EL MANUAL DEL INICIADO
MIGUEL VALLS
Miguel Valls
El manual del iniciado.
Colección: Manuales, nº 1
1ª edición
ISBN:
Obra en la portada: Javier Medina.
Ed. Universo Cristal (Escuela Cristal)
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PRóLOGO 1
Teniendo en cuenta los tiempos en los que vivimos, este libro es uno de esos documentos que sin duda el mundo necesitaba con suma urgencia. A pesar de las apariencias que lo externo parece representar, tenemos el privilegio de vivir un presente lleno de posibilidades. Un momento único en la historia de nuestro planeta en donde solamente los iniciados, como siempre ocurrió en realidad, serán capaces de navegar de forma provechosa ante todo aquello que pueda presentarse. Me refiero a los que se atrevan a ser sin condicionantes externos, a los que se atrevan a existir por sí mismos y despertar al poder alquímico que les permita recuperar su divinidad perdida. Durante mucho tiempo, el ser humano ha creído ser un deshecho, un pedazo de lodo (eso significa humano, del latín humus) y ha aceptado vivir separado de su propia divinidad poniendo su valor en aquello que proyectaba fuera de sí.
Esa es la simbología alquímica del plomo, que para volver a ser oro precisa de un proceso interno que le devuelva el valor. Un proceso mágico que permita lograr encarnar lo aparentemente imposible. Remitiendo a la visión simbólica de la alquimia desarrollada por Carl Gustav Jung, así como el plomo esconde la posibilidad de convertirse materialmente en oro, el ser humano esconde el potencial de transformarse en un dios encarnado. El poder creador que manejamos es tan grande que, incluso sin ser conscientes de ello, creamos la realidad que vivimos. Un poder activado desde cada respiración, desde cada pensamiento, emoción o acción que emprendemos. Al creer ser plomo, en plomo nos hemos convertido, relegando a nuestro sol interno al exilio.
Al creernos separados del oro, del valor, lo hemos depositado fuera, en seres superiores, en ideales, en formas de pensamiento que dirigen hoy en día nuestras vidas, que eligen por nosotros aquello que no nos sentimos dignos de tomar, de encarnar. Nuestro poder de crear realidad es puesto entonces a disposición de otros, convirtiéndonos en esclavos, en alimento y en el medio a través del cual otras formas de conciencia crean la realidad que a ellos más conviene.
Una realidad que nos limita y mantiene en eterna somnolencia. Somos nuestra propia cárcel. El juicio sobre nosotros mismos, nuestra culpa y nuestras creencias limitantes y destructivas son el resultado de lo que creemos que es la vida. Eso es lo que creamos. Eso es lo que conforma nuestro universo cotidiano. Nuestra ausencia de presencia nos convierte en objeto de otros, en elementos dependientes de un poder supuestamente mayor. No tenemos consciencia de nuestra plenitud. Lo separamos todo y nos separamos de todo. Incapaces de danzar con la propia vida, de navegar sobre el agua como capitanes de barco y generadores de escenas propias, nos dejamos arrastrar por un océano que nos lleva a la deriva, aceptando la escena como un suceso sobre el que no tenemos capacidad de acción o elección. En una realidad donde todavía muchos son los que permanecen dormidos, solo los iniciados están abiertos a asumir el poder de la escena.
Solo los que eligen iniciar su existencia por sí mismos se permiten abrazar el camino de vuelta al oro que en cada uno de nosotros representa el valor que un día fue borrado de nuestras memorias, de nuestros derechos internos. Cada vez que un ser humano despierta, necesita recorrer un proceso que lo llevará a elegir su propia existencia, a iniciarse por sí mismo en la vida. Este manual es para todos aquellos que deseen abrazar esa posibilidad con cierta garantía de éxito. Despertar puede ser sin duda algo doloroso, pero elegir la propia existencia es dar un paso más allá. Es cruzar una puerta en donde no hay vuelta atrás, entrar al vacío existencial desde el que necesitamos morir y renacer desde nuestra propia elección.
