Espiritualidad filosófica. Héctor Sevilla. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Héctor Sevilla
Издательство: Bookwire
Серия: Sabiduría Perenne
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9788499888255
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      Héctor Sevilla

      Espiritualidad

       filosófica

      El paradigma de la vacuidad

       en Nāgārjuna, Śaṁkara y Nishitani

Editorial Kairós

      © 2018 Héctor Sevilla Godínez

      © 2018 by Editorial Kairós, S.A.

       www.editorialkairos.com

      Composición: Pablo Barrio

      Diseño cubierta: Katrien Van Steen

      Primera edición en papel: Octubre 2018

      Primera edición en digital: Julio 2020

      ISBN papel: 978-84-9988-637-4

      ISBN epub: 978-84-9988-825-5

      ISBN kindle: 978-84-9988-826-2

      Todos los derechos reservados.

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      A Eso que responde con silencio a mis preguntas

      Prólogo

      Lo relativo a la espiritualidad usualmente es asociado a religiosidad. Es mi deseo que el lector no comparta esa opinión; de ser así, el libro coadyuvará para que sean conocidas otras posibilidades; de no serlo, seguramente proveerá de fundamentos mediante algunas de las ideas vertidas en estas páginas. Si bien la experiencia religiosa puede ser espiritual, no toda intención espiritual debe ser sometida a los estándares de la religiosidad.

      Asimismo, la mística, entendida como el conjunto de actividades y perspectivas desde las cuales se busca lograr una identificación con algo de mayor estatura a lo humano, está en franca relación con la espiritualidad. En ocasiones, vinculada al ascetismo, la contemplación o el ejercicio intensivo de las virtudes, la actitud mística puede también encontrarse en la indagación inherente a la actividad del filósofo. Justamente, la motivación de la que fue derivado el presente libro tuvo su cuna en la paulatina asociación que en mi propia búsqueda personal he realizado de la filosofía y la espiritualidad. No pretendo con esto sonar como teísta, creyente, religioso o miembro de alguna asociación con intereses proselitistas, sino todo lo contrario: como un promotor del ejercicio filosófico hasta las últimas consecuencias.

      Es sabido que la postmodernidad nos ha inducido a la duda sobre los planteamientos de la razón, pretendiendo no considerar los innumerables hallazgos que por su mediación han sido logrados. No se trata, por tanto, de negar los alcances de la racionalidad, sino de ampliar sus horizontes mediante la inclusión de otras áreas abiertamente excluidas en los ámbitos académicos. La razón humana, con todo el límite implícito en que se funda, es el antecedente de un ejercicio de contemplación en el que los signos, las nociones y las palabras pueden ser trascendidas. Un camino para tan osada finalidad es el paradigma de la vacuidad que está presente en la filosofía de Nāgārjuna, los planteamientos de Śaṁkara y los señalamientos de Nishitani.

      Claramente asentados en el ámbito de la que se suele llamar cultura oriental, los tres autores elegidos han permanecido con mínimos reflectores en el amplio desfile de pensadores ofrecidos a los estudiantes de filosofía en Occidente. Confieso incluso que, de no haber sido por mi osada incursión personal en sus textos, habrían permanecido desconocidos para mí. Las letras que danzan en este fondo blanco, tienen la finalidad de acercar el pensamiento oriental, concretamente el paradigma de la vacuidad de estos tres autores, a aquellos que deseen incursionar en un sendero filosófico alternativo que permita una comprensión distinta de los planteamientos tradicionales. De hecho, la misma idea de que estos pensadores representan una alternativa ha sido forjada desde una visión eurocentrista del mundo.

