Retrato de la Lozana Andaluza. Francisco Delicado. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Francisco Delicado
Издательство: Public Domain
Серия:
Жанр произведения: Зарубежная классика
Год издания: 0
isbn:
Скачать книгу
¿No es oro lo que oro vale?

      Trigo. ¿Qué es eso que decís, señora ginovesa? el buen jodío, de la paja hace oro; ya no me puede faltar el Dio, pues que de oro habló. Y vos, pariente, ¿qué buscais? ¿venís con esta señora? ¿qué ha menester? que ya sabeis vos que todo se remediará, porque su cara muestra que es persona de bien; vamos á mi casa, entrá. Tina, Tina, vén abaxo, daca un coxin para esta señora, y apareja que coman algo de bueno.

      Loz. No aparejeis nada, que hemos comido.

      Judío. Haga buen pro, como hizo á Jacó.

      Loz. Hermano, ¿qué le dirémos primero?

      Ramp. Decilde de la piedra.

      Loz. ¿Veis aquí? querria vender esta joya.

      Jud. Esto en la mano lo teneis, buen diamante, fino parece.

      Loz. ¿Qué podria valer?

      Jud. Yo os diré; si fuese aquí qualque gran señor veneciano que lo tomasse, presto haríamos á despachallo; vos, ¿en qué precio lo teneis?

      Loz. En veinte ducados.

      Jud. No los hallaréis por él; mas yo os diré que dexeme acá hasta mañana, y verémos de serviros, que cuando halláremos quien quiera desbolsar diez, será maravilla.

      Ramp. Mirá, si los hallais luégo, daldo.

      Jud. Esperáme aquí; ¿traés otra cosa de joyas?

      Loz. No agora.

      Ramp. ¿Veis qué judío tan diligente? Veislo aquí torna.

      Jud. Señora, ya se ha mirado y visto, el platero da seis solamente, y si no, veislo aquí sano y salvo, y no dará más, y áun dice que vos me habeis de pagar mi fatiga ó corretaje, y dixo que tornase luégo, si no, que no daria despues un cuatrin.

      Loz. Dé siete, y págueos á vos, que yo tambien haré mi débito.

      Jud. Desa manera ocho serán.

      Loz. ¿A qué modo?

      Jud. Siete por la piedra, y uno á mí por el corretaje; caro sería, y el primer lance no se debe perder, que cinco ducados buenos son en Roma.

       Loz. ¿Cómo cinco?

      Jud. Si me pagais á mí uno, no le quedan á vuestra merced sino cinco, que es el caudal de un judío.

      Ramp. Vaya, déselo, que estos jodíos si se arrepienten no harémos nada. Andá Trigo, daldo y mirá si podeis sacalle más.

      Jud. Eso por amor de vos lo trabajaré yo.

      Ramp. Vení presto.

      Loz. Mirá qué casa tiene este judío, este tabardo quiero que me cambie.

      Ramp. Sí hará, veislo viene.

      Jud. Ya se era ido, hicístesme detener, agora no hallaré quien lo tome sino fiado. Tina, vén acá, dáme tres ducados de la caxa, que mañana yo me fatigaré aunque sepa perder cualque cosilla; señora, ¿dó morais, para que os lleve el resto? y mirá qué otra cosa os puedo yo servir.

      Loz. Este mancebito me dice que os conosce y que sois muy bueno y muy honrado.

      Jud. Honrados dias vivan vos y él.

      Loz. Yo no tengo casa, vos me habeis de remediar de vuestra mano.

      Jud. Sí, bien, y ¿á qué parte la quereis de Roma?

       Loz. Do veais vos que estaré mejor.

      Jud. Dexá hacer á mí, vení vos comigo, que sois hombre. Tina, apareja un almofrex ó matalace y un xergon limpio y esa silla pintada y aquel forcel.

      Tina. ¿Qué forcel? no os entiendo.

      Jud. Aquel que me daba diez y ocho carlines por él la portuguesa que vino aquí ayer.

      Tin. Ya, ya.

      Jud. ¿Quereis mudar vestidos?

      Loz. Sí, tambien.

      Jud. Dexáme hacer, que esto os está mejor, volveos, si para vos se hiciera no estuviera más á propósito, esperá: Tina, daca aquel paño listado que compré de la Imperia, que yo te la haré á esta señora única en Roma.

      Loz. No cureis que todo se pagará.

      Jud. Todo os dice bien, si no fuese por esa picadura de mosca gracia teneis vos, que vale más que todo.

      Loz. Yo haré de modo que cegará quien bien me quisiere, que los duelos con pan son buenos; nunca me mataré por nadie.

      Jud. Procurávos de no haber menester á ninguno, que, como dice el judío, no me veas mal pasar, que no me verás pelear.

      Loz. Son locuras decir eso.

      Jud. Mirá porque lo digo, porque yo querria, si pudiese ser, que hoy en este dia fuésedes rica.

      Loz. ¿Es el culantro hervir, hervir?

      Jud. Por vida desa cara honrada que más valeis que pensais, vamos á traer un ganapan que lleve todo esto.

      Ramp. Veis allí uno, llamaldo vos, que la casa yo sé dó está, tres tanto pareceis mejor desa manera; id vos delante, buen judío, que nosotros nos irémos tras vos.

      Jud. ¿Y dónde es esa casa que decís?

      Ramp. A la Aduana.

      Jud. Bueno ansí gocen de vos; pues no tardeis, que yo la pagaré, y esta escoba para limpialla con buena man derecha.

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

      1

      «Biblioteca de Autores Españoles. Libros de Caballerías, con un discurso preliminar y un catálogo razonado, por D. Pascual de Gayángos.» Madrid, M. Rivadeneyra, 1857.

      2

      La Lozana Andaluza, pág. 239.

      3

      «El modo de adoperare el legno de India occidentale salutifero remedio a ogni piaga et mal incurabile, et si guarisca il mal Franceso; operina de misser pre. Francisco Delicado.» Al fin: «Impressum Venetiis sumptibus vener. presbiteri Francisci Delicati Hispani de opido Martos, die 10 Februarii 1529.» En 4.º, de ocho fólios y letra gótica.

      4

      «Los cuatro libros de Amadis de Gaula nuevamente impresos y historiados, 1533.» Al fin: «Fué empresa en la muy ínclita y singular ciudad de Venecia, por maestro Juan Antonio de Sabia, impresor de libros, á las espesas de M. Juan Bautista Pedrazana é Compañon, mercadante de libros. Está