¿Te autopresionas y autoexiges demasiado?
¿Sueles quejarte y frustrarte ante las dificultades?
¿Sabes cuándo retirarte de la batalla?
Primero elimina o valora alejarte de todas las fuentes que te roban la energía y después sigue buscando lugares/personas/actividades/emociones que te la recarguen.
FLUIR/FLOW
El flow es un término que usamos en Psicología que significa fluir, dejarse llevar y es lo que nos pasa cuando estamos enfrascados en algo que nos encanta hacer per se (no nos fijamos tanto en el resultado porque este es una consecuencia del proceso) que pasan las horas volando porque nos metemos tanto en eso que perdemos la noción del tiempo. Y esto implica mayor concentración, menor sensación de fatiga, menos esfuerzo, más autoestima, más placer.
Trabaja en encontrar tus momentos de flow si no sabes qué te lo provoca y si lo sabes, busca espacios para deleitarte en ello.
DESCONECTAR
Desconectar para conectar contigo misma o reconectar. Con el ritmo frenético de trabajo que llevamos siempre, a veces cuesta parar, buscar nuevas formas de ilusionarse, encontrar nuevas sensaciones o lugares, dedicarse tiempo a uno mismo solo para disfrutar. ¡Pero lo necesitamos! Y si no le prestamos atención, el cuerpo o mente en algún momento nos pasará la factura.
Igual que nos esforzamos a diario en ser buenos en nuestros roles de trabajo, también deberíamos intentar serlo con y por nosotros mismos y nada más.
AUTOCUIDADO DESDE EL AUTOCUIDADO
Autocuidado no puede trabajarse desde la exigencia, ni con prisas, presión o perfección... Es paradójico y contradictorio. Buscar estar contigo misma desde la autoexigencia y control, es lo contrario a la intención de la meditación y espacio que tanto necesitas para ti… Desde la impaciencia y la búsqueda obsesiva del equilibrio, solo consigues más de lo mismo… De tanto buscar la paz desesperadamente, solo consigues más ansiedad.
1.4. AUTOACEPTACIÓN
En el mundo fitness está muy de moda el eslogan de buscar tu mejor versión: «¡Todo se puede! ¡Nada es suficiente nunca, y si no lo consigues es porque no quieres, vaga!».
Tener un objetivo (del tipo que sea: bajar la grasa corporal, mejorar la estética, dormir más, sacarse unas oposiciones, conocerse mejor...) como forma de mejora y capacidad de superación y motivación es maravilloso. Pero más maravilloso aún es sentirse a gusto y suficiente en lo que ya se es, sin más presión ni exigencias.
Demasiadas veces esa mejor versión se refiere única y exclusivamente a un físico... Siempre querremos ser mejores y mejorar en ciertos aspectos de nuestra vida y eso es evolución, es crecimiento y es valentía de superar nuevos retos y no quedarse estancado en algo que no te gusta o no te hace feliz. Pero que eso no implique que no te aceptes, no te hables bien, no te des cariño, no te cuides, te olvides del resto de cosas buenas que tienes, etc.
Pero si estás cómoda y feliz no tienes por qué buscar el siguiente reto que superar ni ser tan ambiciosa como la sociedad nos inculca.
Y es importante no solo intentar ser o mostrar lo bueno y bonito de una, sino entender todas las partes que tenemos y aceptarlas para no caer en la resignación, frustración, autoflagelación o sentimiento de culpa constantes. Somos luz y oscuridad, somos humanas, no robots.
En la Psicoterapia breve estratégica trabajamos mucho con la lógica no ordinaria, teniendo en cuenta las paradojas, contradicciones y ambivalencias de la mente. Como no podemos evitar los autoengaños diarios ya que todo lo que vemos está condicionado por nuestra percepción de la realidad... ¿Qué puede ser más útil que utilizarlos a nuestro favor?
1.5. PERFECCIONISMO Y AUTOEXIGENCIA
Es curioso como normalmente utilizamos la autoexigencia y perfeccionismo como argumento para conseguir mejores resultados, retarnos, conseguir más, no estancarnos, demostrarnos que podemos... Tanto que al final lo normalizamos e integramos en nuestra vida como si no hubiera otra vía.
Aunque querer mejorar nos ayuda a motivarnos y movilizarnos, debemos cambiar de estrategia cuando nos hacemos daño bajo este precepto y no conseguimos sentirnos nunca en paz. Y sí hay otra vía, mucho más efectiva y respetuosa: la autocompasión. Que dista mucho de lo que se entiende por compasión. No es darte pena, no es «dejarse», ni resignarse: es escucharse, respetarse y quererse para entender que no somos perfectas ni necesitamos serlo. Es darse cariño, paciencia, apoyo y calma ante las adversidades o cuando sintamos no estar a la altura.
Nos merecemos cariño, amor, paciencia, comprensión y amabilidad sobre todo de nuestra parte.
¿Cómo podemos ser autoexigentes de forma sana y efectiva?
Con críticas constructivas y no machacarnos por machacarnos.
Buscando una forma sana alternativa de ver la situación.
Hablándonos con respeto, cariño y compasión.
Señalando los errores solo si aportamos formas de mejorarlos.
Valorando cada detalle o logro positivo (no destacar solo lo malo).
Aprender a no caer en comparaciones ni metas irreales ya que no llevan a nada más que la frustración, inseguridad, etc.
Rebajar la intensidad de autoexigencia, que no sea extrema ni constante.
Para conseguir algo que cuesta, hay que esforzarse pero olvida la necesidad imperiosa que te lleva hasta castigarte si no cumples con esa disciplina, constancia y esfuerzo autoimpuestos.
CÓMO EMPEZAR A SER AUTOCOMPASIVA...
Si tu mejor amiga/o o alguien muy importante para ti cometiera un error…
¿Qué le dirías? ¿Lo machacarías más y lo fustigarías para que aprendiera? ¿O le hablarías con cariño y le darías otra perspectiva pensando la parte positiva para que se sintiera mejor? ¿Quizás buscarías un aprendizaje para que ese fallo tuviera un sentido y conseguir reconfortarlo...? ¿Y por qué no lo haces contigo?
Háblate con cariño, como si fueras tu mejor amiga/o. Realmente tú deberías ser tu mejor aliada y no tu peor enemiga, como suele pasar...
Cuando venga un pensamiento negativo sobre ti misma, cámbialo. Escríbelo y reformúlalo en positivo, con amabilidad, dulzura y cariño. Y si no puedes cambiarlo a positivo, busca la versión más neutra y objetiva posible.
Si no te sale… Piensa en qué te diría tu abuela (o tu madre o tu pareja, la persona que más te quiere en el mundo). ¿O qué te diría una persona que no conoces de nada?
Hablarte