      A partir de mi vinculación con la temática de la nada, y principalmente con la búsqueda de comprensión hacia tal paradigma, tan poco socorrido en nuestros días, era cuestión de tiempo el involucramiento con autores como los trabajados en estas páginas. Las felices excepciones en las que me he encontrado con interlocutores que, centrados en una perspectiva ontológica inversa, confrontan sus puntos de vista desde un enfoque centrado en la vacuidad, fueron suficientes para hacerme cargo, gustoso, de esta empresa. Si bien es cierto que cada capítulo cuenta con una introducción particular, considero conveniente introducir algunos lazos temáticos con quien acompaña estas letras.

      El primer autor abordado es Nāgārjuna, quien, a pesar de haber pisado esta tierra hace casi dos milenios, logró hilvanar un tejido sólido para fundamentar la vinculación entre el Camino Medio y la vivencia mística. El notable filósofo indio elaboró el libro de los Versos sobre los fundamentos del Camino Medio o Mūlamadhyamakakārikā (MMK), en el cual se ofrece un abordaje significativo sobre lo real, lo ilusorio y lo verdadero, cuestión que continúa siendo objeto de estudio. La idea de vacuidad de Nāgārjuna está inserta en lo que podría denominarse un esbozo de metafilosofía, la cual supera los planteamientos y nociones tradicionales que son, precisamente, los que deben ser vaciados. Este soltar los conceptos es un primer indicio de espiritualidad.

      El fundador de la escuela del Camino Medio (Madhyamaka) realizó a tal grado su misión filosófica que su estudio permite clarificar las fronteras de la filosofía en su camino hacia la vivencia metafilosófica. No obstante, la transmisión de este saber no puede eludir el uso de argumentos a través del lenguaje, lo cual aumenta las posibilidades de la confusión o las inadecuadas interpretaciones. Así, el lenguaje se vuelve un medio útil, aunque distorsionante, de cualquier mensaje originario. Justo por eso, la invitación de Nāgārjuna es a la propia elaboración de conclusiones a partir de los textos.

      El uso del conocimiento como medio para el control altera los aprendizajes y deforma la finalidad del conocimiento, volviéndolo un arma y no una herramienta para la liberación. Por ello, asociar la filosofía con la espiritualidad es una tarea de la que no se puede prescindir sin obtener consecuencias. El impulso del investigador nace de la conciencia de una ausencia, esto es, del reconocimiento de la ignorancia y de la insensatez. El filósofo, como místico de la palabra, sabe que sus utensilios no son absolutos y está siempre a la orilla de lo que su razón ofrece. El Camino Medio, que sustenta el pensamiento del también llamado segundo Buda, será el inicio de nuestra propia indagación.

      El segundo capítulo de este libro está dedicado a Śaṁkara, responsable de la consolidación de la filosofía Advaita hace más de un milenio. Igualmente originario de la India, Śaṁkara ha sido considerado de forma unánime como el pensador de la no-dualidad; es evidente que, en tal orden de ideas, no debe separarse la vivencia espiritual y la indagación filosófica. Mediante el análisis de algunos pasajes del Advaita Bodha Dipika (La lámpara del conocimiento no-dual), el Vākyavritti (La exposición de la sentencia), la Bhagavad-Gītā (La canción de Bhagaván) o el Ātmabodha (El conocimiento del sí mismo), todos escritos o interpretados por el referido pensador hinduista, se indagará el vínculo entre filosofía y espiritualidad. Asimismo, serán abordadas algunas de las principales sentencias de los Vedas.

      Como seguramente es notorio, en casi todas las latitudes ha surgido una nueva valoración del pensamiento oriental, cuestión que no es generalizada ni siempre sustentada en forma suficiente. Son comunes los desplantes de individuos histriónicos que aseguran haber logrado la Iluminación y que se proclaman como guías de los demás. Contrariamente a tal conglomeración trivial de salvadores, Śaṁkara intentó persuadir a los que se iniciaban en los caminos del conocimiento de sí a que avanzasen por su cuenta a fin de concluir satisfactoriamente sus logros espirituales; era consciente de que los aprendices están inicialmente sustentados en la upādhi o apariencia. Así, incluso la idea de considerarse alguien que ha