Iglesia combativa. Thom Rainer. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Thom Rainer
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9781646910953
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mi tiempo de oración, comencé a darme cuenta que estaba apoyado en excusas en vez de apoyarme en Dios. Él puso a mi iglesia en esta ubicación por una razón. Me puso aquí por una razón. Decidí tomar la responsabilidad del liderazgo que Dios me dio. Decidí liberarme de las excusas. Mi nueva actitud fue el principio del cambio radical”.

      En efecto. Ese fue el inicio del cambio radical.

      TRANSICIÓN 2: DE OBSTáCULOS A ALIADOS

      Dirigir una iglesia sería mucho más fácil si no tuviéramos que tratar con la gente.

      Ese enunciado es trillado, pero es verdad. Tratar con la gente es un asunto complicado.

      No solamente tenemos que tratar con gente en las iglesias, tenemos que dirigirlos y amarlos. Es la parte de amarlos la que puede ser realmente difícil.

      Los miembros de la iglesia pueden ser críticos. Pueden ser bravucones. Pueden ser no confiables. Pueden ser volubles.

      Para ser justos, esos miembros de la iglesia son más la excepción que la regla; pero no se necesitan muchos miembros difíciles para complicar nuestro ministerio. El apóstol Pablo nos dijo cómo responder a los miembros de la iglesia difíciles, ya que estaba tratando con los miembros de la iglesia de Corinto. Justo después de darnos una bella metáfora de que los miembros de la iglesia son como los miembros del cuerpo (1 Co. 12), escribe estas palabras para recordarnos cómo debemos tratarnos unos a otros.

      El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.

      (1 Co. 13:4–5)

      ¿Lo capta? Debemos amar a los miembros de la iglesia sin condición. Ellos no son nuestros obstáculos. Deberían ser nuestros aliados.

      Patrick sirve como pastor en Oklahoma. Le llevó un buen tiempo entender que Dios nos dio a los miembros de nuestras iglesias por una razón. Son miembros del cuerpo de Cristo. Deben ser nuestros aliados, y debemos amarlos.

      “Cuando me di cuenta de que Dios dio a nuestra iglesia los miembros que tenía por una razón”, dijo, “cambió mi perspectiva. Comencé a pedirles que me contaran sus historias. Les pregunté por sus sueños para la iglesia”. Patrick miró hacia delante por un momento, profundamente pensativo. Continuó: “Esa fue la clave de nuestra transición, creo. Dios me dio un nuevo corazón para nuestros miembros. Ya no eran mis obstáculos. Eran parte del sueño de la iglesia. Nuestra iglesia comenzó realmente a soñar otra vez”.

      TRANSICIÓN 3: DE LAS LIMITACIONES A LA ABUNDANCIA

      Su iglesia tiene todo lo que necesita. En realidad. Déjeme ponerlo de otra forma. Dios le ha dado a su iglesia todos los recursos que necesita para avanzar.

      Usted tiene suficiente dinero.

      Usted tiene suficientes personas.

      Usted tiene instalaciones adecuadas.

      Usted tiene suficientes personas que alcanzar.

      Usted tiene la gente de la edad correcta en su iglesia. No sirve absolutamente de nada quejarse de que no tiene suficientes recursos. No sirve de nada imaginar cuán fácil sería o qué mejor iglesia sería si solo tuviera algo más. Una mentalidad de limitaciones crea una limitación en su liderazgo.

      Usted conoce este versículo, ¿no es así? “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil. 4:19). Claro que lo conoce. ¿Pero lo cree para la iglesia que dirige? Su iglesia tiene todo lo que Dios dice que necesita para avanzar. Usted tiene todo lo que necesita para liderar. Sea un líder que realmente cree en la abundancia de Dios en vez de creer en sus limitaciones percibidas.

