COSTO DE RESPUESTA: DEL CASTIGO A LA CONSECUENCIA NATURAL Y LÓGICA
(Valdés, 2006)
¿Por qué es importante que existan consecuencias de las acciones que dañan el bien común o a otra persona?
Se puede reconocer dos ideas centrales que responden a esta pregunta:
A) Hay dos valores fundamentales que permiten la convivencia democrática: el reconocimiento del otro como un igual y el reconocimiento del bienestar del otro como parte del propio bienestar. Esto nos lleva a tomar conciencia de las consecuencias de las propias acciones en el otro y a la necesidad de realizar acciones reparadoras cuando éstas lo dañen o afecten negativamente. Las acciones reparadoras confirman, en la práctica, el deseo de no haber hecho daño o arrepentimiento por el daño producido. Si a alguien no le importa causar dolor en el otro, es probable que no tenga la capacidad de sentir empatía, que no reconozca al otro como un igual o que no valore su bienestar.
B) La necesidad de formar en la responsabilidad por los propios actos. Lograr este punto no es tarea de un día ni de un solo profesor. Es un proceso en el que inciden variables evolutivas y también la estimulación externa. La tendencia más frecuente es que en una situación de conflicto, los seres humanos tratemos de justificar nuestras acciones por condiciones externas, sin reconocer la propia responsabilidad. La existencia de consecuencias para las transgresiones puede ser una oportunidad muy útil para estimular en el alumno el proceso de reflexión sobre la propia conducta y sus consecuencias para si mismo y los demás.
¿qué pasa con los castigos, que están tan desprestigiados?
Si revisamos la historia de la cultura occidental, nos encontramos que las consecuencias a las transgresiones han oscilado desde los castigos físicos más cruentos, hasta el "laissez faire" (término que viene del francés y que significa "dejar hacer"; en psicología se aplica a sistemas educativos excesivamente permisivos, llegando incluso a la ausencia total de normas o límites), pasando por todo tipo de sanciones morales, privación de beneficios, amonestaciones y otros. En las últimas décadas el castigo se ha ganado un enorme "desprestigio" por varias razones:
• El castigo constituye un tipo de control externo de la conducta, que no conduce a un cambio genuino de ésta. Se modela la conducta por temor o bien el cambio es sólo transitorio. No se estimula el logro de un locus de control interno.
• Se presta para abusos. El castigador tiene todo el poder, y el castigado sólo puede someterse, ya que si no lo hace el castigo es mayor. No se da el espacio para el diálogo, ni se logra la comprensión de los motivos que llevaron a la trasgresión.
• Suele producir un distanciamiento emocional entre el castigador y el castigado, por el posible "daño moral o físico" que el castigo implique.
• Si se castiga con violencia, llevará al aprendizaje de ésta a través del modelo del castigador.
• Suele producir consecuencias emocionales no deseables en el castigado (acumulación de rabia, sin disponer de los mecanismos para la expresión y canalización adecuada de ésta, disminución de la autoestima, etc.)
• Puede llegar a constituir un potencial refuerzo positivo que lleve a la mantención o aumento de la conducta indeseada, ya que puede constituir la única forma de atención que reciba un sujeto dado. Es preferible la atención negativa a sentirse invisible.
¿Y entonces nada?
Ya hemos visto las consecuencias negativas del castigo. Sin embargo, la ausencia de consecuencias a la trasgresión o un estilo de crianza excesivamente permisivo no consiguen el desarrollo de niños más felices ni una mejor convivencia escolar. Los niños que han sido criados sin límites o sin costos de respuesta se sienten abandonados por sus educadores y pueden recurrir a conductas cada vez más disruptivas o desadaptativas con tal de conseguir su atención. Muchas veces los niños que han sido educados con estilos disciplinarios muy rígidos y autoritarios pueden optar por criar a sus propios hijos en un estilo totalmente opuesto, no consiguiendo los resultados deseados.
Una propuesta: la consecuencia natural y lógica
No es fácil diseñar consecuencias a la trasgresión sin caer en los castigos tradicionales y sus efectos negativos. Esta propuesta se basa en el método de las Consecuencias Naturales y Lógicas, del Programa para formación de Padres STEP, Dinkmeyer D. y MacKay,G (s.f., en Valdés, 2006) y la Disciplina Formativa de Jane Nelsen y Lynn Lott (1999, en Valdés, 2006).
Los autores definen la consecuencia natural como "aquella que permite al niño aprender del orden natural de los hechos". No siempre se puede permitir que un niño experimente la consecuencia natural, por la peligrosidad que ésta puede significar. En estos casos, el educador utiliza las consecuencias lógicas, que son "aquellas que están relacionadas lógicamente con el comportamiento indeseable o inadecuado y no son arbitrarias, a la vez que ayudan al niño a respetar los derechos de los demás" (Dinkmeyer & MacKay, s,f,, en Valdés, 2006).
Ventajas de las consecuencias naturales y lógicas en relación al castigo
• Las consecuencias naturales y lógicas pueden producir algún nivel de incomodidad en el alumno, pero no necesariamente rabia, como es el caso de un castigo arbitrario.
• Las consecuencias naturales y lógicas se focalizan en la conducta indeseada específica, no descalifican a la persona, ni dañan su autoconcepto. Generalmente, el castigo se acompaña de una descalificación del trasgresor como persona.
• Las consecuencias naturales y lógicas conducen a reconocer el daño que la repercusión de la propia conducta tiene en el otro, incentivando el cuidado del otro. El castigo, al ser muchas veces arbitrario, sin conexión lógica con la conducta indeseada, no ayuda al alumno a visualizar esta relación.
• Las consecuencias naturales y lógicas incentivan la necesidad de reparación del daño ocasionado al otro/a. El castigo, en general, no implica la reparación del daño ocasionado.
• Al aplicar el método de las consecuencias naturales y lógicas se estimula el desarrollo de la atribución interna, ayudando al alumno a desarrollar el autocontrol y hacerse cargo de su propia conducta y sus consecuencias. El castigo favorece el control externo, por lo cual es más difícil que el alumno/a se responsabilice por sus propios actos. Se favorece la necesidad de una regulación externa.
¿Cómo establecerlas?
Algunos Principios:
Jane Nelsen y Lynn Lott (1999, en Valdés, 2006) proponen, dentro de la Disciplina Formativa, la búsqueda de soluciones en vez de la búsqueda de castigos. Ellos proponen que para lograr esto se debe trabajar siempre a partir de "las Cuatro R de las soluciones". Este principio de "las Cuatro R" es un buen aporte para la construcción de las consecuencias de la trasgresión y se refiere a que las consecuencias de la trasgresión deben ser:
Relacionadas con la situación que se quiere mejorar
Respetuosas de ambas partes
Razonables y proporcionadas
Reveladas: conocidas de antemano
El cuarto punto, que se refiere a que las soluciones deben ser reveladas de antemano, no siempre se puede aplicar, ya que las posibilidades de trasgresión son infinitas y no pueden estar todas las