El masaje deportivo. Anatolik Andreewicz Biriukov. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Anatolik Andreewicz Biriukov
Издательство: Bookwire
Серия: Masaje
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788499108469
Скачать книгу
disgestivo (por ejemplo, en casos de estreñimientos atónicos).

      El masaje intensifica la eliminación de la orina. Las investigaciones también han demostrado que la secreción de nitrógeno se prolonga durante varios días después del masaje. El aumento de eliminación de orina es mucho más importante cuando se hace un masaje de los músculos fatigados que de los no fatigados, porque de este modo se acelera la eliminación de las sustancias finales del intercambio de los músculos bajo el efecto de la fatiga.

      Cuando antes del masaje se aplican procedimientos térmicos (baños calientes, sauna, etc), el intercambio de sustancias se intensifica todavía más. Este hecho reviste especial importancia para planificar el entrenamiento y las actividades de recuperación para los deportistas de alto nivel. Es importante saber que, contrariamente a los ejercicios físicos, el masaje no aumenta la cantidad de ácido láctico en los músculos y no hace desarrollar la acidosis. El masaje no altera el equilibrio ácidoalcalino en la sangre. Esta ventaja permite aplicar el masaje en sustitución, hasta cierto punto, del entrenamiento (el así llamado masaje de entrenamiento, por ejemplo, durante los 3-5 últimos días antes de la competición, cuando es preciso conservar la energía psicológica, etc.), sin correr el peligro de aumentar la acidosis y crear, en cambio, condiciones favorables para los procesos de oxigenación y recuperación.

      El masaje ejerce asimismo una influencia positiva en la función intrasecrecional de la piel, la cual se manifiesta en el aumento de histaminas y de sustancias del tipo de las histaminas que la sangre transporta por todo el organismo, provocando reacciones de respuesta en los distintos órganos y sistemas.

       CAPÍTULO III

       Principios higiénicos del masaje

      Necesidades de instalación y material. Se recomienda llevar a cabo el masaje en una habitación especial o sala de masaje. Cuando no es posible hacerlo, se puede hacer al aire libre a una temperatura de 20-22°C. Una temperatura inferior provoca un enfriamiento del cuerpo y, por lo tanto, el aumento del tono muscular. Por otra parte, hay que elegir un lugar protegido de los rayos solares y del viento. La superficie de la sala de masaje debe ser de 18 m2 y el lugar para llevar a cabo el masaje debe ser de 8 m2.

      La habitación para el masaje debe estar seca, ser clara, tener claridad natural si es posible (claridad general: 120-130 lux, con algún ventilador que permita renovar el aire 2 o 3 veces por hora). Si no existe este tipo de aparato, es indispensable disponer de una pequeña ventana especial por la que el aire se dirija hacia arriba.

      La habitación de masaje debe estar bien equipada. Lo más cómodo es hacer el masaje en una camilla especial de 50-60 cm de ancho y 185-200 cm de largo; la altura depende de la del masajista y de la parte del cuerpo donde aplica el masaje (ilustr. 14). La regulación del nivel de la altura de la camilla permite aplicar eficazmente las distintas técnicas de masaje en las diferentes partes del cuerpo y no provoca cansancio en el masajista. La camilla debe tener un forro sintético que sea fácilmente lavable. También debe disponer de dos travesaños, uno de 15-20 cm de diámetro que se coloca debajo de la cabeza o debajo de los pies; el otro debe tener 15-20 cm de diámetro y se utiliza para el masaje de la articulación de la rodilla. La camilla debe estar situada de tal modo que la luz entre lateralmente y que no dé en los ojos del masajista ni del paciente.

      Durante las sesiones prácticas de aprendizaje de la técnica y de metodología del masaje, dos estudiantes deberán disponer de una camilla. Para la práctica del masaje, cada masajista debe disponer de dos camillas ya que, después del masaje, el paciente debe “descansar” durante 10-15 mn sin levantarse de ella.