      TRANSICIÓN 4: DE LA DESESPERACIÓN AL GOZO

      “Entré al ministerio vocacional con algo de ingenuidad”, nos dijo Marcus, pero tenía mucho gozo. Estaba realmente emocionado de servir a la iglesia de Dios. No sé exactamente cuándo comencé a renunciar a mi gozo por las circunstancias de la vida, pero sé que sucedió. Dejé que el punto débil de la vida de la iglesia me abatiera. La mayoría de las veces me enfoqué en lo negativo. ¡Mi perspectiva completa y mi actitud apestaban!

      Marcus recuerda específicamente su cambio de actitud. Estaba estudiando el libro de Filipenses y leyó estas palabras en Filipenses 4:4,8: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!... Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

      “Me golpeó como una tonelada de tabiques”, exclamó Marcus, “Estaba pensando en las cosas equivocadas. Me estaba enfocando en lo negativo en vez de en lo que Dios quería que pensara. Ese fue un cambio importante de actitud para mí. Fue sorprendente observar a la iglesia seguir mi ejemplo con una actitud similar de gozo”.

      Escuchamos como las de Marcus una y otra vez: “Ese fue un cambio importante de actitud para mí”. Parece que muchas de las iglesias combativas tuvieron líderes que decidieron que serían combativos con el poder de Dios.

      TRANSICIÓN 5: DEL TEMOR AL VALOR

      “Mi nombre es Roger, y fui un cobarde”. Roger sonrió mientras nos recitaba esas palabras. Estaba recordando cómo se había congelado de terror como pastor de la iglesia. El escenario ocurrió cuatro años antes mientras Roger celebraba su cumpleaños cincuenta y cinco”.

      “No, no celebré mi cumpleaños en lo absoluto”, confesó.

      “Había escuchado de muchos de mis compañeros que otra iglesia nunca me consideraría después de cumplir cincuenta y cinco. Me sentí atrapado. Incluso peor, comencé a vivir con temor”.

      Era el segundo año de Roger en la iglesia cuando cumplió cincuenta y cinco. La iglesia estaba en un ligero, pero casi imperceptible declive. Los miembros estaban mayormente felices. Y eso se convirtió en su estrategia de facto: mantener a los miembros mayormente felices y no agitar el barco.

      La iglesia continuó en su lento declive bajo su liderazgo, o quizá más precisamente, falta de liderazgo. Sin embargo, se dio cuenta de que no existía el statu quo. La iglesia había prescindido de un miembro del personal que había trabajado mucho tiempo ahí porque el presupuesto ya no podía apoyarlo. Roger se retrajo a un miedo mucho más profundo.

      Cuando hablamos con Roger, sin embargo, la iglesia iba en una trayectoria saludable. Había dado un giro. Roger estaba liderando a partir de una confianza dada por Dios en lugar del temor centrado en el hombre. ¿Cuál, preguntamos, fue el punto de inflexión?

      Su respuesta fue una sencilla palabra de una sílaba: “Peg”.

      Peg es la esposa de Roger. Al ver la evidente tristeza en la vida y ministerio de su esposo, lo confrontó.

      “Peg no contuvo los golpes”, recordó Roger. “Me dijo que era mejor perder nuestro empleo que perder nuestra visión. Y me leyó la Biblia. Recuerdo las palabras de Josué 1:9 incluso ahora: ‘Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas’”.

      Roger se detuvo, luego continuó. “Peg me dijo que yo estaba viviendo en temor y desobedeciendo a Dios porque no estaba confiando en él. Estaba más concentrado en el salario que en la obediencia. Mi seguridad era mi trabajo, pero no mi Dios”.

      Sonrió nuevamente. “Amo a esa chica”, dijo. “Tenía tanta razón. Casi fue inmediato en mi caso. Comencé a liderar nuevamente desde una posición de fe y valor en vez de temor. Voy a cumplir sesenta en mi próximo cumpleaños, y estoy más emocionado que nunca de ver lo que Dios hará a continuación”.

      TRANSICIÓN 6: