La violencia como marco interpretativo de la investigación literaria. Matei Chihaia. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Matei Chihaia
Издательство: Bookwire
Серия: Frankfurter Studien zur Iberoromania und Frankophonie
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9783823301806
Скачать книгу

      Matei Chihaia / Roland Spiller

      La violencia como marco interpretativo de la investigación literaria

      Una mirada pluridisciplinar a la narrativa hispanoamericana contemporánea

      Narr Francke Attempto Verlag Tübingen

      [bad img format]

      © 2019 • Narr Francke Attempto Verlag GmbH + Co. KG

      Dischingerweg 5 • D-72070 Tübingen

      www.narr.de[email protected]

      Das Werk einschließlich aller seiner Teile ist urheberrechtlich geschützt. Jede Verwertung außerhalb der engen Grenzen des Urheberrechtsgesetzes ist ohne Zustimmung des Verlages unzulässig und strafbar. Das gilt insbesondere für Vervielfältigungen, Übersetzungen, Mikroverfilmungen und die Einspeicherung und Verarbeitung in elektronischen Systemen.

      ISBN 978-3-8233-8284-3 (Print)

      ISBN 978-3-8233-0180-6 (ePub)

      Este libro no hubiera sido posible sin la subvención del DAAD al Summer School “Literatura y violencia en México y Centroamérica” que se organizó entre el 7 y el 17 de mayo de 2018 en la Universidad de Wuppertal. Debe su existencia al esfuerzo colectivo iniciado con la preparación y realización de este encuentro, a la generosidad de varios organismos que le brindaron un apoyo precioso y al compromiso de numerosas personas que le dedicaron tiempo, ingenio y entusiasmo. Las autoras y los autores de este libro les están profundamente agradecidos.

      La violencia como marco interpretativo de la investigación literaria

      Matei Chihaia

      1. Introducción

      El auge reciente de la investigación sobre literatura y violencia en los estudios latinoamericanos comienza hace dos décadas: el término “violencia” se configura como un eje que vincula varias categorías vecinas (crimen, dictadura, guerra, memoria, poder, transgresión, trauma…), y en varios artículos de aquel tiempo se expresa la necesidad de renovar los paradigmas críticos establecidos en los años 1970. “La representación de la violencia en la reciente literatura colombiana” de Pablo Montoya (2000), por ejemplo, avisa del corte radical entre los años 90 y la generación del ‘boom’. En Alemania, “Política, violencia y literatura” de Karl Kohut (2002) retoma el capítulo de Ariel Dorfman sobre “La violencia en la novela hispanoamericana actual” (1970) a partir de las más recientes teorías sociológicas de la violencia. Ambos coinciden en la necesidad de afinar la categoría de la “violencia”, conforme a los nuevos conceptos sociológicos y los cambios sociales, políticos y culturales que se produjeron en la última década del siglo XX.

      Muy pronto este enfoque sobre la violencia resulta ser un punto de convergencia y un lugar de encuentro entre las academias americanas y europeas: propicia un diálogo transnacional que no es frecuente en la investigación literaria. En los estudios latinoamericanos de Europa hay bastantes ejemplos para ello. La serie “Encuentro Debate América Latina Ayer y Hoy” en la Universitat de Barcelona trata el fenómeno de la violencia colonial y poscolonial desde los años noventa; nuestro término aparece en el sexto título de la serie (Dalla Corte 2002), centrada antes en las ideas de “poder”, “memoria” y “olvido”. Otro ejemplo es la tesis de Virginia Capote Díaz, Mujer y memoria. El discurso literario de la violencia en Colombia (2012), cuya autora publica, cuatro años más tarde, el libro Reescribir la violencia: narrativas de la memoria en la literatura femenina colombiana contemporánea (Capote Díaz 2016): el concepto de “violencia” ha sustituido al de “memoria” en el título principal, y el “discurso literario” ha sido especificado como “narrativas”. Notamos finalmente que dos colecciones de ensayos sobre Roberto Bolaño eligen la violencia como punto de alineamiento temático (Ríos Baeza 2010; Hennigfeld 2015).