Muchos son los que despiertan del sueño y pocos los que eligen seguir adelante. Como a veces dice Miguel, el ser humano ha sido diseñado para no ser autoejecutable. Eso hace que no nos sintamos con la capacidad y el derecho para auto sanarnos, para auto valorarnos, para elegir como deseamos que sean nuestras vidas. Al despertar, muchos toman consciencia de una realidad que los atrapa, los manipula, los encarcela y los convierte en siervos de un poder mayor. Entonces, dejan de someterse y luchan contra todo creyendo que actúan desde otro estado. En realidad, pocos son los que eligen traspasar el infantilismo y la adolescencia para recuperar la divinidad adulta que permite responsabilizarse de aquello que cada uno vive. De una forma u otra, muchos y muchas, aparentando estar despiertos, deciden seguir durmiendo al darse cuenta de lo que representa asumir el poder de sus propias vidas. Sin saberlo, avivan el fuego mientras distraen su atención del lugar al que todo iniciado, si desea serlo, necesita dirigirse. Me refiero al encuentro consigo mismo.
Solo el que asume su existencia y se responsabiliza de todo aquello que sucede en su propia cotidianidad emprende el camino de vuelta a casa, dejando atrás la densidad del plomo para recuperar el brillo del oro que lo lleve a realizarse. El iniciado y como no, la iniciada, eligen y resuelven los conflictos dentro de sí, recuperan sus partes separadas y por ende, su valor, dejando de ceder el poder de sus vidas a lo divino, a lo superior, para tomar sus propias decisiones en base a lo que su corazón les indica.
Los iniciados son el primer escalón hacia la verdadera maestría y a la iluminación de la que tantas culturas nos hablan desde el principio de los tiempos. Una iluminación que, más que alejarnos de lo material, nos permite trascender aquí mismo, logrando un estado en el cual nuestra propia esencia divina pueda dirigir de forma armoniosa nuestra mente, emociones, sexualidad y cuerpo. Un estado que nos realice, permitiéndonos encarnar nuestro propio Cielo en la Tierra, como tan bien refleja el Tarot a través de la carta del Mundo, arcano mayor número 22 en el que lo más esencial de nosotros logra bajar a Tierra sus propios ideales antes de convertirse de nuevo en el Loco, el estado divino de libertad total. Fruto sobre todo de la influencia judeocristiana, al ser humano le cuesta tomar sus propias decisiones y comprender que todo aquello que ve fuera es un reflejo de lo que tiene dentro, que todo el valor que deposita en lo externo es un reflejo de lo que no se da a sí mismo.
Hoy en día hemos cambiado a Dios por el Universo, hemos sustituido a la religión por la Ciencia, pero seguimos creyendo que la respuesta está fuera, separada de nosotros y de nuestra propia elección. Es así como nos hemos dejado manipular por dioses, ángeles, demonios, políticos, élites, religiones, televisiones, telediarios, estudios científicos, etc. Ideas cuyo valor actúa separado de nosotros, restando en lugar de sumar, minimizando en lugar de acompañar. El manual del iniciado es un regalo divino encarnado para ti, un tesoro que nos conviene valorar. Al leer el documento, sorprende la facilidad con la que Miguel se atreve a compartir lo que hasta hace bien poco era reservado, precisamente, solo a algunos. No es que no haya libros que toquen el tema iniciático, pero ninguno de los que conozco es tan directo y sencillo, tan práctico y claro como este. La razón es que este amigo de camino y este bello espejo que he creado en mi vida, ha logrado integrar a su propio conocimiento el de una cultura tan fascinante como la de los Q’ eros.
Cuando él sólo era un chico que buscaba respuestas, vislumbré a través de su cristalina mirada un precioso corazón y una fascinante sencillez. Verlo crecer con tanta rapidez fue tan atractivo como reconocer el poder que hoy en día representa. Una fuerza interna totalmente resolutiva, capaz de gestarse, de reconstruirse como un ser humano consciente y de abrirse a compartir el resultado de lo que lo llevó a su propio crecimiento. Es desde este espíritu que Miguel nos brinda un manual lleno de conceptos y herramientas claras sin complicarnos la vida, sin esa amarga sensación que dejan otros autores de guardarse lo más importante para sí. La razón no es un secreto para mí, pueden creerme. Miguel lo hace así porque esa ha sido su herencia, su andadura. Aquellos a los que