Otras civilizaciones de otros mundos
© 2018 Manuel Ortega
© 2018 Ediciones Amatista, S.L.
C/ Francisco Martí Mora, 1 07011 Palma. Baleares. España
www.edicionesamatista.com
Diseño y maquetación: Mario Zárate Moreras
ISBN Epub: 978-84-16977-58-1
ISBN PDF accesible: 978-84-16977-59-8
ISBN: 978-84-16977-22-2
D.L.: PM 605-2018
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Índice
La multiplicidad de mundos habitados15
Los pros y los contras del contacto21
Capítulo VI
Lo nuevo por venir43
Capítulo VII
Un lugar en el cosmos51
Capítulo VIII
La luz que todos podrán ver55
Capítulo IX
El centro del universo y su carácter rector61
Capítulo X
La verdad y la mentira en la tierra. Su solución67
Capítulo XI
La plena expresión del ser71
Capítulo XII
El camino sin retorno75
Capítulo XIII
Lo que se espera de nosotros79
Capítulo XIV
La trascendencia del momento presente85
Capítulo XV
Una luz en las tinieblas91
Capítulo XVI
Lo que todos deberían saber95
Capítulo XVII
El mundo que nos toca vivir101
Capítulo XVIII
La voluntad de ser107
Capítulo XIX
El cambio es posible111
Capítulo XX
La inminencia del desastre117
Capítulo XXI
La conexión con los Hermanos Mayores123
PREFACIO
Todos suponen que esta es la única civilización existente en el Universo y no se cuestionan nada más. Se da por hecho, por aceptado que no existen otras civilizaciones, no tan solo de inferior desarrollo o iguales a esta, sino que el supuesto de más avanzadas ni siquiera se contempla, aceptando todos que esta es la única y por tanto, más avanzada civilización en el Universo.
Últimamente se han venido descubriendo, por la Nasa, principalmente, otros planetas en otros sistemas estelares, abandonando definitivamente la idea de que solo había planetas en este sistema solar. Esto abre todo un mundo de posibilidades y más en cuanto se han descubierto planetas, en cierta forma, parecidos a la Tierra, es decir, con posibilidades de tener vida, por las características de los mismos. Si bien las distancias a los mismos los hacen inalcanzables, ya es un primer paso para proceder a una apertura mental generalizada a la idea de la existencia de vida en otros planetas del Universo.
También, últimamente, hasta se hacen planes de acceder a planetas cercanos a nuestro sistema solar, como sería lo planificado por Hawkins, con su proyecto de enviar pequeñas cápsulas-robots con la intención de explorar algún planeta del sistema estelar de Alfa Centauro, a tan solo 4,5 años luz de la Tierra, siendo esta distancia la más corta conocida hasta otro sistema estelar. Y todo, con la intención de buscar planetas que sean adecuados para exportar la vida del nuestro a otros que tengan las cualidades favorables para ser implementados y hacerles aptos para ser habitados por nuestra raza humana, ante un posible desastre, más que nada, ecológico y de carácter planetario. Se hace pues, urgente, el encontrar otros hábitats para la raza humana.
Vemos así, con lo que acontece por estos descubrimientos y proyectos exploratorios que la mente del ser humano se va abriendo a la perspectiva de que ellos mismos sean los propios extraterrestres ante la posibilidad de encontrar criaturas vivientes similares en otras partes del Universo. Y es que, los acontecimientos van en esa dirección y el que no esté preparado para ello, sufrirá un fuerte impacto.
Se hace pues urgente, por nuestra parte, el ir mentalizando al ser humano para que se vaya haciendo a la idea, cuanto antes mejor, de que no está solo en el Universo.
Somos un conjunto de razas estelares, pobladores de diferentes mundos que estamos hermanados en la intención de cuidar las civilizaciones que son inferiores en desarrollo, no solo tecnológico sino, principalmente espiritual. Formamos una Confederación de Mundos con la finalidad de salvaguardar la Paz en el Universo y servir a la Fuente Padre-Madre en este menester de cuidado amoroso y orientación espiritual.
Los esfuerzos realizados hasta el momento, para mostrar al ser humano habitante de este planeta nuestra existencia, no han sido todo lo positivos que deseábamos. No obstante, se han producido algunos buenos resultados y eso nos hace estar esperanzados y seguir con nuestra labor que en estos momentos del desarrollo de vuestra humanidad se hace muy necesaria. La labor de alertar y despertar al ser humano hacia la existencia de otras humanidades que, por cierto, lejos de ser hostiles se acercan con amor y ganas de servir a sus semejantes