Un pueblo chico, una aldea de montaña en la cordillera patagónica argentina, una tormenta de nieve, el invierno.
Dadas las manzanas apropiadas ¿Comenzará el juego de la serpiente?
¿El crimen perfecto es posible, o “crimen perfecto” es otro nombre del statu quo?
Cinco mujeres, amigas, cinco historias entrelazadas y revueltas por el viento blanco
¿Qué hacer con la verdad, cuando el velo se ha rasgado?
¿Qué hacer con el amor? ¿Existió alguna vez?
¿Existe la salida, o sólo hay vías de escape?
Un crescendo narrativo, con un estilo coloquial, intimista, ligeramente abrumador. En Viento Blanco, las palabras adquieren los matices del paisaje, del bosque, de la tierra y de los personajes sobre los que cae el blanco de la nieve, por momentos con fascinante suavidad y por otros, sin previo aviso y con el viento como protagonista, como implacable tormenta, interrumpiendo las vidas diarias, la hipocresía, el silencio, la violencia secreta.
Viento Blanco
M.S.G.Dewey
© M.S.G.Dewey
© Viento Blanco
Diseño de portada: MissCorvan
Edición fotografía: Say Simon
Foto de portada: rannifernando
ISBN ePub: 978-84-685-4649-0
Editado por Bubok Publishing S.L.
Tel: 912904490
C/Vizcaya, 6
28045 Madrid
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Gracias a Miss Corvan, Simón Fernandez y Fernando Ranni Dewey por su colaboración.
Índice
Las manzanas apropiadas o el juego de la serpiente
Nené (3)
De la siesta al anochecer
Mara (2)
Patricia (2)
Rosita (2)
Nené (4)
Mara (3)
Mona (2)
Patricia (3)
Mara (4)
Natalia (1)
Rosita (3)
Noche
Natalia (2)
Patricia (4)
Mona (3)
Mara (5)
Rosita (4)
Natalia, la noche anterior, cuando era Nené
Al día siguiente
En tiempos donde nadie escucha a nadie,
en tiempos donde todos contra todos,
en tiempos egoístas y mezquinos,
en tiempos donde siempre estamos solos,
habrá que declararse incompetente,
en todas las materias del mercado,
habrá que declararse un inocente,
o habrá que ser abyecto y desalmado.
Al lado del camino - Fito Paez.
¿Pero de quién fue la culpa?, pregunta Tía Helena
mientras levanta un dedo regordete.
La culpa es suya, suya, suya, cantamos al unísono.
¿Quién la arrastró a eso?
Tía Helena sonríe, satisfecha de nosotras.
Fue ella, ella, ella.
¿Por qué Dios permitió que ocurriera semejante atrocidad?
Para darle una lección, una lección, una lección.
The Handmaid’s Tale - Margaret Atwood
Olvídalo, Jake. Es Chinatown
Las manzanas apropiadas o el juego de la serpiente
Nené (1)
Nené ya no siente como antes. Algo le ha pasado. Por eso tiene todo listo. Por eso los mellizos están en la casa de un compañerito de escuela. Y allí se quedarán hasta mañana.
Hora de llamar a la mamá del compañerito, piensa Nené, y llama.
Seguro no tenés problemas para llevarlos mañana a la escuela, pregunta.
Para nada, quedate tranquila, los llevo, contesta la madre del compañerito de los mellizos. Están jugando, no se pelean, todo bien.
Me imagino, dice Nené. Avisales que los busco yo.
Sí, quedate tranquila, insiste la madre del compañerito de los mellizos, disfrutá tu momento de paz. La mujer ríe con risa boba, que pretende ser cómplice. Nené la acompaña en las risas.
Hasta mañana.
Faltan algunas horas. El auto y el bolso están listos.
Nené se acaricia el moretón de la cara. Entra al baño que está cerca de la cocina. Allí tiene la caja con los maquillajes que necesita a menudo. Siempre necesita maquillarse. Antes de salir, antes de levantar a los mellizos, antes de abrir la puerta si alguien toca el timbre… Nené cuida los detalles. Toma una porción de la crema base y la esparce sobre la marca morada. Duele un poco, a pesar de la suavidad de su mano acariciando, tapando. No va a doler más, dice Nené. Mira su reflejo en el espejo, y sonríe.
Del amanecer a la siesta
El paraíso.
Con la carga imprescindible de indiferencia.
La simple contemplación de la naturaleza