Conócete a ti mismo. Bernardo Olivera. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Bernardo Olivera
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9789874614582
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y el varón participa de la imagen divina.

      ~ La mujer y el varón son imágenes de Dios tanto en la diversidad sexuada cuanto en la igualdad personal. Y aún más, podemos también decir que el dinamismo de reciprocidad que vivifica el “nosotros” de la pareja humana es imagen de Dios. Por este motivo, el varón y la mujer gozan de la misma dignidad y valor.

      ~ La igualdad personal y la diferencia sexual entre el varón y la mujer remiten al misterio de la Trinidad. En la Trinidad se da la máxima diferencia en el seno de una identidad absoluta. La mujer es “otra” para el varón, al igual que el varón es “otro” para la mujer: esta diferencia irreductible remite a la diferencia entre las Personas divinas. Al mismo tiempo que diferentes, la mujer y el varón son por igual personas humanas, así como en Dios existe una sola naturaleza divina. Aún más: la diferencia sexuada de una y otro es el signo más radical del totalmente Otro: Dios.

      ~ La integración interior y exterior de la mujer parece ser mayor que la del varón, en este se distinguen más fácilmente las distintas facultades interiores y su mundo de relaciones. Esto podría llevar a decir que la mujer representa mejor la Unidad de la naturaleza divina mientras que el varón reflejaría mejor la Trinidad de personas. Y siempre es verdad que: a mayor integración interior, mayor hondura y capacidad de relación.

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      La imagen de Dios en el ser humano es una imagen de amistad y esponsalidad pues revela la comunión de personas. Los seres humanos hemos sido creados por amor y para amar, para acoger y donarnos. La esponsalidad como actitud, como forma de ser para el otro en mutua reciprocidad está inscrita en la misma imagen y semejanza que somos de Dios. Por eso la experiencia esponsal puede manifestar analógicamente la experiencia esponsal intratrinitaria y la experiencia esponsal entre Dios y la criatura humana.

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      Relación y comunión, persona y amor, amistad y esponsalidad son formas de hablar, con diferentes acentuaciones, de la imagen de Dios en la creatura humana creada por el Dios Trino y Uno.

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      Quizás, la mejor forma de sintetizar una concepción adecuada de la imagen de Dios en la creatura humana es decir lo siguiente: fuimos creados a imagen de Dios porque Dios nos ha compartido su comunión trinitaria de Personas en el Amor. Creados a imagen de Dios, somos espirituales y corporales, mujeres y varones en relación recíproca, heridos por el pecado, necesitados de salvación, destinados a ser conformados con Cristo, imagen perfecta del Padre en la potencia del Espíritu Santo.

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      La creación de los humanos, varón y mujer, a imagen de Dios tiene una palabra importante para decir en el debate contemporáneo occidental sobre el ser humano, especialmente en relación con el cientificismo ideológico, el cual se niega a admitir como válidas formas de conocimiento distintas de las que son propias de las ciencias positivas. La antropología cristiana, por el contrario, se funda en la revelación de la Trinidad comunicada por Cristo. Y la fe nos dice que el hombre es creado a imagen de Dios, lo que quiere decir que participa en la íntima esencia de Dios que es relación de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El abismo ontológico que existe entre Dios Creador y el ser humano criatura es zanjado por pura Gracia, de modo que resulta menos profundo que el abismo que existe ente el ser humano y el resto del mundo creado. En efecto, solo el ser humano, por ser persona, es capaz de establecer relaciones con Dios, con el prójimo y con el mundo, y participa así en la dimensión personal y relacional de Dios. Creada a imagen de Dios, la persona humana es, esencial y creaturalmente, lo que a nivel increado, son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en su mismísima esencia divina, es decir: Amor.

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      En definitiva, la Trinidad nos creó a su imagen por dos motivos básicos: porque deseaba que una Persona divina se hiciera hombre y para que los seres humanos pudiéramos llegar a ser dioses.

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