Praxis de la poesía. Jean-Clarence Lambert. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jean-Clarence Lambert
Издательство: Bookwire
Серия: Pùblicaensayo
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9786078636822
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a la historia es también demostrar que no es lo que se cree: se piensa rectilínea, ¿pero qué tal si tropezara?

      Ollintonatiuh donde se mezclan magistralmente el pasado azteca y la balacera del 2 de octubre de 1968 que masacró a los estudiantes mexicanos lo deja entender así. Poema puro esta vez, y capital, que hace aflorar bajo nuestros ojos la permanencia de la sangre, del sacrificio, de la muerte. Desafiar a la historia es todavía revelar, descubrir en ella, la conservación transversal de la pasión amorosa (Di-Amants) y reactivar ahí una escritura barroca (Los placeres difíciles) –un barroco no nostálgico sino contemporáneo donde los viejos mitos se muestran muy capaces de iluminar las tendencias de nuestra sociedad a la podredumbre y a la muerte. Se comprenderá entonces que en tales condiciones, la poesía practicada por Jean-Clarence Lambert esté muy lejos de esa “escapatoria icariana” que denunciaba Georges Bataille. No se trata aquí de ninguna manera de soslayar el presente sustituyéndolo por un sueño ineficaz: es terriblemente eficaz el imaginario que muestra que el presente podría ser otro. El poeta está contra la historia porque en primer lugar está dentro de ella, embarcado en ella como cualquiera. No sería fácil un libro que lo probara mejor que Les Armes Parlantes. Praxis de la poesía donde el lector se encuentra permanentemente como agarrado entre dos fuegos: el de las palabras renovadas y el de los referentes habituales que podrían despertar heridas y preguntas muy inmediatas. Tal puede ser la poesía hoy. Tal en efecto ha sido la de Jean-Clarence Lambert cuyo último libro nos invita a releer los libros anteriores para descubrir en ellos otros ecos tal vez inadvertidos hasta el presente, del tiempo de su escritura. [L’homme et la société, no. 47-50, 1978. Massmedia et idéologie imperialisme et fronts de lutte]

      Cuando, en 1976, Jean-Clarence Lambert publica con el sello de Belfond Les Armes parlantes, le da a su obra el subtítulo Práctica de la poesía. En efecto, para él, “¿si la poesía tuviese un fin? Solamente podría ser la práctica de la verdad del lenguaje.”

      Aquí está pues superado el estadio del laboratorio, en textos que no se presentan sin embargo como poemas tradicionales. Lambert combina prosas más o menos narrativas y descriptivas, poemas en prosa y también algunos versos aislados. Introduce a la Historia en el círculo de su reflexión, el que comprende bien que la poesía se sitúa siempre contra la historia. Alrededor de una Stalinada, tragedia-bufa, donde, con la complicidad del pintor Erro, se había encarnizado con el dictador ruso, Jean-Clarence Lambert se interroga en Diario de una dramaturgia sobre el general De Gaulle quien “sin duda habrá sido uno de los últimos representantes en el poder del principio de autoridad (tal y como el socio-psicoanálisis de Mendel lo define), con los valores correlativos (arcaicos), de la grandeza, del misterio, etc.” La poesía no sabría acomodarse con tales concepciones, por lo demás, el poeta utiliza al Che Guevara, al presidente de los Estados Unidos e incluso a John Wayne en escenarios desconcertantes que son como exorcismos para “liberar la energía de lo imaginario, las potencias reprimidas del deseo y del juego”. Sucede un poco como en el proyecto de Roland Barthes, pero en Jean-Clarence se transita desde una preocupación esencialmente lingüística hacia una desmitificación de la historia y de sus representaciones.