      La posición central adquirida por la violencia en las últimas dos décadas ha propiciado una reflexión crítica sobre este concepto y su impacto en los estudios literarios y la realidad social, reflexión que pretende resumir la presente introducción. Elegí plantear el funcionamiento de este concepto como “marco” en el sentido de Erwing Goffmann, o sea un contexto que orienta la interpretación de hechos en la interacción humana (“frameworks or schemata of interpretation”, Goffmann 1974: 21). El uso del modelo analítico de Goffmann no intenta relativizar la experiencia de la violencia o sobreentender que esta sea el resultado de un acto de interpretación; simplemente recuerda el lugar de este acto en la escritura de ficción y de crítica, y permite resaltar el impresionante trabajo realizado sobre la literatura de la violencia en las últimas dos décadas.

      En el mismo período, el concepto de la “violencia” subsume las categorías endémicas, asociadas como rótulos a la literatura latinoamericana desde el “boom”: fantástico, hibridez, identidad, maravilloso, otredad, transculturación…. Este cambio de marco no es meramente cuantitativo, sino que denota una transformación metodológica. Esta atañe primero al campo de la crítica literaria, que pasa de una aspiración a sutilezas teóricas a un modo de argumentación más pragmático, centrado en la posibilidad de extensión y proyección en la realidad social y política, sobre todo por vía de las políticas de la memoria.1 La preocupación de la crítica literaria por la semiótica y la teoría general de la cultura da paso a una cooperación más estrecha con la sociología y la historia, disciplinas que proponen una “violentología” omnipresente en los estudios latinoamericanos recientes.

      También se vuelve a la crítica comprometida que había marcado los estudios latinoamericanos de los años 1970 y 1980 –época de los ensayos clásicos sobre el tema de la violencia. Este retorno se produce con notables divergencias teóricas, y una no simultaneidad de lo simultáneo, causada por la permanencia de las ideas adelantadas hace casi medio siglo. El famoso título de Dorfman (1970), Imaginación y violencia en América Latina, se mantiene como una referencia imprescindible para Viridiana Molinares Hassan (2013) y otros. El mismo año, el título será retomado como subtítulo por Sergio Villalobos-Ruminott (2013), que se apoya no sobre Dorfman sino sobre varias teorías decoloniales. El capítulo de Carlos Gerardo González Orellana en el presente libro prolonga este pensamiento sobre las categorías adaptadas al discurso testimonial.

      Por otra parte, el “nuevo compromiso” de los intelectuales latinoamericanos se debe conciliar con un nuevo desencanto: las utopías sociales sufren bajo la presión de la crisis económica y de la globalización, prolongación de las influencias imperialistas y de los hábitos económicos postcoloniales, que no cesan con el fin de la Guerra Fría (Amar Sánchez/Basile 2014). Las contribuciones de Malena Pastoriza y Mercedes Seoane al presente volumen se dedican directamente a las consecuencias para la imagen del autor y del intelectual comprometido, entre los años del “posboom” y la época contemporánea.

      Además de los cambios en los modos de interacción, el concepto de “violencia” se transforma profundamente en los estudios literarios de los últimos veinte años. Centraré mi introducción en este último aspecto: quisiera determinar qué es este nuevo marco interpretativo y cómo se emplea para comprender la relación de la literatura con un conjunto de fenómenos que, en sí, no son tan nuevos. Porque

      la forma en que una sociedad percibe y reacciona a la violencia y a la delincuencia depende más de los procesos dentro de esta sociedad para “negociar” la definición y el sentido de la violencia y la delincuencia –es decir, depende más del discurso sobre estos fenómenos– que de los actos de violencia o delincuencia como tales. (Huhn/Oettler/Peetz 2008: 78)

      Examinemos, pues, la contribución de los estudios literarios recientes a estas negociaciones.

      2. Cambios en el concepto de violencia

      Los cambios en el concepto vienen desde lugares distintos: no se pueden entender simplemente como un avance de la teoría (impulsado, por ejemplo, por la “violentología” reciente), sino que también son el resultado de unas transformaciones de la realidad social y de la literatura de América Latina. Estas tres series –teoría, realidad, literatura– se desarrollan de forma simultánea y no-simultánea, y exigen una adaptación continua y un uso pertinente de herramientas críticas cada vez más diversas. Así