El libro de Dante - Luis Ayhllón
Автор: | Luis Ayhllón |
Издательство: | Bookwire |
Серия: | Colección Teatro Emergente |
Жанр произведения: | Документальная литература |
Год издания: | 0 |
isbn: | 9786074091120 |
Premio Nacional de Dramaturgia 2006. Posiblemente se trate de la mejor de las obras por mí leídas de este autor. El juego de desestructuración se plantea en el espacio mismo y en la relación que existe entre lenguaje y espacio, entendiendo que la lengua pronuncia y crea: «Y dijo Dios: Hágase la luz, y la luz se hizo.» Sólo que al revés. Desde el mismo título aparecen tres referentes de suma importancia: el libro, es decir, la verdad, el dogma, la historia y la memoria de los hombres y los dioses; Dante: el que describe el infierno, el referente medioeval, el que guía y es guiado al inframundo, y por último, «cuarteto para voces», lo que reintroduce la música en las preocupaciones de escritura y resultado de este autor. El tema de la familia es medular y la habilidad para trenzar elementos de la narrativa contemporánea, estructuras fragmentadas que recuerdan a Beckett, que también ponía a los padres en un basurero, por ejemplo, con elementos mítico/épicos pero relacionados no tanto con las leyendas y cantares como con las reinterpretaciones populares de cómic de arte, el video y las películas no siempre de mejor calidad. Aquí el nihilismo es más acentuado y el fuego que todo lo arrasa puede quemar hasta la identidad, la memoria y por supuesto el futuro, término casi contradictorio en este tipo de narración. La estructura formal es impecable. El vacío no puede verse, el espacio tampoco y el tiempo menos. Y sin embargo, son las paradojas que generan las que fascinan y angustian al hombre. Eso, la angustia vuelta palabra y laberinto en un tiempo de destrucción y soledad. El libro de Dante es un texto entre el horror y la atracción, de lo mejor de nuestra dramaturgia. Evocamos necesariamente a través del nombre mítico, y allí aparece también una mujer… pero no es Beatriz, claro. Está presente el infierno, eso sí, sólo que no es visible y tranquilizador, sino que se construye y deconstruye como una información desarticulada en una súper computadora averiada por la peste y la guerra. De lo humano queda poco.