Finalmente, encontrar alegría no es difícil si aprende dónde encontrarla. Deje de mirar a su alrededor, espere que la gente se lo dé o mantenga el sentimiento y conéctelo con las posesiones materiales. La alegría se encuentra dentro de las profundidades de su mente y su corazón. Es una cosa personal. Se desencadena por acciones positivas y respuestas positivas de las personas. Usted se vuelve alegre cuando trae alegría a otras personas. Cuando se vuelve desinteresado, generoso, considerado, amable y compasivo, se descubre a sí mismo. Aprende a ser una mejor persona. Su objetivo es hacer más por los demás. Lentamente, el extraño sentimiento positivo dentro de usted se magnifica y se encuentra más alegre.
Dalai Lama y el arzobispo Tutu dijeron que las personas están conectadas para ayudar a otros.
Nadie es una isla No puedes existir solo. Necesita personas para mantener su bienestar físico, emocional, mental y espiritual. Las personas que conoce no son accidentes. Desempeñan papeles menores y mayores para moldearlo, promoverlo y cambiarlo. Toda persona es esencial para su existencia. Es esencial para otras personas. Cuando reconoce esta verdad, se vuelve más compasivo y sensible a las necesidades de los demás.
LA ESENCIA DE LA VERDADERA ALEGRÍA
La búsqueda de una vida alegre es una lucha constante para muchas personas. Ve a otras personas viviendo el tipo de vida que desea y se siente envidioso, triste o enojado. Se esfuerza más y trabaja más duro para lograr sus ambiciones porque cree que el éxito le hará feliz. Usted cree que la verdadera alegría proviene de vivir una vida privilegiada.
¿ES REALMENTE LA FORMA DE ENCONTRAR ALEGRÍA?
Este capítulo se centra en la naturaleza de la alegría basada en la sabiduría de dos venerables líderes: el Dalai Lama y el Arzobispo Tutu. Compartieron cómo se puede lograr la verdadera alegría y por qué no es aconsejable estar malhumorado mientras se busca este sentimiento evasivo.
El Dalai Lama dijo que a pesar de las innovaciones del siglo XXI y el progreso continuo de la tecnología, muchas personas en todo el mundo siguen hambrientas, sin hogar y en condiciones deplorables. Los líderes mundiales siguen centrándose en el desarrollo de estructuras tangibles, mientras que las personas en la academia imparten valores centrados en el éxito como criterio para encontrar la felicidad. No les preocupa el desarrollo de valores internos.
Muchas personas crecen creyendo que las cosas materiales son esenciales para ser felices. La sociedad se ha vuelto materialista. A pesar de la tecnología moderna que da lugar a una cultura liberal de la sociedad, los problemas humanos parecen aumentar. A veces, se convierte en la fuente de la infelicidad.
Explicó además que los valores materialistas no dan tranquilidad. Las personas necesitan enfocarse más en desarrollar valores internos, que son las esencias de la verdadera humanidad. Esta es la única forma de ganar tranquilidad, así como promover la paz mundial.
Dalai Lama puso un dedo sobre su cabeza y dijo que el problema generalmente comienza en la mente. El arzobispo que estaba atentamente escuchando a su amigo, movió su mano y se tocó el pecho. Dalai Lama estuvo de acuerdo con la acción del arzobispo. Él asintió y dijo que los problemas pueden venir de la mente o del corazón.
El Dalai Lama cree que los enormes problemas del mundo como la violencia y la guerra son creaciones del hombre. A diferencia de los fenómenos naturales y los desastres que ocurren cuando hay cambios en la naturaleza, los desastres provocados por el hombre hacen que las personas sufran más a pesar de las intenciones de alcanzar la paz. Observó que las personas parecen olvidar el hecho de que todos tienen la responsabilidad de hacer del mundo un lugar feliz para vivir.
Según él, es muy importante que las personas se preocupen por el bienestar de los demás. Él cree que el mundo necesita más compasión y amabilidad. Estas dos virtudes son necesarias para restaurar la armonía y la paz.
El Dalai Lama apretó las palmas de las manos y las levantó, un gesto que transmite respeto. Luego, extendió una de sus manos a su amigo, quien suavemente la tomó y la envolvió con ambas manos. Mientras en esta posición de bloqueo manual, Dalai Lama le dijo al Arzobispo que tenía un gran potencial para crear una comunidad feliz. El arzobispo Tutu se rió y estuvo de acuerdo.
El Dalai Lama explicó su observación diciendo que la mayoría de los líderes políticos y espirituales muestran un semblante serio. Esto hace que las personas duden en acercarse a ellos. Sin embargo, la cara del arzobispo era diferente. Muestra un alma feliz dentro. Siempre estaba sonriente y alegre. Su presencia transmitió un mensaje positivo al mundo.
Luego extendió la mano para alcanzar la mano del arzobispo y dijo que la cara de su amigo hizo que la gente creyera que la felicidad está a la vuelta de la esquina. El arzobispo prontamente dijo que tal vez su nariz grande hizo la magia y se rieron juntos.
¡Imagine a estos dos grandes líderes espirituales riéndose!
Dalai Lama enfatizó la importancia del desarrollo mental al mirar profundamente dentro del corazón y no desde afuera. Dijo que muchas personas piensan que el dinero, los autos lujosos, la casa grande y el poder traen felicidad. Muchas personas no prestan atención a la fuente última de una vida feliz: que proviene de factores internos y no externos. Incluso la fuente de salud y bienestar no proviene del exterior sino del interior de una persona, agregó.
Entonces, ¿qué es la alegría? ¿Cómo puede lograrse? ¿Por qué puede evocar una amplia gama de emociones? ¿Por qué puede traer lágrimas de alegría durante el parto, una risa abrumadora cuando alguien hace una broma o una sonrisa serena y contenta mientras medita?
La alegría es el sentimiento indefinible que oculta estas experiencias.
El famoso amigo e investigador de emociones del Dalai Lama, Paul Ekman, escribió que la alegría está conectada con una variedad de sentimientos: placer (5 sentidos), emoción (durante un desafío o experiencia novedosa), satisfacción (una sensación de satisfacción tranquila), diversión (rangos desde risas hasta ruidosas, risas), gratitud (apreciación por un acto de desinterés de los demás), alivio (liberación de emociones negativas como ansiedad, miedo o placer), elevación
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