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EL LIBRO DE UN VISTAZO
Los últimos días de Hitler de Bill O'Reilly permite a los lectores entrar en el aterrador mundo que Hitler construyó. Cuenta los primeros días de Hitler como canciller y cómo manipuló y presionó al parlamento para que le concediera el máximo poder para convertir a Alemania en un estado nazi. Cambió por sí solo las opiniones de los ciudadanos, usando tácticas de miedo para imponer sus puntos de vista nacionalistas extremos.
El libro sigue el ascenso al poder de Hitler y su inevitable caída. A lo largo del camino, se revelan historias sobre héroes de guerra y villanos. Expone la brutalidad del régimen nazi y las luchas de las personas que fueron consideradas indignas de vivir en un país donde ser judío, homosexual, gitano o discapacitado significaba ser infrahumano. Pero el libro no solo trata del sufrimiento y el abuso, sino también de la perseverancia de los líderes militares y de cómo fueron capaces de reunir a sus soldados para luchar contra un poder militar aparentemente invencible. Por encima de todo, es la historia de hombres y mujeres que arriesgaron sus vidas para asegurarse de que el mundo todavía puede distinguir lo bueno de lo malo.
El libro se presenta en 26 capítulos que describen el tiempo y el lugar de importantes eventos en los últimos seis meses de la Segunda Guerra Mundial.
El capítulo 1 presenta el cuartel general oculto de Hitler y revela sus primeros planes durante la guerra.
El capítulo 2 revela las directivas del general Dwight Eisenhower al general George Patton y sus hombres.
El capítulo 3 revela el plan de Hitler para el contraataque y la infiltración en las líneas americanas.
El capítulo 4 cambia el foco de atención a los líderes de las fuerzas aliadas y sus errores críticos.
El capítulo 5 se centra en la inteligencia americana y en cómo se reunió información crucial.
El capítulo 6 describe el inicio del contraataque alemán a las líneas americanas.
El capítulo 7 relata las hazañas de la Novena División mientras eran bombardeadas por el fuego alemán.
El capítulo 8 presenta a Joachim Peiper, el ambicioso oficial de campo que lanzó un ataque al Rin.
El capítulo 9 detalla la nueva misión del general Patton para liberar al Primer Ejército atrapado en las Ardenas.
El capítulo 10 narra el diezmo de la remota ciudad de Bastogne.
El capítulo 11 muestra la arrogancia de los alemanes cuando rodearon las líneas americanas en Bastogne.
El capítulo 12 narra cómo el general Patton reunió a sus tropas a pesar de las dificultades.
El capítulo 13 revela el estado mental y físico de Hitler al enterarse de los reveses.
El capítulo 14 muestra la frustración del Tercer Ejército de no llegar a Bastogne lo suficientemente rápido para ayudar a la 101ª División Aerotransportada a defender las líneas americanas.
El capítulo 15 se centra en la nueva misión que el general Patton y el mariscal de campo Montgomery tuvieron que llevar a cabo mientras se cernía la política militar.
El capítulo 16 describe las atrocidades de Auschwitz y presenta a la familia Frank.
El capítulo 17 revela los delirios de Hitler sobre la guerra.
El capítulo 18 detalla el crítico error que los comandantes alemanes cometieron en Remagen.
El capítulo 19 discute el nuevo plan de ataque del general Patton.
El capítulo 20 relata los eventos que aseguraron la victoria de las fuerzas aliadas.
El capítulo 21 revela las atrocidades en Ohrdruf.
El capítulo 22 detalla los preparativos y directivas de Hitler antes del final de la guerra.
El capítulo 23 describe cómo los alemanes se rindieron al ejército ruso.
El capítulo 24 muestra que los comandantes alemanes ya no quieren luchar contra los rusos.
El capítulo 25 describe la caída de Berlín en manos de los rusos.
El capítulo 26 revela el último día de Hitler en su Führerbunker.
El Epílogo discute el impactante número de víctimas en Berlín.
CAPÍTULO 1 LA GUARIDA DEL LOBO
P rusia Oriental. El 21 de octubre de 1944. 9:30 de la mañana
Adolf Hitler, Führer de Alemania, pasó la mayor parte de su tiempo en la Guarida del Lobo, el infame cuartel general nazi oculto en Prusia Oriental. Prefería la casa segura infestada de mosquitos a la situada en Berlín. Se quedaba en los frescos confines de su búnker privado durante el verano cuando el calor era insoportable. Pero Prusia Oriental era diferente en otoño; hacía tolerables los paseos matutinos de Hitler. Sus paseos por la mañana le daban la oportunidad de tener claridad de mente y componer sus pensamientos en preparación para las reuniones políticas de la tarde. Ocasionalmente le enseñaba a su pastor alemán Blondi nuevos trucos para su propia diversión.
Los paseos diarios llevaban a Hitler y su perro a través de un tramo de búnkeres, residencias, cuarteles y una planta de energía, un severo recordatorio de que a pesar del pintoresco encanto de la Guarida del Lobo, seguía siendo un cuartel militar. Hitler estaba particularmente calmado y tranquilo a pesar de que estaba a punto de perder la guerra. Su apariencia exterior ocultaba el hecho de que sufría de una oreja rota, nalgas magulladas y astillas en las piernas por el intento fallido de asesinato tres meses antes. Pero la lista de sus problemas de salud era larga incluso antes de que la bomba de un asesino casi le quitara la vida. Aparte de la ansiedad y los mareos, el Führer sufría de presión arterial alta y calambres estomacales. Para alguien tan poderoso, la energía de Hitler era baja; tan baja que su médico personal le inyectaba metanfetamina diariamente. Hitler también tuvo un subidón por las gotas oculares de cocaína que le administraron. Tal vez la euforia inducida por las drogas lo hizo ajeno a los reveses del ejército alemán. Todavía creía que podía acabar con la población judía y dominar el mundo.
El horriblemente carismático líder alemán se consideraba un