Giovanni Odino
Volando con Jessica
Amores y delitos persiguiendo el tiempo que huye
Novela
Título original: In volo con Jessica
Traducción de Delia Nieto Sanz
Derechos
Volando con Jessica
Amores y delitos persiguiendo el tiempo que huye
di Giovanni Odino
Novela
Tektime - Traducción de libros
Proyecto gráfico de cubierta del autor
Ilustración de cubierta de Roberto Ramponi
Art Designer – [email protected]
40017 San Giovanni in Persiceto (Bo) Via Bellini 2/A
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Los personajes y los nombres son ficticios. Toda referencia a hechos sucedidos y a personas que han existido realmente o todavía viven debe considerarse casual.
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La historia
Eraldo es un piloto de helicópteros a punto de jubilarse, que trabaja, con modestos resultados económicos, en una pequeña escuela de vuelo. La petición inesperada que se le hace para reconstruir ilegalmente un viejo helicóptero lo llevará a buscar la colaboración de dos compañeros de trabajo y de un antiguo alumno de la escuela.
La fascinante novia del rico abogado que encarga el trabajo, la joven Jessica, carente de todo prejuicio, y por la que sentirá un enamoramiento senil, lo arrastrará a una aventura en la que la muerte de algunos hombres, el proyecto misterioso de la reconstrucción del helicóptero, la implicación de la mafia y las investigaciones de la policía perturbarán, hasta el inesperado desenlace, su vida y la de sus amigos.
Personajes
Aurelio Armellini - Técnico de helicóptero
Barilari Roberto - Superintendente de Policía
Caio Gregorio Ranuzzi - Mayordomo y bodyguard
Carmine Gargiulo - Mafioso
Cosimo - Mafioso
Dario - Instructor de vuelo
Elisabetta Veracroce - Amiga de Jessica
Eraldo Cavicchi - Piloto de helicópteros
Franco Franchi - Inspector de policía
Germana Vietti - Custodia de la villa
Giorgio Dandini - Antiguo aprendiz de piloto
Jessica Rizzoli - Novia del abogado
Jonathan Cooper - Piloto de aviones
Italo Martinelli-Sonnino - Abogado
Lara Manzella - Mujer de Aurelio Armellini
Markus - Delincuente suizo
Oreste De Prà - Custodio de la villa
Pamela - Secretaria de la Alta Quota
Primo Airoldi - Vendedor de vehículos
Robert Bogard - Amigo de Sante
Sandro - Mecánico de la Alta Quotai
Sante Genovese - Piloto de helicóptero
Teresio Galasso - Dueño de la Alta Quota
Zanardi - Alumno de la Alta Quota
Dedicatorias
Dedico esta novela a todas las representantes de la otra mitad del cielo, peligrosas o no, que he conocido durante mis cuarenta y dos años de vuelo.
Epígrafe
Este sentimiento
Del alba a la noche,
me acompaña discreto, silencioso,
este sentimiento que quizá,
solo quizá, es amor.
(Poesía del autor)
VOLANDO CON JESSICA
PRIMERA PARTE
I
28 de mayo
—¡Eraldo! —grita Pamela, desgañitándose, para hacerse oír dentro del hangar—. Al teléfono.
—¿Quién es?
—Un tal Ranuzzi.
—¿No puedes atenderlo tú? Si es para un curso de vuelo tú sabes más que yo.
Estoy en el hangar, charlando amablemente con el mecánico y no me apetece nada interrumpir mi disertación sobre la estrategia económica del gobierno.
—Ha dicho que tiene que hablar contigo.
—¿Pero por qué coño tiene que hablar conmigo? —le pregunto a Sandro, que, por toda respuesta, alza los hombros. En efecto, no puede saberlo. Olvido la política económica—. Voy.
—Toma —dice Pamela, acercándome el teléfono inalámbrico.
—¿Dígame?
—¿Comandante Eraldo Cavicchi?
—Soy yo. ¿Quién es?
—Buenos días. Soy Ranuzzi, el mayordomo del abogado Martinelli-Sonnino, y le llamo por encargo directo de él.
Hace una pausa, a lo mejor espera un comentario por mi parte, pero no se me ocurre ninguno.
—El abogado querría verle por cuestiones de trabajo.
—¿A mí directamente? Yo no soy el dueño, solo me ocupo de las clases y los otros tipos de vuelos previstos en nuestras tarifas.
—No se trata de la compañía para la que trabaja, sino de usted personalmente.
Otro ricachón que quiere jugar con helicópteros y me hará perder el tiempo. Pero, ¿quién lo asegura? Esta vez podría ser distinto.
—Está bien. Dígame qué día le viene bien y le esperaré en la oficina.
—El abogado le ruega que venga usted a su casa. No quiere que se sepa de su encuentro. Lo que es más, le ruega que no hable con nadie de esta cita y que no mencione su nombre.
—No entiendo a qué tanto secreto…
—Lo entenderá cuando se vean. Verá que razones para ello, hay.
—¿Dónde tengo que presentarme?
—En Milán, en la vía Rollo, número siete. ¿Podría venir mañana por la tarde, a las cuatro?
— Mmm… de acuerdo. Mañana a las cuatro. Allí estaré.
—Informaré al abogado de que ha