más ricos, los más favorecidos adquieren un control creciente sobre el dinero. Este aumento de la desigualdad perjudica el nivel y sostenibilidad del crecimiento». Milton Friedman.

      Tras años de imperio neoliberal en Chile, se ha normalizado la precarización de la vida. Hemos escuchado frecuentemente la frase: «Hay que levantarse más temprano». No obstante, la desigualdad social no ha discriminado a ámbitos como la salud, personas que mueren en la lista de espera para trasplantes, cirugías, tratamientos o simplemente atención básica y primeros auxilios. En tanto, sabemos la realidad de los ancianos, quienes han trabajado desde niños y sus jubilaciones no les alcanza ni siquiera para la canasta básica, debido al sistema de AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones), optando así las personas de la tercera edad, como su último recurso, al suicidio, un mecanismo de escape a una vejez indigna.

      Por otro lado, tenemos las viviendas sociales, que más que generar espacios dignos, son espacios precarios que no se acomodan a las necesidades de ninguna familia a lo largo del territorio nacional y que carecen, además, de espacios de esparcimiento y recreación. Todo esto no es porque la gente no se levanta más temprano, sino por la postura fascista que tienen los gobernantes, o más bien empresarios, que solo quieren que permanezcan sus lógicas de mercado, que no solo devastan la vida humana, sino también la tierra con sus industrias forestales, mineras y ganaderas, generando, de esta manera, condiciones de vida deplorables y esclavistas. Mientras ellos viven en sus mansiones en el extranjero y sectores acomodados del país, disfrutando de los llamados paraísos fiscales.

       Globalización del sistema neoliberal

      El sistema neoliberal tiene marcada influencia sobre la economía mundial producto de la globalización: repercusión directa en la anulación progresiva de los Estados nacionales más vulnerables y de la identidad cultural de los pueblos; la homogeneización de los patrones de consumo; la degradación del medio ambiente, sobre todo en los países subdesarrollados; la despersonalización del individuo hasta convertirlo en una suerte de androide indiferente al dolor ajeno, incapaz de ejercer con autonomía su juicio crítico, privado de su derecho a elegir conscientemente.

       Septiembre negro, octubre rojo en el equinoccio de la insurrección popular

      ¿Qué puedo hacer?

       ¿qué puedo pensar?

       más qué pesares y dolores moribundos,

       radiantes en el fuego que conspiran

       quemando el constructo capitalista.

       Enciendo mi alma

       con la libertad que siento,

       cuando estoy en medio de las barricadas,

       sentimiento de amor profundo incomparable,

       sentirse vivo dentro de las masas adormecidas

       por el individualismo ciego de criterio,

       de pensamientos propios más bien críticos.

       «En un mundo donde ya nada hay más que bienes para el empresario,

       no hay lugar para alguien como yo».

      Desde el surgimiento de la falsa democracia, nos han sometido a políticas públicas ajenas a la vida digna, que no solo han devastado la vida humana, sino que han apuntado a la destrucción de los territorios, utilizando el slogan de la paz y el progreso, como argumento de un sistema neoliberal que solo está en beneficio de unos pocos.

      El surgimiento de la revuelta el día 18 de octubre del año 2019, es el estallido del descontento social de este sistema miserable que no viene solo del actual contexto, sino de años de tortura, asesinatos y esclavitud; que nos afecta en ámbitos como salud, vivienda, pensiones, educación, la vida asalariada y, por sobre todo, a los hijos de nadie, quienes se ven sometidos al deplorable SENAME (Servicio Nacional de Menores), donde explotan sexualmente a estos menores, los exponen al comercio ilegal de órganos y a un sinfín de atrocidades. Estas personas pequeñas, por su vulnerabilidad, no tienen quiénes los protejan de los lacayos de este maldito mundo explotador. El escape es la fuga, donde la calle es el único hogar que les queda. Estos infantes son los principales protagonistas en las multitudinarias marchas en la capital, son los de la primera línea, quienes no tienen nada que perder porque ya lo han perdido todo.

      Por otra parte, es importante entender que no solo son los caídos en la dictadura empresarial, sino que todos aquellos adultos mayores que se han suicidado por pensiones indignas y precarias, como también aquellos que murieron esperando que corriera la lista de espera del sistema de salud o, simplemente, a manos de los sicarios del Estado, en la defensa de los territorios en el Wallmapu (territorio ancestral mapuche) y a lo largo de todo Chile.

      El surgimiento de la revuelta mediante los estudiantes secundarios, nos demostró que no existe el miedo impuesto por la dictadura. Nos intentaron enterrar, pero ellos no sabían que «éramos semillas y que, desde el fuego, renaceremos como un bosque nativo». Se entiende que no solo fueron 30 años, pues, en este momento, se está visibilizando que han sido 500 años, desde la devastación de los territorios, personas y animales.

       Solidaridad y apoyo mutuo

      ¿Cuándo fue la última vez antes de la revuelta, en que vimos a la gente compartiendo en lugares públicos de manera horizontal? La calle se vivió así, sin jefes, sin partidos. Siendo confidentes de este momento histórico y debatiendo sobre política sin tener a los partidos políticos entre medio, de la política real, esa que te impulsa a tomar acciones cotidianamente por una toma de conciencia, como no comprar una marca o dejar de ser cómplices del retail y comprar en la feria. Nos dimos cuenta de que la lucha es de clase, abriéndose la comunidad a los debates feministas, antiespecistas, anticolonialistas. Entramos en disputa cuando nos encontramos con gente que vive esto a través de las pantallas de los medios, que son los mismos ricos de Chile empresarial. Los medios de comunicación, que lo único que hicieron fue vandalizar las protestas. Escuchamos a las señoras decir que los violentistas deberían estar en la cárcel, pero escuchamos a la ciudadanía decir que se ha protestado por años de manera pacífica, que nunca han sido escuchados y no ha pasado nada. Ninguna revuelta popular ha salido sin muertos. Sus memorias nos cuidan de los sicarios del Estado en las calles; ellos hacen que nuestra lucha y nuestra sangre estén llenas de adrenalina.

      La televisión se focalizó en los saqueos, fueron a las poblaciones menos tomadas en cuenta, justo en este momento a documentar la recuperación de mercancía, exponiendo así a muchas personas que hoy están presas a lo largo de todo el territorio nacional. El saqueo es una manera de venganza popular y así lo reivindicaron los pobladores, porque elegir robarle a una multinacional y no a tus vecinos también es un acto político, no importa si es una tele, un cajero o un paquete de arroz.

      Lo que no mostró la televisión fueron las reuniones en las plazas, las ollas comunes, los talleres de autogestión, los conversatorios, la grieta que volvió a salir, somos animales sociables. No se entiende cómo el capitalismo ha logrado dividir a las personas en cajitas de fósforos; no obstante, esto terminó el día 18 de octubre del año 2019, la minoría son los que siguen con su sesgo individualista. Tampoco interesa la televisión en estos hermosos espacios; no se quiere su panóptico expiatorio ni su populismo barato porque todo lo disfrazan y todo lo venden.

       Institución exterminadora

      Desde el surgimiento de este estallido social, se validó firmemente la violencia anti policial, esto es a causa del actuar de estos sicarios que han mutilado, matado, violado y desaparecido a todos aquellos combatientes quienes salieron de sus casas, exigiendo una vida digna para ellos y sus familias.

      Las fuerzas represivas, carabineros y militares, defienden las mercancías del capital. En vez de