México y la modernidad
(Ensayo)
Octavio Paz
México y la modernidad
Gustavo Leyva Martínez
Jesús Rodríguez Zepeda
Guillermo Flores Miller
Suzanne Islas Azaïs
Jorge Rendón Alarcón
CoNtRaStE
Primera edición electrónica, 2014
© Gustavo Leyva Martínez, © Jesús Rodríguez Zepeda, © Guillermo Flores Miller
© Suzanne Islas Azaïs, © Jorge Rendón Alarcón
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I. Ramírez 4, Chilpancingo, Guerrero, 39000.
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Diseño de portada: © Arq. Juan Carlos Rendón Alarcón
Imagen de la portada: © INFINITY-Fotolia.com
eISBN 978-607-96120-3-0
ISBN 978-607-96120-2-3
Reservados todos los derechos conforme a la ley
Hecho en México
Índice
Octavio Paz: poesía, historia y política en el horizonte de la modernidad en América Latina
Octavio Paz: una narrativa de la política
Modernidad, libertad y democracia en el pensamiento político de Octavio Paz
La constante pregunta por México. Reflexiones en el centenario de Octavio Paz
Octavio Paz y la modernidad política
Presentación
A cien años del nacimiento de Octavio Paz (1914-1998), los problemas que él discutió desde el punto de vista de la historia y de la cultura de México siguen siendo muy semejantes. Nuestro país, también, sigue siendo profundamente complejo y desigual. De esta manera, nuestro acceso a lo que podría llamarse la modernidad sigue siendo un reto no sólo en cuanto a sus realizaciones, sino también incluso en cuanto a nuestra comprensión sobre sus contenidos deseables. De allí que la celebración del centenario de su natalicio nos ofrezca una nueva oportunidad para ocuparnos de esos temas de orden cultural y político que Octavio Paz expuso con profundidad y rigor. De lo que se trata, en sentido estricto, es de pensar nuevamente nuestra realidad cultural, social y política a través de su obra y, de ese modo, proseguir el diálogo de Paz con la historia de México y, a través de él, continuar en un diálogo con el propio Paz en el que se enlacen la reflexión sobre sus propuestas con la crítica a su pensamiento. La exigencia de crítica y libertad de pensamiento que él demandó como condiciones para llevar a cabo esa reflexión, de manera consecuente, son reclamos que hoy adquieren una nueva actualidad en función de la gravedad de nuestros problemas, sobre todo si hemos de llevarla a cabo en la perspectiva de la construcción de un Estado de derecho democrático. Crítica y libertad de pensamiento son hoy, además, condiciones indispensables para pensarnos a nosotros mismos en cuanto partícipes de la discusión inherente a la vida pública.
Es por lo anterior que un grupo de profesores y egresados del posgrado en Filosofía Política de la Universidad Autónoma Metropolitana (Unidad Iztapalapa) hemos querido asumir la efeméride como una oportunidad para estudiar la obra política y literaria de Octavio Paz. Y lo hemos querido hacer precisamente a partir de las premisas que el propio Paz consideraba fundamentales tanto para el ejercicio intelectual, como también para la acción en la vida pública: crítica y libertad de pensamiento definen en gran medida su trayectoria intelectual; crítica y libertad de pensamiento son condiciones indispensables que permiten situar el saber en la cultura y en la vida pública de manera efectiva, más allá de la estrechez de los grupos y de los muros académicos. Es la propia circunstancia política de México y la incapacidad que hemos tenido para normalizar nuestra vida propiamente constitucional —y que tiende a deslizarnos una y otra vez en los reiterados problemas del país muchos de ellos agravados con el tiempo—, lo que nos obliga hoy en día a una discusión abierta y comprometida con la vida pública.
Un tema toral que surge de ese compromiso con la crítica y la libertad de pensamiento es, por cierto, el problema de la modernidad, pues de lo que se trata con ello es de la manera en que nos situamos y nos pensamos frente a los retos de nuestro propio tiempo. Octavio Paz llevó a cabo esta tarea intelectual de la manera más rigurosa hasta el punto tal que una de las lecciones imperecederas de su obra es precisamente la de haber situado el debate cultural y político de México en un plano universal. Si nuestro libro ha de estar a la altura del debate protagonizado por Octavio Paz tiene entonces que buscar moverse en sus mismas coordenadas para reivindicar precisamente ahí la crítica y libertad de pensamiento que él vindicó. Si bien la obra de Paz en sus distintas facetas, el arte y la literatura, así como la sociedad, la política y aun la historia, se orientan por su interrogación sobre la modernidad, la respuesta que él ofreció se cimentó en su profundo y concienzudo conocimiento de la modernidad poética y literaria dentro de la cual él mismo localizó su propia obra. Se trata, sin embargo, de una visión del mundo a partir de la poesía profundamente compleja por las influencias bajo las que se configura su pensamiento.
De aquí, también, la peculiaridad e incluso el carácter controversial del contenido de su respuesta a propósito de la modernidad política, la historia y la sociedad mexicana. Si bien se trata de una obra que hace de la erudición virtud en función del rigor de sus conceptos, no se trata de una consideración de la modernidad exenta de controversias porque, al situarse en la tradición moderna de la poesía, la historia se presenta —como se discute en nuestro libro— postulando un movimiento tendiente a reconquistar nuestro pasado, asimilarlo y hacerlo vivo en el presente. Todo ello obedece, se insiste también aquí, al desasosiego como aire de los tiempos y a la exigencia de restitución radical interpretada como la reconciliación del yo y el todo. El origen de esta consideración que coloca a la alteridad, a la discontinuidad y a la ruptura en el centro de la experiencia poética puede rastrearse en la filosofía de Heidegger, lo mismo que en el surrealismo francés y en los representantes más destacados de la poesía moderna del romanticismo a las vanguardias.
El resultado de lo anterior, como buscamos también destacar, es una controversial concepción de la historia y de la modernidad política que reclama y apunta hacia la vuelta a nuestro verdadero ser. En este sentido, los esfuerzos de Octavio Paz se dirigen a aprehender la identidad de México en su remisión originaria a una otredad constitutiva. De esta manera viviríamos, según Paz, el fin del futuro como idea rectora de nuestra civilización: el progreso mismo carecería de significado porque la historia no supondría sino dos dimensiones, la de la autenticidad y la de la inautenticidad. De aquí que la verdad de la Revolución consista para Paz en la insurgencia de la realidad mexicana, y que el zapatismo sea una vuelta a la más antigua y permanente de nuestras tradiciones. De lo que se trata para Octavio Paz es de reconquistar nuestro pasado, asimilarlo y hacerlo vivo en el presente, y