      Para efectuar un masaje de brazos, se necesitan una mesa de 70-80 cm de altura (mejor si es regulable), de 50 cm de largo, de 30 cm de ancho, y una almohada (de algodón, o de goma hinchable). También es indispensable disponer de dos o tres sillas, un taburete giratorio, dos armarios (uno de cristal para las medicinas, el otro para la ropa), un reloj de arena para 3, 5, 10, 25 mn., toallas, sábanas, jabón, polvos del talco, ungüentos, una jarra de agua potable, vasos, un espejo, colgador para la ropa, y un lavabo con agua caliente y fría. En el botiquín de primeros auxilios, deber haber 1 o 2 termómetros, vendas, algodón, medicamentos (yodo, alcohol, agua oxigenada, tiritas, vaselina).

      Los aparatos necesarios para el masaje son los siguientes:

      un aparato para medir la tensión, un secundómetro, un dinamómetro de mano y un magnetófono.

      Requisitos del masajista. Debido al estrecho contacto del masajista con el paciente, es muy importante observar las reglas de comportamiento del masajista. Su cultura general y su nivel de conocimientos profesionales suelen determinar la relación del paciente con el propio masajista. Es indispensable destacar dos aspectos en las relaciones entre pacientes y masajista: el aspecto psicológico y el aspecto puramente técnico. El primero presupone la capacidad del masajista de establecer el contacto, de escuchar, ayudar; el segundo viene determinado por los hábitos profesionales sin los cuales, claro está, es imposible trabajar.

      El masajista, en sus relaciones con el paciente, debe tener un comportamiento tranquilo, seguro de sí mismo. Debe saber inspirar confianza. Tan sólo en este caso el paciente será sincero y el masajista podrá conseguir una información completa sobre su estado físico y psíquico. Esta comunicación es importante para poder planificar la sesión de masaje y saber qué técnicas y métodos conviene aplicar.

image

      Ilustr. 14. Camilla de masaje.

      El aspecto técnico de las relaciones del masajista y del deportista supone ante todo una estricta ejecución del gráfico de ejecución del masaje en el proceso de entrenamiento.

      El masajista debe saber, en caso de necesidad, hacer cualquier tipo de masaje, por ejemplo un masaje terapéutico después de una lesión, o un masaje calmante que ayude a dormir rápidamente, etc. Aquí cabe destacar una vez más que tan sólo el trabajo consciente y profesional del masajista asegura una acción efectiva del masaje en el organismo y, por consiguiente, en la preparación del deportista.

      El masajista debe trabajar en estrecha relación con el entrenador y el médico que cuida a los deportistas. Debe ejecutar el masaje según el gráfico establecido por el entrenador y el médico, cuando se trata de un masaje terapéutico.

      Para dosificar correctamente la carga durante la sesión de masaje, para determinar su método, para elegir la acción adecuada, es indispensable valorar el estado funcional del paciente. Para ello se suele hacer un examen global y otro especial. En el examen global, se presta atención a la constitución, al tipo de regulación, al estado general. El examen especial tiene como objetivo los cambios de los tegumentos del cuerpo y de los tejidos de apoyo. Se recomienda utilizar medios sencillos y operativos: observación, preguntas y palpaciones.

      Los índices fundamentales (pulso antes y después del masaje, tono de los músculos que ejecutan la carga principal, peso corporal, etc.), deben ser anotados en una ficha especial. Estos datos sobre el estado del deportista son particularmente útiles al masajista antes de las competiciones y durante las mismas, sobre todo cuando sea preciso ayudar al deportista a descansar antes de cada carrera, antes de cada actuación en cada aparato, cuando no hay que dejar que se desanime después de una derrota, cuando hay que ayudarle a dormir después de un día de gran tensión, etc.).

      El masaje implica una gran pérdida de energía. Conviene por tanto que el masajista organice bien su trabajo y observe las reglas higiénicas del mismo. Hay que saber aprender a ahorrar la energía propia, a no hacer movimientos inútiles. Los movimientos de las manos deben ser suaves, rítmicos, seguidos. Hay que alternar el trabajo con la mano izquierda y con la mano derecha, lo que implica aprender a hacer el masaje con ambas manos. Es preciso saber aplicar sólo en los músculos y los grupos musculares que deben participar para una determinada técnica de masaje. Si por ejemplo se puede