Atrapada al atardecer. C. C. Hunter. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: C. C. Hunter
Издательство: Bookwire
Серия: Shadow Falls
Жанр произведения: Книги для детей: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417525927
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de un fantasma a la vez, y muchos fantasmas se quedan merodeando por los cementerios durante mucho tiempo.

      Kylie se acordó.

      —El día del funeral de Nana tuve un dolor de cabeza terrible.

      —Probablemente fueran ellos tratando de llegar a ti. Y eso fue antes de que pudieras verlos. A veces pueden llegar hasta ti todos a la vez y se vuelve… complicado.

      —Pero si es la única pista que tengo, debo intentarlo.

      —No tienes que hacerlo —la contradijo Holiday—. Al principio, nunca me habría negado a ayudar a un espíritu, pero he aprendido que a veces tienes que decir «no» por el bien de tu propia salud mental.

      —Pero entonces seguirán apareciendo.

      Holiday inclinó levemente la cabeza.

      —¿No recuerdas que hablamos sobre cómo apartarlos?

      Kylie frunció el ceño.

      —Me acuerdo, pero todavía no lo domino lo suficiente.

      —Podríamos volver a hablar sobre eso, pero… —Holiday miró su reloj—. Tengo una cita…

      —Quiero ayudarla, hay algo en ella. —Puede que Kylie no tuviera amnesia, pero había muchas cosas en su vida que no sabía, cosas que quería saber.

      Holiday asintió.

      —Lo entiendo y te apoyaré en lo que tú creas que es correcto. Pero asegúrate de hablar conmigo antes de que vayas y… como ha dicho Burnett, no puedes ir a ningún sitio sin una sombra.

      —No me entusiasma demasiado todo el asunto de las sombras.

      —Es solo hasta que sepamos cómo van las cosas.

      Kylie se mordió el labio al recordar las otras cosas de las que tenía que hablar con Holiday. Todo aquello de los sanadores y los protectores, por no mencionar las preguntas sobre la sobrecarga de emociones que asaltaba a Derek cuando estaba cerca de ella.

      Pero… nunca se libraría de las sombras si le confesaba todas esas cosas. Aunque no discutirlas era estúpido, y Kylie no era estúpida.

      —¿Están nuestras cámaras de seguridad preparadas para los cambiaformas?

      Holiday se inclinó hacia delante.

      —Estoy segura de que sí, ¿por qué?

      —Seguramente no sea nada, pero han ocurrido un par de cosas. Podría no ser nada, pero no parecía que no fuese nada.

      Holiday dejó de girar el boli entre sus manos.

      —¿Qué tipo de cosas?

      —Cuando me he ido, de camino a las cabañas, he pasado al lado de una serpiente de cascabel, pero no la he visto hasta que un águila ha bajado en picado y la ha atrapado. Ha sido raro.

      —¿Ha intentado atacarte? —La preocupación oscureció sus ojos verdes.

      —No, no ha tenido la oportunidad, pero todo aquello ha sido raro.

      —¿En qué sentido?

      —El águila solo bajó en picado —dijo, y de repente se sintió como si estuviera reaccionando exageradamente.

      Holiday añadió:

      —Es normal que aparezcan serpientes de cascabel en esta época del año, y reconozco que ver a un águila bajar en picado puede ser…

      Kylie no quería que Holiday continuase.

      —Y entonces, cuando me he ido a… correr por el bosque, un ciervo, un ciervo macho y enorme, se ha abalanzado en medio de mi camino. Me he detenido y, en menos de un segundo, un rayo ha caído justo al lado del ciervo. Si el ciervo no me hubiera parado, me podría haber dado.

      Holiday endureció el gesto.

      —No me gusta cómo suena esto.

      —Y tanto el ciervo como el águila se me… han quedado mirando como si trataran de decirme algo.

      Holiday arrugó la frente.

      —¿Crees que puedes comunicarte con los animales?

      —No, no lo creo. Parecían malignos.

      Holiday inclinó la cabeza hacia un lado.

      —¿El ciervo y el águila parecían malignos? —Cuando Kylie asintió, Holiday pareció todavía más preocupada y perpleja—. No creo que estas dos cosas tan extrañas que te han ocurrido hayan sido un accidente. Sin embargo, si no te malinterpreto, tanto el águila como el ciervo evitaron que te hicieras daño. ¿Por qué te han parecido malignos, entonces? En todo caso, lo que han hecho ha sido protegerte.

      Kylie se pasó un mechón de pelo por encima del hombro y empezó a retorcerlo.

      —Sé que no tiene sentido, pero me ha dado esa sensación, de verdad.

      Holiday dejó el lápiz sobre la mesa y alcanzó su teléfono.

      —Será mejor que le digamos a Burnett que… Espera. —Bajó de nuevo el teléfono—. Burnett se ha ido a una reunión con el UIF. No quiero molestarlo ahora, pero se lo diré en cuanto vuelva.

      Kylie oyó como se abría la puerta de la cabaña.

      Holiday miró el reloj y frunció el ceño.

      —Tengo otra reunión, pero tenemos que hablar más sobre esto. ¿Puedes esperar a que termine para que retomemos nuestra conversación?

      —Puedo venir más tarde —dijo Kylie, quien en realidad no tenía ganas en absoluto de quedarse merodeando por la oficina. Eso la haría sentirse como una niña a la que han enviado al despacho del director—. Ah, ¿necesita todavía Burnett las fotografías de mi padre? Si no, me gustaría que me las devolviese.

      —Está comprobando si son copias u originales. No debería llevarle más que un par de días.

      —Hola —dijo una voz desconocida desde detrás de Kylie—. Disculpa, no sabía que estabas con alguien, puedo esperar en la…

      —No pasa nada —contestó Holiday.

      El corazón le dio un pequeño vuelco cuando reconoció a la chica morena; era la misma que estaba pegada a Derek en la fotografía que Della tenía en el teléfono.

      —Kylie —dijo Holiday—. Esta es Ellie Mason. Va a entrar en Shadow Falls.

      La hora del espectáculo, pensó Kylie. Hora de fingir que no dolía. Se obligó a sonreír.

      —Hola.

      —¿Eres Kylie Galen?

      Kylie asintió, sin estar segura de qué esperar.

      —Derek me ha hablado de ti. —Sonrió, luego tensó las cejas para comprobar el patrón cerebral de Kylie—. Guau. Sí que tienes un patrón extraño. —Hizo una mueca como si estuviera avergonzada.

      —Sí —respondió Kylie—. Todo el mundo me lo dice. —Su sonrisa forzada se derritió.

      —Lo siento —dijo Ellie—. No pretendía ser maleducada. Derek no ha dicho más que cosas buenas sobre ti.

      —No te creas todo lo que te diga. —Kylie trató de suavizar el tono porque el que no le cayera bien le hacía sentirse como una zorra. Pero ¿cómo iba a caerle bien Ellie cuando Kylie no podía dejar de preguntarse si Ellie era una de las cuatro chicas con las que Derek se había acostado? Se preguntó si ese beso sería todo lo que había pasado en Pensilvania.

      —Siempre me fío de Derek, sobre todo cuando habla de la gente. —Ellie dio un paso adelante.

      Kylie odiaba admitirlo, pero Ellie era guapa. Ojos azules, pelo castaño espeso y hoyuelos.

      La sonrisa sincera de Ellie se hizo más amplia.

      —Derek no suele exagerar y, al ser medio fae, se le da