Las desesperantes horas de ocio. Jorge Humberto Ruiz Patiño. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jorge Humberto Ruiz Patiño
Издательство: Bookwire
Серия: Opera Eximia
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789587816112
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reconfortantes palabras de aliento durante mi estancia en la Ciudad de México. Mis padres, Rebeca y Humberto, siempre curiosos y expectantes, dueños de una gran paciencia para ver el resultado que ya tienen en sus manos, y mi hermano, Carlos Enrique, quien con sus conversaciones distrajo el ánimo y lo vitalizó, compartieron un deseo individual y ayudaron a cumplirlo.

      Debo agradecer a las compañeras y compañeros de la Biblioteca René Zavaleta Mercado por su gran disposición y amabilidad al facilitar los textos y procesos necesarios para el desarrollo de la investigación. Asimismo, a los funcionarios de la Flacso que de una u otra forma colaboraron para el feliz término de este trabajo.

      A los funcionarios y funcionarias de la Sección de Libros Raros y Manuscritos de la Biblioteca Luis-Ángel Arango, del Archivo General de la Nación y de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Colombia, quienes orientaron búsquedas y facilitaron materiales de una manera amable y profesional.

      Al profesor William Beezley y a sus estudiantes del Departamento de Historia de la Universidad de Arizona por su amable acogida durante mi estancia y por escuchar los avances de mi investigación, sobre los cuales hicieron notables apuntes.

      Siempre estaré agradecido con Gabriel Restrepo por haber creído, hace ya varios años, que esta clase de historias son posibles y necesarias.

      A aquellas personas que, aun cuando ausentes, son parte de mi presente y mis pensamientos.

       PRÓLOGO

       NUEVAS DIVERSIONES Y NUEVOS TIEMPOS: OBSERVAR EL ORDEN POLÍTICO POR MEDIO DE LOS ESPECTÁCULOS PÚBLICOS EN EL SIGLO XIX BOGOTANO

      El libro Las desesperantes horas de ocio. Tiempo y diversión en Bogotá (1849-1900), de Jorge Humberto Ruiz Patiño, es una contribución muy interesante y novedosa a la historia de las prácticas festivas, los espectáculos y la vida urbana en la ciudad capital. A partir de una pregunta sobre cómo se dan los procesos de adopción de diversiones entre la élite bogotana de la segunda mitad del siglo XIX, el autor logra ponernos a pensar en los complejos lazos entre el tiempo y el rol de las diversiones, los espectáculos y las fiestas en la construcción de un orden político.

      A partir de una investigación sistemática, meticulosa y creativa, Ruiz presenta los modos de pensar, los procedimientos analíticos, las fuentes y las decisiones que como investigador debió tomar para construir su objeto en medio de la fragmentación de la información y de la superposición constante de los significados atribuidos a ocio, diversión, tiempo libre, fiesta, entretenimiento, entre otros términos. El traslapo de términos coincidió también con la creciente diferenciación entre esas múltiples “ocasiones festivas”, y por ello, ellas mismas delatan la transformación dinámica de la vida social en la segunda parte del siglo XIX bogotano. Esa es, quizá, la primera contribución de este libro: recordarnos que las denominaciones de tiempo festivo, tiempo libre, tiempo de ocio, fiesta, diversión, espectáculo no son neutrales ni casuales, sino que más bien indican negociaciones y transiciones sobre el sentido que debe darse a “la marcha” del tiempo, a los tiempos “nuevos” que transcurren y a lo que el ser humano “debe” o “puede” vivir en ellos.

      La centralidad del tiempo para comprender cómo se organiza un orden político ha sido discutida en textos como “comunidades imaginadas”. Allí, Benedict Anderson insistía en que el “tiempo vacío y homogéneo” propio del capitalismo había permitido a determinadas élites “imaginar” una historia que se desplegaba en el tiempo, se podía inscribir en las columnas de la prensa y se podía experimentar como un espacio-tiempo común de naciones. Sin referirse a Anderson, pero rastreando con cuidado cómo las diversiones de origen colonial y europeo fueron redefinidas en el contexto republicano, Ruiz logra mostrar el profundo lazo que une diversiones y experiencia del tiempo, temporalidad y orden político.

      Su minucioso trabajo nos permite comprender cómo la experiencia del tiempo cíclico y religioso, atado a su vez a los tiempos de cosecha y de la naturaleza, se van separando o desalineando de los nuevos tiempos con que se promueven las fiestas patrias y los espectáculos. Bajo los gobiernos republicanos hay una preocupación por la “racionalización” del tiempo y por la perfectibilidad del ser humano. Anhelos de racionalización y perfectibilidad que van a incidir para que las celebraciones coloniales se recuerden y reprueben por el “derroche” festivo y el acoso de los vicios.

      El trabajo de Ruiz arranca precisamente en 1849, cuando la celebración de las fiestas patrias bajo el gobierno liberal suscita importantes discusiones sobre el carácter, el contenido y los objetivos de tales fiestas. El autor muestra cómo entre 1849 y el comienzo de la Regeneración hubo intensas polémicas sobre el papel de las festividades y del rol que “el pueblo” u otros sectores sociales podían y debían tomar en ellas. Al proceder de esta manera, Ruiz nos invita a renovar nuestra comprensión de algunas de las disputas políticas del siglo XIX y a recordar que el despliegue de prácticas recreativas puso sobre el tapete la discusión sobre los rasgos, dones y capacidades del pueblo. En este punto, la historia de los espectáculos y las diversiones se convierte en una historia política por derecho propio.

      En su trabajo, Ruiz rastrea qué pasa con diferentes actividades que, como las carreras de caballos, las corridas de toros, las riñas de gallos y los juegos de azar, hacían las delicias de varios grupos en la época colonial, pero fueron sometidas a intensas transformaciones en la época republicana. El autor es claro al mostrar que los cambios introducidos en el desarrollo de cada una de esas actividades tenían que ver con su propio potencial para mostrar “utilidad”, conexión con el mundo del trabajo o de los nuevos valores que se querían promover. Es muy interesante leer en el texto cómo diversas lógicas coincidieron en la transformación de las diversiones y cómo fue emergiendo una nueva lógica: la del espectáculo.

      Con respecto a las transformaciones de antiguas diversiones, Ruiz rastrea los intensos debates sobre los modos como la diversión colonial de las corridas de toros podía y debía convertirse en el arte de la tauromaquia. Tal conversión no ponía fin a los debates sobre la “utilidad” de esa actividad, pero introducía elementos de arte, belleza y técnica en la consideración de un ámbito que, como el de las corridas de toros, había favorecido el encuentro entre grupos sociales. Las transformaciones vividas por las carreras de caballos le permiten al autor llamarnos la atención sobre cómo viejas lógicas se articulan con nuevos valores y con novedosas transformaciones sociales. Establece asimismo que las carreras de caballos pasaron de ser una práctica cercana a los juegos de azar para convertirse en un espectáculo. Al respecto, el autor introduce precisiones fundamentales, especialmente en el tercer capítulo.

      La categoría de espectáculos públicos es muy importante por cuanto invita a examinar la emergencia no solo de nuevas actividades para ver y disfrutar, sino también de nuevos espacios, nuevos agentes-empresarios, nuevos valores y la formación de públicos. En este punto, Ruiz se alimenta de las transformaciones en el Código de Policía y nos ayuda a imaginar cómo se transforman la vida social, los ejes de movilidad de la ciudad y las demandas para los agentes de policía con la proliferación de espacios para la presentación de espectáculos. Hipódromos, circos y teatros, como espacios especializados, delatan la transformación de lo que se puede hacer en un tiempo que no necesariamente se define aún como tiempo libre, pues no está delimitado por el tiempo de trabajo y de la industrialización, pero tampoco es ya un tiempo libre de racionalización.

      Ruiz rastrea la transformación de diferentes prácticas y la especialización de espacios y actores propia de la emergente lógica del espectáculo, pero también observa detenidamente cómo las antiguas plazas públicas como lugar de encuentro político y comercial cambian de nombre y función y se van convirtiendo en parques y jardines para tener “un rato de solaz”. Su trabajo nos invita entonces a reconocer las muy diferentes lógicas y los varios “centros” de transformación social y cultural que están detrás de la emergencia de nuevas diversiones, esparcimientos, espectáculos y ocasiones festivas. Nos invita también a precisar qué cambia cuando pasamos de diversiones a entretenimientos, o, como en el caso de los espectáculos, cuándo se acrecienta la