Es una gran diferencia, ¿verdad?
En aquella época de mi vida en la que trabajé hasta desgastarme, me encontraba en un estado emocional muy negativo y siempre llevaba encima rencores, negatividad, enojos, molestias, creencias negativas… Así que físicamente estaba haciendo todo lo posible para tener prosperidad, pero por otra parte estaba contradiciéndome al pensar que el dinero era difícil de ganar y que había que trabajar duro para poder conseguirlo. Ésa era mi realidad, una realidad que yo misma estaba creando. Sin ser consciente de ello, estaba ejerciendo mi poder de atracción hacia todo lo que era negativo, porque mi mente jamás dejaba de trabajar negativamente.
Cuando una persona se encuentra en un círculo vicioso de atracción, como era mi caso, sigue perpetuando las condiciones a las que se resiste u odia sin quererlo, y esto ocurre cuando:
• Está concentrada al cien por cien en sus problemas en lugar de enfocarse en lo que desea y emitir vibraciones positivas como gratitud, amor, felicidad, relajación, fe, confianza o pasión.
• Se resiste a una situación y piensa que es una víctima en lugar de ver la situación problemática como una oportunidad para decidir qué quiere y utilizar su energía mental para atraerlo.
• Físicamente hace todo lo posible por mejorar su situación, pero mental y sentimentalmente contradice sus esfuerzos, ya que sus conversaciones siempre son de quejas y dudas en lugar de fe, confianza y paz.
• No sabe que sus creencias están creando su realidad.
Todo lo que tenemos en la vida, ya sea bueno o malo, se encuentra con nosotros debido al poder de atracción que hemos ejercido sobre ese objeto o circunstancia. Por el contrario, las cosas que desearíamos tener y que no hemos podido lograr están lejos de nosotros porque no hemos sabido ejercer ningún tipo de atracción sobre ellas. Es así de sencillo, nuestro mundo funciona en base a la atracción.
Hay quienes dudan de esto y piensan que de verdad hay algo o alguien que tiene la culpa de que no estén viviendo sus más acariciados sueños; dan la culpa a la situación del país, la falta de empleos y de oportunidades o de salarios bien pagados, la guerra, los impuestos, el gobierno, la familia, etc. Pero si tú de verdad quieres ver un cambio en tu situación actual, sólo te pido que creas, que estés dispuesto a poner en práctica los ejercicios de este libro, que les des el privilegio de la duda a todos esos grandes hombres que nos dijeron cosas como:
«Todo comienza con la imaginación del hombre».
«Cualquier cosa que el hombre pueda imaginar, el Universo es capaz de dársela».
«Ten fe como un grano de mostaza y moverás montañas».
«Como el hombre piense en su corazón, así le será hecho».
OBSERVA LAS SITUACIONES CONTRASTANTES SÓLO BREVEMENTE
LA LEY DE LA ATRACCIÓN NO OYE EL «NO QUIERO», MANIFIESTA LO QUE ESTÁS PENSANDO Y LO HARÁ UNA Y OTRA VEZ. ESTA LEY NO SABE DE «QUIEROS» Y «NO QUIEROS». CUANDO TE ENFOCAS EN ALGO, SEA LO QUE SEA, ESTÁS PROVOCANDO QUE SE MANIFIESTE.
LISA NICHOLS, DE EL SECRETO
La Ley de la Atracción multiplica nuestras vibraciones, ya sean positivas o negativas. Al fijar nuestra atención en un objeto, suceso o persona, nos unimos de inmediato a su vibración y comenzamos a atraer otros objetos, sucesos o personas que sean iguales.
Por ejemplo, al ver un accidente de tráfico y prestar nuestra atención al suceso nos unimos a la vibración de la desgracia o del dolor que hemos atestiguado, y al hacer esto enviamos una señal que nos atraerá cualquier tipo de desastre, tal vez no similar pero que se encuentre a nuestro alcance. O simplemente seguimos siendo testigos de este tipo de situaciones donde la gente tiene accidentes, muere o sufre.
Es importante observar las situaciones contrastantes sólo de manera breve para evitar que crezcan y se conviertan en algo más grande, pues la Ley de la Atracción es un mecanismo que no distingue entre positivo y negativo, sólo se limita a emparejar vibraciones con sus iguales. Con toda seguridad, aquello en lo que pongas tu atención seguirá creciendo en tu vida, y por lo tanto te conviene pasar tanto tiempo como puedas pensando en lo que quieres y pasar poco tiempo pensando en el pasado o en aquellas cosas que te hacen sentir mal.
En una ocasión encontré un perrito cuando salía del cine. Ese animalito era callejero y me dio muchísima lástima no poder llevarlo conmigo a casa, pues aunque era muy cariñoso y juguetón ya tenía dos perros en casa y no había suficiente espacio para otro más. Pero por alguna razón el perro me siguió desde lejos cuatro calles. Aunque hice todo lo que pude para esconderme y despistarlo, el perro no se dio por vencido y fue detrás de mí hasta que llegué a casa, donde no tuve más remedio que dejarlo fuera.
Después ya no supe qué pasó con él, pero cometí el error de seguir pensando con tristeza y lástima en el animal (en lugar de enviarle vibraciones positivas). Mi último pensamiento de ese día antes de dormir fue para él: pensaba en el frío de la calle, el hambre que tendría, los golpes que le darían… Al día siguiente comencé a ver perros lastimados o accidentados por todas partes, había un perro enfermo en la esquina de mi casa, otro en una avenida muy transitada, y en el transcurso del día me siguieron dos perros callejeros, algo que casi nunca me ocurre. Y por la tarde, para cerrar con broche de oro, recibí por correo electrónico una presentación hecha en Power Point con fotos de la vida en Cuba. Mostraba a gente muy pobre que vive en condiciones precarias, con las pocas provisiones que les proporciona el gobierno, pero el objetivo principal era mostrar a los perros, que se mueren de hambre en ese país. En la fotografía final se veía un perro esquelético rascando el pavimento para comer, aunque fuera tierra, y en ese instante dije: «¡Hasta aquí! Ya me cansé de estar atrayendo lo que “no deseo”, me doy cuenta de que yo misma he atraído lo que he visto hoy por estar pensando en lo que no quiero. Y ahora me enfocaré en lo que “sí deseo”, voy a usar la Ley de la Atracción a mi favor».
Entonces, cogí un lápiz y un papel y me dediqué durante cinco minutos a escribir lo que deseaba en base al dolor que me provocó ver un animalito abandonado en la calle.
Escribí cosas como: «Quiero que todos los perros del mundo tengan un hogar o al menos un lugar donde vivir. Quiero que la gente tenga más amor a los animales y se les dé un trato digno. Quiero que la gente cuide y ame a sus perros. Y que los tenga en buenas condiciones. Quiero que la situación mejore en Cuba y en todo el mundo. Y que la gente tenga comida en abundancia y que los perros también la tengan. Quiero ver perros felices paseando con sus dueños por la calle.
»De hecho, yo amo mucho a mis dos perros, los trato muy bien y viven felices; mi hermano tiene dos gatos y los quiere mucho, los cuida; mis vecinos también son personas que aman a sus animales. He visto muchas tiendas de mascotas que siempre están llenas de perritos que esperan para ser aseados y cuidados. Creo que es mucho mayor la cantidad de perros que viven bien que la de perros callejeros, todo es cuestión de enfocarme en lo que deseo. Hoy voy a darles un premio especial a mis mascotas cuando llegue a casa».
Después de hacer este sencillo ejercicio me sentí mejor y el resultado fue que dejé de atraer perros callejeros o heridos. Además, al día siguiente emitieron un documental en la televisión que hablaba de hoteles de lujo para mascotas de celebridades y gente millonaria. También mostraban la ropa carísima de diseño y las joyas especialmente pensadas para los animales.
A partir de ese día nunca me ha vuelto a seguir ningún perro mientras voy por la calle. No atraigo perros atropellados, simplemente no estoy en el momento ideal para encontrármelos, estoy magnetizada totalmente para atraer perros que son queridos por sus dueños. Y siempre me maravilla ver cómo hasta la tienda de mascotas más escondida —una que se encuentra debajo de una escalera que le tapa mucho la vista— tiene siempre un perro al que bañar y peinar. Me gusta mucho comprobar la cantidad de tiendas para mascotas que hay en la zona donde vivo, y se nota que son muy prósperas, pues cada día hay más.
Nuestros