gestión de los ecosistemas también sigue las reglas del linaje. La baja densidad de población de este inmenso país permitía la elección del terreno donde construir, producir, cazar y pescar. El desplazamiento de las aldeas se ajustaba al principio de producción de las tierras en barbecho. Las cabañas se construían con materiales naturales locales (madera, bambú, palmeras) y su precariedad se explicaba por el carácter temporal de la instalación. El primer edificio en el centro del pueblo era la cabaña de vigilancia común que servía de punto de reunión. Era al mismo tiempo un lugar de celebración, una escuela y un espacio para la transmisión de conocimientos y para los narradores. Alrededor de este lugar, cada cabeza de familia recibía una parcela de tierra que organizaba con sus parientes cercanos, mujeres y niños. En el centro de la parcela se erigía una cabaña de vigilancia rodeada por dos filas de habitaciones: los hombres ocupan las de la parte delantera, que estaban una frente a la otra; mientras que la parte trasera quedaba reservada para las mujeres. Aún más atrás se situaba el recinto de los animales y, en las afueras de los pueblos, se creaba una zona de huerta para dotar al pueblo de plantas medicinales, alimentos básicos y para mantener una zona de estiércol necesaria para la regeneración del suelo. La reorganización que siguió a la administración colonial destruyó los principios de los ciclos de producción tradicionales y el equilibrio ecológico resultante al estructurar definitivamente las aldeas. Además, las carreteras atraviesan los centros de las aldeas y han sustituido a los patios tradicionales, modificando así la función de las zonas del poblado. A diferencia de los hábitats descritos anteriormente, los pigmeos tienen campamentos construidos a partir de estructuras de madera cubiertas exclusivamente de abundante follaje. La duración de la vida del campamento depende de la recolección de productos vegetales y de la caza, lo que determina el modo itinerante de este tipo de población.
El sistema educativo en Gabón. El sistema educativo está basado en las leyes de la colonia e incluye en sus textos fundamentales la obligación de educar a los jóvenes de entre 6 y 16 años. Al igual que en España, hay cuatro niveles de educación: preescolar, primaria, secundaria y superior. Sin embargo, la escolarización gratuita solo afecta a los ciclos de primaria y secundaria. Los indicadores revelan una situación de fracaso del sistema: una alta tasa de repetición y huelgas que han paralizado el sector de la educación (la última duró casi 80 días entre 2013 y 2014, casi un año en blanco) están poniendo en tela de juicio la calidad de la enseñanza. El hacinamiento en las aulas de la escuela primaria, con una ratio que oscila entre 30 y 130 alumnos, la ineficacia de la descentralización, que a menudo se traduce en la ausencia de maestros designados en las aldeas, las condiciones materiales rudimentarias y los salarios especialmente bajos del personal docente son las principales causas de este fracaso en todos los niveles educativos.