[1] ⌘K. Aunque las preferencias controlan muchísimas cosas, la que con más frecuencia se cambia será la relacionada con el teclado (Keyboard, para recordar el atajo), pues ella determina cuánto se desplaza un objeto activo cada vez que se presiona una flecha de dirección. Ese valor puede precisarse en centímetros (cm) o pulgadas (in, inches), que cambiarán automáticamente a puntos (pt). Prefiero milímetros (al margen, arriba) porque suele ser innecesario escribir el signo decimal que, según el sistema o país, puede ser punto o coma.
[2] Clic en el segundo panel del cuadro de diálogo ([a] al margen) y dejar en blanco la casilla de la Pluma (Pen tool, [b]). Aunque para un aficionado la liga (que se desactiva con esta casilla) puede ser una referencia de dibujo, un profesional la ve como una indicación de cómo no se debe emplear la herramienta en que se centran de dos de los capítulos principales del libro (cfr. cap.IX-X).
[3] Clic en la cuarta sección y elegir la unidad. Es recomendable trabajar con milímetros solo como unidad general: textos (type) y, sobre todo, delineados (stroke) son preferibles en puntos.3
[4] Clic en la categoría Performance ([a] al margen), verificar que esté activo el rendimiento GPU ([b]) y desactivar el zoom animado ([c]). Siempre que el equipo cuente con una unidad gráfica de procesamiento (GPU), su potencia superior será explotada por Illustrator; sin embargo, aunque el zoom animado puede ser más atractivo, es más lento e impreciso que la opción que se sugerirá al hablar de navegación (cfr. III.2).
[5] Revisar las demás secciones y, al final, dar clic en [OK] para cerrar el cuadro de diálogo de preferencias.
Podría decirse que las aquí mencionadas son las preferencias verdaderamente esenciales pero, a lo largo del libro, se presentarán otras, según los temas a las que ellas afectan. Personalmente, hago al menos diez cambios en las preferencias que tengo anotadas para poder rehacerlas rápidamente al inicio de cada aplicación práctica: así trato que garantizar que, desde un punto de partida claramente definido, los ejercicios, que siempre tienen los pasos numerados, lleguen a un lugar preciso.
3. Interfaz de la Nube Creativa (CC)
Un cocinero, un electricista y un agricultor pueden servirse de un cuchillo pero, ciertamente, un cucharón le serviría de poco a un electricista, un destornillador no sería prioritario para un agricultor, y menos una pala para un cocinero. Con esa lógica, y teniendo en cuenta que hay usuarios muy diferentes –desde la preprensa hasta la ilustración, desde el papel hasta las pantallas–, Illustrator colecciona sus más de cuarenta paneles y sus más de ochenta herramientas en grupos distintos, llamados espacios de trabajo.
[1] Window > Workspace > Essentials Classic (Ventana > Espacio de trabajo > Clásico esencial).
[2] Window >Workspace > Reset Essentials Classic (Ventana > Espacio de trabajo > Reiniciar Clásico esencial). Este comando garantiza que el espacio de trabajo constará de los elementos que se observan a continuación: [a] Barra de menú, [b] Marco de aplicación (únicamente en Mac), [c] Panel de Control, [d] Caja de Herramientas, [e] Ventana de documento y [f] Paneles. Toca revisarlos.
[3] File > New… (Archivo > Nuevo…). Es importante notar dos detalles: primero, que este comando tiene el atajo estándar ⌘N, y segundo, que el comando termina en puntos suspensivos, los que indican que el archivo nuevo no se creará directamente, sino que se deberá configurar en un cuadro de diálogo (no emplear el atajo permitió decir lo segundo).
[4] Clic en la categoría Impresión (Print, [a] abajo) y, a continuación, clic en [CREATE] ([b]) para crear el documento nuevo. Conviene observar que, junto con cine y video, dispositivos móviles, red mundial, impresión, arte e ilustración son los destinos principales de Illustrator; pero, como los archivos vectoriales, por definición, pueden cambiar de medida, hay un mejor modo de crear un documento.
[5] ⌘W (File > Close / Archivo > Cerrar).
[6] ⌥⌘N. Si se añade [⌥] al atajo de crear documento nuevo, este se crea directamente, sin tener que configurarlo. Así, literalmente, la tecla Opción4 permite optar a los cuadros de diálogo: si, de forma predeterminada, estos se presentan, [⌥] los ignora; si la acción se ejecuta de inmediato, [⌥] permite configurarla en un cuadro de diálogo. Conviene resaltar, ⌥⌘N crea el archivo directamente y ya no es un atajo: no hay otra forma de ejecutar esta realmente útil operación.
[7] [L]. La caja de Herramientas, ubicada a la izquierda ([c] arriba), presenta ochenta y seis herramientas y da acceso a las esenciales de ellas con una sola letra, relacionada con su nombre en inglés (cfr. pág. XIV): la Elipse se activa con la “L”, según su pronunciación. Debe notarse que, puesto que las herramientas están agrupadas en veintiocho casillas, hacer clic en el triángulo situado debajo y a la derecha del icono (resaltado al margen) despliega un menú con aquellas herramientas relacionadas por su función, en el que puede escogerse con el mouse; el icono cambia a la última utilizada, pero el atajo va directamente a la Elipse (aun si no es visible).
[8] En la ventana de documento, clic y arrastrar para crear una elipse. Debe notarse que, de inmediato, el panel de Control, en la parte superior ([a], página opuesta) y el panel de Propiedades ([b]) cambiarán para ofrecer las opciones más relevantes para el objeto activo, la elipse.
[9] ⇧[F8] (Window >Transform / Ventana >Transformar). En uno de los pocos atajos con las teclas funcionales,5 el panel de Transformación, además de ser flotante (los anteriores están acoplados), muestra la ventaja de los paneles dedicados: siempre muestran lo mismo (o no muestran nada). Haciendo clic en la flecha de doble sentido (resaltada al margen), puede darse a este panel a cuatro tamaños distintos (según las líneas al margen); sobre el título del panel se puede dar clic para arrastrarlo a cualquier lugar en que resulte más útil.
[10] Clic en el icono de relleno degradado, en la parte inferior de la caja de Herramientas ([f], página opuesta). Puede notarse que tanto el panel de Control como el de Propiedades cambian su aspecto para mostrarme opciones… según lo que Illustrator estima que yo voy a necesitar. Pero el único que sabe lo que yo voy a querer utilizar soy yo (y, a veces, ni yo), por lo que, con lo útil que es el panel de Control, al ser sensible al contexto, se pasa de inteligente y cambia el orden en que presenta las opciones y