Oceánica. Estanislao Giménez Corte. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Estanislao Giménez Corte
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Книги для детей: прочее
Год издания: 0
isbn: 9789508441461
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luego aprende francés, produce un francés con acento inglés. Seguramente hay una explicación científica para este fenómeno, pero quienes amamos el lenguaje tal vez nos detengamos con más interés en lo bello de ese viaje entre lenguas que permite llevar en el equipaje los sonidos más recientes, los paisajes recién avistados. Quien aprende idiomas es un trashumante en tanto viaja, no ya en busca de buenos pastos, sino de nuevas y mejores maneras de decir las cosas. Lo mismo podría decirse de quien explora nuevos géneros: si un género no le permite decir lo que necesita decir, buscará otro más hospitalario. Siento que los poemas de Océanica recuerdan en sus ritmos las tierras recién visitadas del ensayo y que a la vez hablan de paisajes volcánicos, abismos e insomnios que solo pueden conocerse en esta nueva lengua de la poesía.

      Los poemas de Oceánica navegan el límite entre la expansividad exploratoria del ensayista y el destello apasionado del poeta, entre la argumentación cuidada y la imagen novedosa. Traen del ensayo la recurrencia de algunos temas, las enumeraciones, la composición por expansión en espirales más y más veloces que culminan en la frase precisa. Los poemas que bucean en temas filosóficas, como “Latente”, le dan espacio a la duda que en ensayos pasados se articuló como certeza. El viejo ensayista encuentra en Oceánica un lugar donde ordenar el dolor, revivir la pasión, expresar el amor –a hijos, mujeres, amigos–, palpar la impotencia, admitir la culpa y pedir perdón, aunque diga que solo “Escribe / para robar / a la nimia existencia / que lo envuelve / algo / que hacer / en (con) el tiempo.”

      En algo disiento con el autor: no creo que se trate de poemas aparecidos –aunque entiendo que el poema se nos aparece justo en ese momento en que pensamos que todo lo demás ha oscurecido–, sino de poemas recobrados. Una de las preocupaciones ostensibles de Estanislao es lo irrecuperable de la felicidad pasada, porque “Antes no conocías la postergación del deseo / Sólo el deseo / Ni la negación de la noche / Sólo la noche / Ni el temor de la mañana siguiente / Sólo la madrugada”, dice. Se aferra al presente con la desesperación de quien sabe que le están por fallar las manos, que el tiempo le arranca la piel de las palmas de un tirón en su huida y que nada puede hacer para retener consigo la juventud, la infancia de los hijos, la fortaleza física, los seres amados. Si la poesía es, en el acto de creación, una forma de detener el instante, en su relectura y publicación cobra un nuevo sentido: es restauradora de un mundo perdido, cápsula del tiempo que trae de regreso la palabra de entonces con el sabor de entonces, conjuro de fantasmas demasiado vivos, apologética de viejas y renovadas libertades.

      Y en algo coincido: en darle la bienvenida a los recienvenidos, en este caso a los recién llegados a la poesía hecha pública. Del poeta se espera que nos despierte con su novedosa forma de mirar y decir. Se le pide que vea lo que nosotros no llegamos a ver, que renueve el lenguaje para recordarnos cómo se sentían las cosas que ya no sentimos. Saludo entonces a la Océanica recienvenida, la que fluye en remolinos y saltos, la calma y lánguida, la atormentada, la dubitativa, y celebro la lucha entre la argumentación y la exaltación, la humildad ante la palabra imposible, el coraje del domador de palabras feroces, la sensibilidad de la caricia y del filo.

      María Susana Ibáñez

      1

      Apertura

      Manifiesto/1

      Nadie puede escribir poesía

      La poesía

      aparece

      sola libre

      recóndita evanescente

      En una música leve

      en el abrazo

      en el llanto

      en el sueño que al fin llega

      en el cabello de una mujer que sonríe

      en los márgenes

      en los bordes

      en los excesos

      en el orgasmo

      Y se va

      2

      De la experiencia

      Oceánica

      Yo vi en vos esa noche

      en mi pieza todo el mar

      salir de tu mirada diáfana

      y entrar en mí atravesándome

      como la daga aquélla que contó el bardo

      torrente desatado

      y en tu habla ahogada en sal

      escuché al unísono todos

      los océanos que imaginamos

      inventada música nuestra

      que estalló las paredes y los vidrios

      fuerza indómita

      aluvional masa volumen

      que pasó por vos sólo

      para salir proyectada

      soberbia sombra azul

      disparada a cuatro nortes

      arrastrando todo a su paso

      en el sueño hondo que compartimos

      antes agitados y después leves

      devenidos uno en el revuelo

      mayúscula marea ondulante

      de las aguas de tormenta al

      viento que ya cede

      Yo vi esa vez en vos

      estupefacto todo el mar

      que pude soñar para mí

      pero me fui

      Yo veo en vos

      ahora que te encuentro

      tantos años después

      el mar todavía bravo

      en tu mirada

      oceánica

      que me observa

      desde la hondura de los tiempos

      aun preguntándose por qué

      Yo vi todo el mar en vos

      furioso amanecido

      perturbadora belleza

      en los vientos y en la calma

      pero igual

      me fui

      acaso temeroso de la inmensidad

      indigno de tanto

      corriente en retirada

      que lleva impreso

      en el cuerpo maltrecho

      para siempre

      tus ojos de agua

      colmado el pecho

      la piel humedecida

      Un tópico

      I

      Con horror a destiempo

      un día entendí

      que todos mis textos

      se reducen tercos

      a un sólo tópico

      recurrente maniático

      endiabladamente uno

      y que toda mi vida

      se dice plana lineal

      chata en su porfía

      y se acomoda a una sola cosa

      invariablemente una

      como