© Fundación José Rivera, 2015 (www.jose-rivera.org)
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Portada: Ediciones Trébedes
Nihil obstat: Con licencia eclesiástica. Toledo, 30 de Junio de 2016
www.edicionestrebedes.com
ISBN: 978-84-945948-3-0
D.L. TO 620-2016
Edita: Ediciones Trébedes
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Fundación José Rivera
TU ROSTRO BUSCARÉ
JORNADAS DEL
90 ANIVERSARIO DEL
NACIMIENTO DE
JOSÉ RIVERA
Ediciones Trébedes
PRESENTACIÓN POR DON FERNANDO FERNÁNDEZ DE BOBADILLA
El día 30 de septiembre de 2015, a las 6:00 de la tarde, recibía el Papa Francisco al Cardenal Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Mons. Angelo Amato, en su despacho privado de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Tras presentarle los informes pertinentes, el Cardenal pidió formalmente al Santo Padre que reconociera públicamente la heroicidad con la que D. José Rivera Ramírez, sacerdote diocesano de Toledo, había vivido todas las virtudes teologales y cardinales, así como las sacerdotales. El Santo Padre mandó que al día siguiente, 1 de Octubre y Fiesta de santa Teresa del Niño Jesús, se hiciese público el decreto por el que se reconoce oficialmente que nuestro venerado D. José, ya venerable, efectivamente las vivió en grado heroico.
El Sr. Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, inmediatamente decidió que se debía celebrar una Misa en la Catedral, en la que la Iglesia Diocesana diese gracias a Dios por el reconocimiento de las virtudes heroicas de este sacerdote, hijo de esta Iglesia, que tanto se distinguió por su amor, entrega y sacrificio por la Iglesia Diocesana. El Sr. Arzobispo fijó la fecha del domingo 25 de octubre, día en que se celebra la Solemnidad de la Dedicación de la Santa Iglesia Catedral Primada. Fue una celebración memorable, preciosa, cargada de emociones y de fervor, en la que Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas junto con un nutrido grupo de seglares, dimos gracias a Dios por la Iglesia Santa que engendra hijos virtuosos y santos que, a su vez, vivifican y embellecen a la Iglesia Madre.
La Fundación José Rivera por su parte, y queriendo ser fiel a los fines marcados por sus Estatutos, en los que se compromete a promocionar y mantener viva la memoria de la ejemplaridad de la vida y de las virtudes de D. José Rivera, tenía prevista desde hacía algún tiempo la conmemoración del 90 aniversario del nacimiento de D. José, el día 17 de diciembre, organizando unas Jornadas en las que se pusiera de relieve el ejemplo de vida de nuestro querido D. José. El reconocimiento oficial por parte de la Santa Sede de la heroicidad de las virtudes de D. José, y su declaración como venerable, obligaba a la Fundación a dar un giro significativo a la celebración del 90 aniversario del nacimiento del ya venerable José Rivera. Había que sacar a la luz pública la heroicidad de sus virtudes, y había que desentrañar lo que D. José vivía y no conocíamos muchos de los que nos sentíamos cercanos a su intimidad. Así surgieron los títulos de las dos conferencias que fueron pronunciadas los días 16 y 17 de diciembre. La primera, “José Rivera, profesor y maestro de virtudes”, fue pronunciada por D. Félix del Valle Carrasquilla, profesor del Tratado de Gracia y Virtudes en el Instituto Teológico de Toledo. La segunda, “Sorpresa y riqueza de un Diario Personal”, a cargo de D. Alejandro Holgado Ramírez, profesor de Teología Moral en el mismo Instituto Teológico. La presidencia de la celebración eucarística de cada uno de esos días correspondió a Mons. Demetrio Fernández González, Obispo de Córdoba, y a Mons. Ángel Fernández Collado, Obispo Auxiliar de Toledo.
Presentamos en este libro los textos de las dos conferencias, así como los de las homilías pronunciadas por los Obispos los días 16 y 17 de Diciembre. Cada una de estas intervenciones, desde su perspectiva, nos aporta más luces acerca de la talla humana, cristiana, sacerdotal, apostólica, profética y eclesial del venerable José Rivera. Sin duda, en la medida en que se vayan estudiando los escritos personales de este sacerdote diocesano ejemplar, se nos irá agrandando más y más la valoración y el aprecio de su testimonio; y resplandecerá más evidentemente la belleza de la acción de la gracia de Dios en su vida, a la que D. José correspondió con tanta vehemencia como confianza.
Por último, hemos querido añadir el texto de la homilía pronunciada por el Sr. Arzobispo de Toledo en la Misa de acción de gracias del día 25 de octubre en la Catedral que, aunque no fue pronunciada con motivo del 90 aniversario del nacimiento del venerable José Rivera, merece que la recordemos por su contenido y por la proximidad de las fechas de ambos eventos.
Estamos seguros de que la lectura pausada de estos textos ayudará a muchos a conocer mejor a D. José Rivera. Pero, más aún y más importante, ayudará a muchos a desear responder a la gracia de Dios con el celo y la esperanza con que respondió el venerable José Rivera.
Fernando Fernández de Bobadilla
Vicepostulador
DECLARACIÓN DE VENERABLE
Decreto de Virtudes Heroicas
por el que se declara Venerable a José Rivera Ramírez
TOLEDO
Beatificación y Canonización
del Siervo de Dios JOSÉ RIVERA RAMÍREZ
Sacerdote Diocesano
(1925-1991)
Decreto de Virtudes Heroicas
«Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro, que tú eres mi auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación» (Sal 27,8-9).
La invocación del salmista de Israel constituye el motivo dominante en la vida y en el recorrido espiritual del Siervo de Dios José Rivera Ramírez. Él buscó asiduamente la voluntad del Señor, vivió su sacerdocio como un incansable y generoso servicio a los hermanos y a todos, con una palabra dulce, profunda y con la ejemplaridad de una vida amable y coherente, supo proponer un camino de fe y de santidad.
El Siervo de Dios nació en Toledo el 17 de diciembre de 1925, siendo el último de cuatro hijos de una familia profundamente cristiana. El padre era médico y Presidente de la “Federación de Padres de Familia Católicos”, mientras la madre estaba dedicada principalmente a la educación de los hijos. José recibió el bautismo el 2 de enero de 1926 y la Confirmación el 27 de marzo de 1927. Recibió la primera Comunión en junio de 1933, en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
Ya desde joven manifestó un carácter, en cierto modo, rebelde y anticonformista, que fue cambiando gradualmente sobre todo tras la reflexión y la lectura, a la que dedicaba mucho tiempo. Un gran influjo ejerció sobre él el ejemplo de su hermano Antonio, presidente de la Juventud de la Acción Católica, llamado el «ángel del Alcázar», célebre también por su compromiso apostólico y social. Al finalizar la guerra civil (1936-1939) el Siervo de Dios se inscribió en la Acción Católica.
En su búsqueda espiritual y existencial, percibió los signos de la vocación al sacerdocio; para ello cursó los estudios de filosofía en Comillas y los de teología en Salamanca, donde, en 1951, consiguió la licencia. El 4 de abril de 1953 fue ordenado sacerdote en la capilla del Arzobispado.
Desarrolló con celo el ministerio pastoral asumiendo diversos cargos en Salamanca,