porque incondicionalmente me ofrecieron lo mejor de sí
porque me ayudaron a desplegar mis alas… y volar
por tanto, tanto… y tanto
los amo
Prólogo
Limpia, borra, borra y encuentra tu propio paraíso.
¿Dónde? Dentro de ti mismo.
Morrnah Nalamaku Simeona, Kahuna Lapa’au
La primera vez que se escucha el término ho’oponopono, sorprende. ¿Hopo qué?, se suele preguntar.
Hasta hace algunos años, pocas personas tenían idea de su significado. Sin embargo, esto se ha ido revirtiendo aceleradamente y hoy podemos decir que este ancestral conocimiento llega cada día a más y más personas dispuestas a abrirse a su profunda sabiduría.
Etimológicamente, Ho’o significa “causa” y ponopono “perfección”, en lengua hawaiana. Se lo suele traducir como “enderezar un error” o “hacer lo correcto”.
Sus orígenes se remontan a unos 5.000 años. Ho’oponopono es un sistema de sanación físico, mental, emocional y espiritual practicado por la cultura kahuna de Hawai.
Esta técnica ha sido actualizada y convertida en un proceso de sanación tan integrador que nos acerca a los milagros. En su estructura convergen psicología, física cuántica, filosofía y mística, amalgamadas en una forma tan perfecta, que no sólo va a permitirnos sanar, sino también avanzar sólidamente por la vida.
Morrnah Nalamaku Simeona, reconocida como un tesoro viviente de Hawai en 1983 por su trabajo, actualizó esta técnica que hoy se conoce como “Ho’oponopono actualizado”, o más correctamente, “Sistema de autoidentidad a través de ho’oponopono”.
Ella difundió el “Ho’oponopono actualizado” por el mundo incluyendo a médicos, colegios y universidades. Se presentó además ante la Organización Mundial de la Salud y en las Naciones Unidas.
Morrnah era una Kahuna Lapa’au hawaiana nativa. Kahuna significa “guardián del secreto” y Lapa’au, “especialista en sanación”. Entre los hawaianos, la palabra kahuna denomina a un maestro espiritual sanador.
Básicamente, la filosofía kahuna nos dice que los seres humanos vivimos repitiendo sistemáticamente “pensamientos tóxicos”, “pautas mentales”, “emociones”, etcétera —que denominan “memorias”—, y provienen de nuestros ancestros, vidas pasadas y todo aquello que se adquiere en las experiencias tempranas de la infancia y en el posterior desarrollo de nuestra vida.
Toda esa información debe ser “borrada”, para luego ser realmente “nosotros mismos” (autoidentidad) y para que deje de generar los “problemas” que enfrentamos día a día (cocreando nuestra realidad de manera inconsciente).
El ho’oponopono entonces, se practica para limpiar y suprimir esas memorias, así como para liberar lazos kármicos que nos involucran con otras personas, restaurando de ese modo el balance y la armonía de la personalidad.
Recuperar nuestra autoidentidad implica estar libre de memorias, en estado de “vacío” como dicen los budistas, o estado cero según el ho’oponopono.
Y es en este estado de vacío donde logramos conectarnos directamente con la divinidad que nos ha creado, que entonces nos guiará a través de inspiraciones, atrayendo a nosotros todo lo perfecto y correcto.
Los alcances de este método de sanación permiten obtener resultados increíbles y extraordinarios, con la única condición que se lo aplique siempre, lo que más se pueda. Es importante señalar que la clave de este proceso es la capacidad transmutadora del agradecimiento, el perdón, y asumir el cien por ciento de responsabilidad de todo lo que sucede en nuestra vida.
Otro aspecto importante es reconocer la existencia de una Divinidad (Dios, Divina Inteligencia, Conciencia Cósmica, o como uno prefiera llamarlo), cuya sabiduría y poder son muy superiores a los nuestros, y que nos ama incondicionalmente.
Debemos estar dispuestos a dejar todo en manos de esta Divinidad para que sane nuestros recuerdos, sentimientos, creencias, para que sane la raíz misma de toda experiencia no deseada o dolorosa que tengamos y para que a la vez alivie a los demás.
Conocí el ho’oponopono hace más de cinco años, y esto produjo un profundo impacto en mi vida. Me permitió comprender aspectos de mis pacientes (y de las personas en general), que mi formación como psicoterapeuta no podía brindarme, además de trabajar en mi propio interior, porque como dice el doctor Ihaleakala Hew Len, “la paz comienza conmigo”.
Por ello los invito a sumergirse en la fascinante lectura de este texto que hoy tengo el placer de prologar.
El ho’oponopono es en sí inagotable, pero creo que con los conceptos aquí desarrollados habré podido despertar en los lectores el suficiente interés como para desear conocer más sobre este sistema maravilloso, que mi querida amiga Lili Bosnic pone al alcance de todos.
Destaco especialmente la importancia de contar con un nuevo texto sobre este tema, que siempre es bienvenido, ya que es escasa la literatura referida al ho’oponopono. Pero además este libro tiene el sello de su autora, su particular manera de mostrarnos los secretos de este arte sanador, que será revelado a lo largo de los capítulos.
Si bien la práctica de ho’oponopono es absolutamente sencilla, no lo es tanto la comprensión de sus bases filosóficas.
Para muchos lectores, algunos de los conceptos ya expuestos y los que se formularán a continuación pueden ser, en primera instancia, muy difíciles de aceptar o de comprender. Otros no tanto, pues son comunes a otras sabidurías ancestrales.
Para facilitar el proceso, les sugiero lo siguiente: no crean nada de lo que aquí se dice, pero pónganlo en práctica sin juzgar. Verán que FUNCIONA.
No sólo eso, funciona más allá de nuestro entendimiento. Pueden no haberlo comprendido en su totalidad, pero les aseguro que si realizan una práctica permanente, los resultados inevitablemente surgirán.
No obstante, en este caso los lectores cuentan con una guía privilegiada: la autora de este libro, que los llevará paso a paso por los distintos aspectos de este arte sanador.
Bienvenidos pues, a esta aventura fascinante, de la mano de Lili.
Paz, más allá de todo entendimiento.
Raúl E. Pérez
Buenos Aires, enero de 2012
Introducción
Divino creador, padre, madre, hijo, todos en uno…
Si yo, mi familia, mis parientes y antepasados te ofendieron a ti, a tu familia, parientes y antepasados en pensamientos, palabras, hechos y acciones desde el inicio de nuestra creación hasta el presente, nosotros pedimos tu perdón.
Deja que eso se limpie, purifique, corta las memorias, bloqueos y transmuta estas energías oscuras en pura luz
Y está hecho.
Morrnah Nalamaku Simeona
Las verdades no necesitan presentarse de un modo complejo para ser tales. Tampoco la simplicidad es sinónimo de verdad o profundidad. Pero lo que conlleva la verdad siempre, para serlo, es liberación. Estar en contacto con la verdad nos hace libres. Del mismo modo, ser libres es estar en la verdad. Pero, ¿de qué libertad hablamos? ¿A qué verdad nos referimos?
En todo caso, a la del Alma.
Los seres humanos somos libres para todo, menos para no seguir el dictado de nuestra alma. En el regazo del alma encontramos la unidad, el amor y la libertad. Pero, cuando vivimos a la intemperie