      Para lograr lo mejor posible su distanciamiento con la Historia, Jean-Clarence Lambert regresa a Octavio Paz, quien ha estado siempre íntimamente comprometido con la tarea de romper los etnocentrismos en beneficio de un interés por las culturas más diversas. Jean-Clarece Lambert, que tradujo la obra clave de Octavio Paz, El laberinto de la soledad, ha sabido cantar con frecuencia el país de su amigo. Ahí se siente por fin “no occidental” y está dispuesto a alcanzar en Tarahumara la sombra de Antonin Artaud: “vivió en su ser mismo la degradación de nuestra civilización, mitos, conceptos, lenguaje”. En Ollintonatiuh, Lambert toma como punto de partida la civilización azteca para intentar vincularla con los balazos del 2 de octubre que masacraron a centenares de estudiantes mexicanos. La sangre y la muerte se erigen en cómplices permanentes del poeta quien, lejos de complacer en lo que Georges Bataille ha calificado como “escapatoria al estilo de Ícaro” busca más bien, en una concepción siempre renovada del amor, la voz auténtica de la poesía. Jean-Clarence Lambert la expresa en los bellos textos en prosa de diAmantes o Los Amores Célebres, que ven sucederse a la esfinge, a Teseo, a Isolda, Eloísa y Abelardo, Julieta en su balcón, la religiosa portuguesa, don Juan, antes de llegar a Gabrielle Russier cuyo suicidio acababa de conmover a Francia. Enamorada de uno de sus jóvenes alumnos, ella pide a sus detractores saber

      que no se ve bien más que con el corazón, que ahora estamos en el hoyo negro de las apariencias y de la fealdad, pero que la verdad en su simplicidad volverá con el sol.

      Y Jean-Clarence Lambert pasa enseguida a la lista barroca de los Placeres difíciles que hay que saber asumir para poder alcanzar ese nuevo amor del cual Rimbaud ya ha escrito que solamente puede emerger en formas nuevas del lenguaje, que son como trampolines para la renovación del corazón mismo. En este ánimo Jean-Clarence Lambert se encuentra en afinidad y diapasón con André Breton cuando celebra el papel capital de Charles Fourier. Si a André Breton le consagra una oda, Jean-Clarence Lambert le dedicará una tumba:

      Lecho armónico o mesa de deseos, con receta del Cuerpo Glorioso: canela, nuez de moscada, pimienta, clavos, ramo –sabias especias y glosario apasionado: la pólvora, el corazón, los párpados, los labios, el beso. Así sea hasta el fin del rocío aromático.

      ¡Sí, más vale el amor aromático que el amor bobo romántico! Y los únicos versos de todo el libro claman en gruesos caracteres:

      Fiesta de las palabras

      Revuelta de las máscaras

      Sueño de las palabras

      Opus nigrum, sueño paradójico

      El trabajo negro, Opus nigrum, es un trabajo que consiste en ennegrecer la concepción del amor-evasión (“¿entonces, Ícaro, ¿nos evadimos?”), y su regreso en el modo del Evadido Evadné, mientras que

      Franqueado el umbral, todavía hay que franquear el umbral – Nadador de un agua subterránea – alcanzar el corazón negro, la fuente oculta – alta fuente o brasero – Salida, no hay salida – el arte, obsidional.

      El conjunto concluye en la presencia enfatizada del Laberinto donde la Y sustituye definitivamente a la O, una ocasión para que se desencadenen las fuerzas en forma de fuegos artificiales:

      – La suerte de Ícaro: la caída, lo vivido – tiempo fulminante – abismarse – sangre azul de las venas – ya no es su propio blanco – los Herreros golpean el yunque, arrojan los dados – Renovando la invocación – Desencadenamiento de las Fuerzas – negro negro negro – el negro del azur.

      Hasta aquí la cita de Daniel Leuwers. Hay que señalar para el lector que Jean-Clarence tiene la costumbre de iniciar el nuevo libro con la última línea del libro precedente, así que publicará cuatro años después de Les armes parlantes de 1976, el libro Le Noir de l’azur, con dibujos de Karel Appel y partitura de Jean-Yves Bossseur con el sello Galilée.

      A varios lustros de publicado el libro que hemos titulado Praxis de la poesía y al filo de los noventa años de Lambert, se puede decir que estas páginas no se encuentran en el pasado. Sus letras forman parte del porvenir que tienen la poesía y las artes.

      Tal vez por todas estas razones Lambert haya encontrado esta fórmula para dar un espejo de su vasto itinerario poético y artístico: J’écris ce que je vis, je vis ce que j’écris:

      Escribo lo que vivo, vivo lo que escribo.

      Agradezco la ayuda de Rodrigo Martínez Baracs, quien revisó los tramos en náhuatl en los poemas, y a Fabienne Bradu, quien me hizo algunas observaciones.

      Adolfo Castañón

      Ciudad de México, 2019

      Notas del Prólogo

      1] Apollinaire en México. Zone / Zona. Traducción